“Luego de varios hechos de inseguridad que ocurrieron en el Borda, la gota que rebalsó el vaso fue lo que pasó hace unos días, donde una persona ingresó en el horario de la noche a uno de los servicios. De casualidad había dos enfermeras porque una de ellas había ido a dejar sus pertenencias al locker, porque si no después del mediodía solo contamos con una enfermera para casi 30 pacientes”, cuenta a Tiempo Nancy Albornoz, enfermera del turno de 12 a 18. Familiares de pacientes y trabajadores que asisten a diario al centro de salud, coinciden que la zona se encuentra liberada hace varios años, es más, sus trabajadores desconocen por dónde realizó el ingreso esta persona que fue en busca de psicofármacos. Este martes, los gremios decidieron movilizar al ministerio de Seguridad de CABA para exigir que se cumpla el pliego respecto a la cantidad de vigiladores que tienen que estar al resguardo del hospital y las inmediaciones del mismo.
“No sabemos si se metió saltando el muro, por uno de los laterales del hospital, pero ingresó al servicio pateando la puerta que estaba cerrada, robó la medicación y objetos personales de las enfermeras y a una le sacó la chaqueta para camuflarse entre personal del hospital y poder escapar”, agrega Albornoz y sintetiza: “las compañeras se defendieron a los sillazos porque esta persona las quería lastimar. En medio de este hecho llegó personal médico de la guardia que debía tomar el turno y al escuchar ruidos extraños lograron avisar al 911 y varios minutos después detuvieron al agresor”.
Les ofrecieron un «botón antipánico»
Las trabajadoras que resultaron víctimas de este hecho, solicitaron a la ART la habilitación de una licencia tras el episodio de violencia. Desde el organismo respondieron que, como no tienen lesiones, ni heridas, ni golpes visibles no les corresponden los días reclamados y las están instando a volver a sus puestos de trabajo. “Vamos a trabajar con mucho miedo, porque además estamos viviendo una situación de emergencia sanitaria en salud mental gravísima, porque falta muchísimo personal de enfermería, no contamos con elementos ni insumos de trabajo. La única respuesta que dieron a nuestro reclamo fue ofrecernos botones antipánico para ir a trabajar”, agrega la trabajadora. La “propuesta” vino de parte de Horacio Rodríguez O’Connor, titular de la dirección de Salud Mental del gobierno porteño.
Desde la Asociación de Licenciados y Licenciadas en Enfermería (ALE), le exigen a Rodríguez Larreta, Quirós y al precandidato Martín Lousteau, que “aflojen un poquito con el marketing de campaña y que den alguna respuesta al Borda. Cómo puede ser que tengamos que ir a trabajar con miedo? Es indignante: el gobierno de la Ciudad no garantiza salario digno, no garantiza presupuesto para personal y no puede asegurar que no arriesguemos la vida para cuidar a nuestros pacientes, que es lo que queremos y nuestro trabajo. ¿Ustedes creen que alguien del Ministerio de Salud se comunicó con las compañeras agredidas? ¿O qué Quirós nos convocó a reunirnos? Nada de nada. Siguen como si no hubiera pasado nada haciendo marketing electoral. No se aguanta más esta situación”, subraya Andrea Ramírez, presidenta del sindicato.
Negocios con los neuropsiquiátricos
Para el PRO, el hospital Borda siempre fue un espacio en disputa. El 26 de abril de 2013, la Policía Metropolitana ingresó a los terrenos del nosocomio con la intención de garantizar el comienzo de las obras del Centro Cívico: una dependencia que albergaría varios ministerios del Gobierno de la Ciudad que funcionaban en el Palacio del Plata, edificio vendido al empresario “amigo” de la gestión macrista Eduardo Elsztain. Para lograr ese objetivo, uniformados de las fuerzas de seguridad ingresaron de madrugada, violando una orden judicial, y derribaron el edificio del Taller Protegido 19, en medio de una brutal represión contra quienes se opusieron a la medida. ¿El saldo? al menos 50 heridos, entre ellos, periodistas que fueron a cubrir el desalojo clandestino, pacientes y trabajadores de la institución psiquiátrica.
Tras la imposibilidad de edificar el tan ansiado centro cívico en los terrenos del nosocomio, la gestión de Rodríguez Larreta inició un proceso de abandono del hospital y en las inmediaciones del mismo. Diez años después, los trabajadores y trabajadoras del centro de salud, afirman que la zona se convirtió en una de las más inseguras.
El Moyano sufre la misma desidia
A 600 metros del Hospital José T. Borda se encuentra el otro centro especializado en tratamientos neuropsiquiátricos: el Hospital Braulio A. Moyano. Sus trabajadores y trabajadoras aseguran que, si bien están consternados por lo ocurrido en el Borda, no los sorprende porque en el Moyano se viven a diario situaciones similares. “La realidad es que los hospitales de la Ciudad están abandonados por esta gestión, hay una desidia total, una desinversión de hace años, y la zona está liberada. Los compañeros y compañeras, sobre todo del turno noche, son víctimas de varios robos”, detalla a Tiempo Mariano Veiga, Secretario General de AGIHM, sindicato que nuclea al personal del Hospital Moyano. Para el trabajador y referente sindical, éste abandono está vinculado a los negocios que el gobierno porteño intentó llevar adelante con los hospitales neuropsiquiátricos. “Como no pudo, desde hace años se dedican a desinvertir y vaciar los hospitales. Eso se nota en la infraestructura pero también en la carencia de insumos, de personal y de aparatología. Lamentablemente la población no puede acceder a un servicio de salud mental de alta calidad”, remata Veiga.