A Volodimir Zelenski le habían picado el boleto hace tiempo, como se dice en los arrabales, pero todavía no se había querido dar por enterado y sus socios europeos hacían como que no la veían. Pero bastaron pocas semanas desde que Donald Trump volvió a la Casa Blanca para que el castillo de naipes que se había construido para sostener a Ucrania se viniera abajo. Los últimos golpes para derrumbar esa ilusión los estuvieron dando estos días el vicepresidente J.D. Vance y el secretario de Defensa, Pete Hagseth, en concordancia con la charla que mantuvieron el presidente de EE UU y el de Rusia, Vladimir Putin (ver aparte). Pero las cosas ya estaban claras desde que el empresario inmobiliario arrasó en la elección de noviembre pasado. Ahora a Zelenski le resta implorar por la creación de un ejército europeo por fuera de la OTAN y por mantenerse en el poder a pesar de que su mandato está cumplido. Quién sabe cuál sería su suerte con otro mandatario en Kiev luego de la devastación que queda tras la guerra por la que apostó todo y termina así.
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Vayamos por partes. Entre las promesas electorales de Trump estaba terminar la guerra en Ucrania en 24 horas. No será tan fácil, pero corrió de cuajo las estrategias de la administración Biden con los líderes europeos y la OTAN y ya habrá que interpretar lo que ocurre en esa parte del mundo de otra manera. No se puede decir que en el viejo continente no estuvieran avisados. Como será que el título de la Conferencia de Seguridad de Munich es “Multipolarización” y declara como su objetivo para ese foro “analizar las consecuencias de largo alcance de la multipolarización del orden internacional”.
Vance castigó feo a los dirigentes que lo escucharon este viernes, por su apoyo explícito a la ultraderecha alemana a una semana de los comicios. Lo que desató oleadas de críticas del actual canciller, Olaf Scholz, del candidato conservador Friedrich Merz, que se ve ganador de acuerdo a las encuestas. Vance, en cambio, al igual que Elon Musk, apoyan a la aspirante de Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel. Hasta el francés Emmanuel Macron se quejó de la brutal intromisión en los asuntos internos de la hasta no hace tanto locomotora industrial de Europa. Eso, sumado a que quedó afuera de la negociación con Moscú, es una síntesis del lugar que le destinan a esa región del otro lado del Atlántico.
Hegseth completó el mensaje en la cumbre del Grupo de Contacto sobre la Defensa de Ucrania que se hizo en Bruselas. “Nuestro mensaje es claro: la matanza debe cesar, este conflicto debe terminar”, dijo el oficial de la Guardia Nacional de EE UU y presentador de televisión. “Queremos una Ucrania soberana y próspera. Pero debemos empezar por reconocer que una vuelta a las fronteras anteriores a 2014 es un objetivo irreal (…) No debe haber un Misk 3.0”, agregó, recordando los dos acuerdos, de hace diez años, que terminaron en papel mojado para Kiev y los líderes de Alemania y Francia de entonces.
Como broche, remató: “Estados Unidos no considera que la adhesión de Ucrania a la OTAN sea una salida realista a un acuerdo negociado (… y) si hubiera que desplegar tropas como fuerzas de mantenimiento de paz en algún momento, deberían hacerlo en el marco de una misión fuera del marco de la OTAN y no estar cubiertas por el artículo 5”, que obliga a responder en solidario a un ataque exterior a un miembro del bloque. O sea, Washington no se va a meter en ese baile. De allí a insistir con el mensaje de Trump que exige a los europeos destinar 5% del presupuesto en defensa. Siguiendo al secretario General de la alianza, el neerlandés Mark Rutte, eso implicará reducir los fondos para políticas sociales.
Pero hay algo más que estuvo diciendo Trump, que no es de dar puntadas sin nudo. “Estamos gastando cientos de miles de millones de dólares (en Ucrania). Podrían llegar a un acuerdo, o podrían no hacerlo. Puede que algún día se vuelvan rusos, o puede que no. Pero vamos a tener todo este dinero y digo que lo quiero de vuelta. Dije que quiero el equivalente a, digamos, 500 mil millones de dólares en metales de tierras raras». Por lo que trascendió, esa envenenada oferta la hizo el secretario del Tesoro, Scott Bessent al mismísimo Zelenski. Según algunos medios, el presidente ucraniano dijo que necesitaba unos días para pensarlo y por ahora no habría firmado ningún documento.
Zelenski, en tanto, denunció un día antes del inicio del mitin en Munich que un dron ruso había perforado la cubierta de protección de la planta de Chernobyl. En 1986 una explosión en esa central atómica provocó la fuga de material radioactivo que se expandió sobre parte de Europa oriental y dejó muy mal parado al sistema de seguridad nuclear de la ex Unión Soviética. Una amenaza semejante es motivo de preocupación para el resto del continente, pero la mayoría de los analistas ven detrás de este anuncio una operación desesperada de Kiev para mantener el apoyo que necesita para no tirar la toalla. El avance de las tropas rusas en el Donbass se tornó indetenible hace meses y la incursión en la región rusa de Kursk no alcanza para sentarse ante una eventual mesa de negociaciones con algo para ofrecer a cambio.
Nuevo intercambio de rehenes por presos
Los rehenes Alezander Trufanov, Sagui Dekel-Chen y Yair Horn fueron entregados a militares israelíes y 369 prisioneros palestinos fueron liberados en una nueva etapa de los acuerdos de cese el fuego entre Hamas y el gobierno de Benjamín Netanyahu. En ese contexto, Netanyahu convocó a su gabinete para decidir los pasos a seguir habida cuenta de que Donald Trump amenazó con “desatar in infierno” si Hamas no entregaba todos los rehenes aún en su poder este sábado pero luego dejó la decisión en manos de Israel.
Horn, que tiene doble nacionalidad argentina-israelí, fue capturado en el kibutz Nir Oz junto con un hermano que todavía permanece en manos del grupo de resistencia islámica. Troufanov tiene también ciudadanía rusa y Moscú se encargó de agradecer por su liberación. Dekel-Chen, por su parte, es estadounidense-israelí.
La Media Luna Roja Palestina avisó que cuatro de los presos liberados en Cisjordania fueron trasladados inmediatamente a un centro médico debido a «la gravedad de sus condiciones de salud» bajo cautiverio israelí, según un comunicado recogido por la cadena panárabe Al Yazeera. En Israel, los rehenes denunciaron malos tratos durante su cautiverio.
Netanyahu «valora enormemente el liderazgo del presidente Trump y la coordinación vigente con Estados Unidos», indicó un comunicado oficial de su gabinete y destacó: «la combinación de los refuerzos de las Fuerzas Armadas en torno a la Franja de Gaza y la postura agresiva del presidente Trump han llevado a la liberación de hoy de los rehenes pese a la negativa anterior de Hamas a liberarlos».