El gol de Cristian Medina anulado casi dos horas después por el VAR que determinó el 2-1 de Marruecos en la primera fecha del fútbol en París 2024, uno de los escándalos que actualizaron el pedigrí en los Juegos Olímpicos, inclinó a la selección argentina a clasificarse segunda en el grupo B y a cruzarse, el viernes desde las 16 en Bordeaux, con la local Francia, vencida en la final de Qatar 2022. Empatadas en puntos (6), diferencia de gol (+3) y goles a favor (6) con Marruecos (derrotó 3-0 a Irak) después del 2-0 a Ucrania en Lyon, pesó el partido entre ambas selecciones, y la Sub 23 argentina renovará el duelo frente a Francia, un clásico rival moderno, sintomático, en unos cuartos de final de alto voltaje en los Juegos de París 2024.
Con goles de Thiago Almada y Claudio “Diablito” Echeverri en el segundo tiempo, Argentina se impuso a Ucrania en un partido en el que le costó meterse de lleno y el que, ya luego de la ventaja, pudo costarle caro por los pozos dubitativos en la fase defensiva. Más tarde, Francia aplastó 3-0 a Nueva Zelanda en Marsella y terminó primera con puntaje perfecto en el grupo A. El ganador de Argentina-Francia jugará en la semifinal ante el vencedor de Egipto-Paraguay, y se asegurará pelear por una medalla.
El inicio de París 2024 confirmó un creciente antagonismo entre argentinos y franceses, potenciado después de la canción racista de Enzo Fernández y la sobreactuación del gobierno argentino. Hubo silbidos y tensión en el rugby. Y aplausos forzados después de caídas argentinas en el handball y el vóley. Si la selección de fútbol le ganó la final del mundo en el Lusail, acaso la mejor de todos los Mundiales, Francia la había eliminado cuatro años antes, en los octavos de Rusia 2018. Aquel fue el último partido de Javier Mascherano con la camiseta argentina. Ahora es el entrenador de la Sub 23. “Uno trata de potenciar las mejores cualidades de los chicos y no que se encierren en su sistema rígido que uno tiene”, dijo Mascherano en la previa de los Juegos a la web de la FIFA.
El fútbol argentino, que suma un par de medallas de plata (Ámsterdam 1928 y Atlanta 1996) y de oro (Atenas 2004 y Pekín 2008, las de Mascherano, único futbolista dos veces dorado), aparece en el horizonte como una de las pocas posibilidades de medallas argentinas en París 2024, con el hockey sobre césped. En buena medida, porque fútbol y hockey manejan cierta autonomía en la estructura propia del deporte en la Argentina, como el rugby, que finalizó séptimo con el seven de Los Pumas (y por la caída de la economía argentina y el recorte del gobierno al presupuesto de los atletas).
El fútbol de la Sub 23 se topará con Francia, un escollo duro de roer, por la calidad futbolística -aunque en el plantel no hay ningún futbolista que haya jugado en Qatar 2022-, pero sobre todo por la localía y el anticipado clima hostil. Es, a la vez, un factor estimulante para la mejor versión de algunos jugadores argentinos. El fútbol de Francia suma una medalla de oro. La ganó en los Juegos de Los Ángeles 1984. Aunque otros le cuentan un par. En París 1900, el fútbol era un “deporte de demostración”, cuyo torneo fue disputado tiempo después de los Juegos y no por selecciones, si no entre tres equipos: el Upton Park de Inglaterra -no figuraba ni siquiera en la tercera división-, el Belgian Student XI de Bélgica -en el primer partido no completaron el equipo, jugaron con diez- y el Club Français Paris de Francia, que resultó el ganador. El francés Pierre de Coubertin, padre fundador de los Juegos modernos, había insistido con un torneo de asociaciones nacionales y, sin éxito, pensó uno entre los clubes campeones de las ligas. Tampoco lo logró.
La selección argentina de fútbol tiene en Inglaterra a su gran clásico fuera de Sudamérica por los cruces en los Mundiales de 1966, 1986, 1998 y 2002. Pero desde el 18 de diciembre de 2022, el fuego cruzado se azuzó con Francia. Se escenificará ahora en un Juego Olímpico, en el estadio Matmut Atlantique de Bordeaux. “¡Vamos vamos los pibes!”, sonó después del gol del Diablito Echeverri ante Ucrania en Lyon, en un estadio semivacío, con pocos hinchas argentinos.
“El fútbol en los Juegos siempre estuvo entre el conocimiento de los futboleros, pero nunca fue tomado demasiado en cuenta”, escribe el periodista e historiador argentino Eduardo Cantaro en 100 años de fútbol olímpico (2008). Y sigue: “En los últimos años este torneo ha sido ninguneado por una gran cantidad de hinchas. Tal vez por desconocimiento, tal vez por la limitación en el status o las edades de los jugadores, tal vez porque siempre fue una disputa eterna entre el COI y la FIFA. Pero hoy siento una gran alegría cuando escucho que grandes estrellas del fútbol mundial se ofrecen para cubrir el cupo de mayores de 23 años en sus selecciones olímpicas. Jugadores que están cerca de su retiro futbolístico y quieren llevarse el recuerdo de haber participado en el torneo internacional más antiguo”.
En la Sub 23 argentina juegan los “mayores” Julián Álvarez (24 años), Gerónimo Rulli (32) y Nicolás Otamendi (36), campeones en Qatar 2022. “Sé que hay una rivalidad entre nosotros, por lo que está pasando”, aceptó Otamendi, capitán argentino, en relación a los franceses. El fútbol argentino, actual bicampeón de América, campeón europeo-sudamericano y del mundo, irá en busca del título olímpico, la competición mundial más longeva entre naciones en el fútbol, ya que los equipos pasaron a ser selecciones a partir de los Juegos de Londres 1908. Aún faltaban 22 años para Uruguay 1930, la primera Copa del Mundo de la FIFA.