Dos senadores, uno de Cambiemos y otro del kirchnerismo, se encuentran envueltos en sendos casos de denuncias de acoso sexual. El legislador de Cambiemos por La Pampa, Juan Carlos Marino fue acusado por una trabajadora de la Cámara Alta, Claudia Mabel Guebel. Pocas horas, después se supo que Jorge Romero, legislador por la provincia de Buenos Aires, que proviene de La Cámpora e ingresó a la legislatura por Unidad Ciudadana, fue denunciado por una militante de la agrupación juvenil y de inmediato, anunció que renunciaba a su banca y a sus “responsabilidades políticas”.
El caso Romero
Jorge Romero, hasta hace unas horas era senador bonaerense por Unidad Ciudadana. Ex concejal de Florencio Varela y dirigente de la La Cámpora. Es apodado «El loco» y el escándalo que lo mancha, estalló tras la denuncia en redes sociales de «Estephanie», una ex integrante de la agrupación quien relató un episodio en el que, durante una fiesta, Romero la encerró en un baño durante una fiesta, le mostró su pene e intentó obligarla a que le practique sexo oral.
Romero publicó la explicación de su renuncia en la red social facebook: «Soy un varón criado en una sociedad patriarcal. Además soy un militante político con responsabilidades. Desde ese lugar, y a la luz del trabajo de visibilizacion que han hecho mis compañeras de la organización donde milito, puedo ver que en el pasado tuve prácticas machistas que en ese momento parecían naturales. Es por eso que he decidido dar un paso al costado de mis responsabilidades políticas para someterme a los procesos que determine la aplicación del protocolo que la organización ha generado para estos casos».
Por su lado, «Estephanie», también en las redes sociales advirtió que «La Cámpora encubrió, encubre y va a seguir encubriendo a estos abusadores hasta que nosotres dejemos de callarnos».
El Caso Marino
El senador de Cambiemos Juan Carlos Marino (La Pampa) fue denunciado judicialmente por abuso sexual por una empleada de la Cámara alta, Claudia Mabel Guebel. La denuncia quedó radicada en los Tribunales de Comodoro Py, en la fiscalía federal N°4 de Carlos Stornelli. Asimismo, la trabajadora denunció a uno de los asesores del senador oficialista, identificado como Pedro Fiorda, por el mismo delito.
Guebel expuso cuáles fueron las situaciones de abuso por parte del senador Marino y su asesor Fiorda ante Stornelli, quien luego remitió el caso a sorteo y la investigación cayó en el fiscal federal Federico Delgado y en el juez federal Ariel Lijo.
La denunciante es politóloga y trabaja hace más de veinte años en el Congreso de la Nación. Además, en agosto de 2013 fue precandidata a senadora en la interna del Frente Amplio UNEN.
La empleada de la Cámara alta dijo en su declaración que Marino le enviaba videos sexuales, dentro del despacho le tocó los pechos y que la acosaba con preguntas personales. «En esos mensajes me decía: ‘¿Dónde estás? ¿Dónde vivís? Preparate que voy a tu casa'», expuso en la denuncia.
«Ilusamente pensé que trabajar junto a él era el lugar indicado para mí. Era un desafío profesional por mi formación académica, pero al mes que comencé a trabajar empecé a recibir mensajes de WhatsApp que mantengo actualmente», relató Guebel, empleada de planta permanente del Senado.
También denunció a uno de los asesores del senador. «Concurrí al despacho del senador, me atendió Pedro Fiorda, me invitó a sentarme. Luego me tomó de los brazos con fuerza y me introdujo su lengua dentro de mi boca con violencia, yo intenté separarlo pero no lo logré. Después me dijo: ‘Te voy a llamar para ver cómo seguimos'».
Se espera la citación del juez al senador y que el fiscal solicite las primeras medidas de prueba como estudios médicos legistas y psicológicos a la víctima. Esto significa que se aplicará el protocolo para casos de abuso.
La denuncia de la asesora legislativa es otro de los testimonios en primera persona que las víctimas de violación y abuso sexual comenzaron a difundir a partir de la decisión de la actriz Thelma Fardín, quien contó que fue violada por Juan Darthés a los 16 años. Asimismo, el caso de la joven actriz provocó una catarata de llamados al 144 para relatar situaciones de abuso y violación.
El presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, se refirió esta mañana a la denuncia y señaló que su colega de bancada negó la denuncia. Sin embargo, aclaró: “En ningún caso vamos a hacer una protección corporativa a uno de los nuestros”.
“Se va a poner a derecho y va a declinar sus fueros, eso es muy importante. El senador dice que eso no es verdad”, sostuvo el dirigente de Cambiemos.
En declaraciones a radio Continental, el macrista les envió un mensaje a los trabajadores de la Cámara alta: “Van a contar con el total sostén y el apoyo de las autoridades de la Cámara para que hechos de este tipo no pasen, o si pasan sean prevenidos y castigados”.
Sin embargo, se atajó: “En ningún caso vamos a hacer un linchamiento de alguien sobre casos que no conocemos, y en ningún caso vamos a hacer una protección corporativa a uno de los nuestros. Las denuncias hay que afrontarlas y ser responsable de lo que hizo, y no ser responsable de lo que no hizo”.
La declaración de la víctima ante la Justicia
“Pertenezco a la Cámara de Diputados, soy planta permanente desde el año 2001, me desempeñé en las comisiones legislativas.
Durante el periodo comprendido entre los años 2004 y 2016 en forma ininterrumpida me desempeñé como Secretaria de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical, y además era la Secretaria del Tribunal de Ética y Disciplina del Partido. Entre mis funciones estaba la elaboración de la plataforma del partido y de la selección de los candidatos presidenciales, por lo cual mi grado de exposición pública fue notoria a nivel nacional, en efecto presenté una candidatura en el espacio UNEN representando la lista eminentemente radical. Inmediatamente después de esas elecciones, acordé con Gerardo Morales cederle la Convención, y me fui a trabajar a la Cámara de Diputados, precisamente a la Comisión de Juicio Político.
Yo no elegí el destino, era donde había lugar porque esa Comisión no funcionaba desde los últimos diez años. De hecho, por ese entonces en la Cámara de Diputados con la gestión del Dr. Monzó había examinado en un estudio psicotécnico a todo el personal de la Cámara, y mi informe dio como resultado que me encontraba sobrecapacitada, por lo que me dieron la posibilidad de elegir mi destino, pero no lo logré por falta de contactos. Quiero aclarar que ese informe está a disposición para consulta. El Dr. Amarilla era la autoridad máxima de esta Comisión de Juicio Político. Tenía en su poder varias denuncias por acoso y violencia en la Dirección de Comisiones.
Amarilla desde mi ingreso a la Comisión me persiguió profesionalmente, me acosó, me intimidó diciendome que me investigaba con servicios de inteligencia, un día incluso lo vi merodeando por las inmediaciones de mi casa ubicada en la calle Alsina y Entre Ríos, todo esto lo puse en conocimiento de las autoridades de la Cámara las que respondieron afirmativamente abriendo un sumario, aunque no fue expulsado. En la actualidad se desempeña como asesor del Diputado Olmedo. Posteriormente, pedí pase al Senado para asesorar a algún dirigente del Partido Radical.
Fue así que desde hace un año aproximadamente y hasta hace alrededor de tres meses asesoré al Senador por la provincia de La Pampa Juan Carlos Marino. Marino estipuló que mis funciones fueran desempañadas desde mi domicilio y presentaba los informes y cubría los debates parlamentarios cuando se me solicitaba que participara de la comisión. Nunca tuve con Marino un trato de amistad ni de confianza, sí de respeto por su función. Hipólito Solari Yrigoyen fue la persona que me había puesto en contacto y recomendado con Juan Carlos Marino. Recuerdo que en esa oportunidad cuando le pedí que me recomendara con él, Solari Yrigoyen me preguntó si yo estaba en pareja, si tenía hijos, y si vivía sola, lo cual me sorprendió, puesto que se trataba de preguntas de índole personal que nada tenían que ver con las funciones que yo iba a cumplir. Llegué incluso a pensar que tenía algún tipo de interés en mí, pero luego, cuando padecí las conductas de Marino, entendí por qué me había efectuado esos interrogantes. Yo me acerqué laboralmente a Marino porque él presidía la Comisión de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia desde hacía muchos años, y pensé que para mí iba a ser una posibilidad de contribuir y de aprender. Yo hice la Escuela de Defensa Nacional y un Posgrado en No Proliferación de Armas de Destrucción Masiva en NPSGLOBAL, ilusamente pensé que trabajar junto a él era el lugar indicado para mí.
Durante mi desempeño junto con Marino, me dediqué a estudiar temas de su interés provincial. Para mí era un desafío profesional por mi formación académica. Marino nunca leyó ninguno de mis informes. Al mes de empezar a trabajar con Marino, empecé a recibir mensajes de whatsapp a mi teléfono celular 1149374084, que conservo actualmente, lo que efectuaba desde su teléfono celular, abonado 1131920401. En esos mensajes me decía ¿“dónde estás?” “¿Dónde vivís?” “Voy a estar por allá. Me doy una vuelta” “Preparate, que voy a tu casa”. Me enviaba videos alusivos al sexo. Quiero aclarar que yo no tenía vínculo alguno con él, ni de confianza ni de amistad. Este tipo de mensajes me los enviaba constantemente, varias veces por semana. Yo trataba de contestarle con respuestas evasivas que no comprometieran mi trabajo y que tampoco le den a pensar que yo estaba interesada en lo que me proponía.
Los días 14 de cada mes me presentaba personalmente en el despacho del Senador para conseguir la firma del certificado de asistencia. La primera vez que me presenté en el despacho de Marino, me hizo pasar a su oficina donde se encontraban varias asistentes que al notar mi presencia automáticamente salieron del despacho. Una vez que nos encontramos solos directamente me toco los pechos, y me preguntó cuándo íbamos a tomar un café, me dijo que aguardara su llamado que en cualquier momento nos veíamos. También me dijo que me manejara con su jefe de despacho, Pedro Fiorda, alias ‘Cachi’.
Al mes siguiente, concurrí al despacho del Senador, me atendió en esta oportunidad Pedro Fiorda, quien me hizo pasar a su oficina, en esta ocasión me dio conversación, me invitó a sentarme, me comentó que Marino tenia aspiraciones de ser Gobernador de la Provincia de La Pampa y que tenía intenciones de hacer una operación política acusando de pedofilia al por entonces pre candidato a gobernador de La Pampa por Cambiemos. Luego de ello, Fiorda me tomó de los dos brazos con fuerza, y me introdujo su lengua dentro de mi boca con violencia, yo intenté separarlo pero no lo logré. Luego me dijo “Te voy a llamar a ver como seguimos”.
Los días siguientes a este episodio me llamó insistentemente a mi teléfono celular desde el suyo, el abonado 1153322867, para que nos veamos. Yo nunca atendí. Sentí asco y mucho miedo por lo que había sucedido. Al día siguiente, caí en cama con un fuerte cuadro de stress, fiebre alta, ganglios inflamados y dolor en todo el cuerpo. Todo ello se puede corroborar a través de OSDE puesto que llamé al servicio de emergencias de mi Obra Social por esta situación. No recuerdo con precisión qué día ocurrió lo que describo, pero sí que fue un 14 o 13 de marzo o abril de este año aproximadamente. Cuando me recuperé físicamente, tuve que ir a firmar mi presentismo, le solicité a Claudio Presman, actual titular del INADI, y amigo personal mío, que me acompañe.
Luego de lo ocurrido a mi pedido, con la ayuda de Presman, me trasladaron a la Dirección General de Investigación y Capacitación del Senado de la Nación, cuyo director es Fernando Bernabé Rocca, donde cumplo funciones actualmente.»
Si vos o alguien que conocés sufre violencia de género, llamá al 144.