La Quinta de Olivos, se ha convertido en un espacio marcado por el culto a la imagen del mandatario. En las últimas horas, la artista Loreley Portas reveló que su cuadro de un león peinado por la mano invisible del mercado, obsequiado a Javier Milei, fue colgado en la residencia presidencial. Pero no está solo: fotos filtradas muestran un pasillo decorado con retratos del presidente, incluyendo una ilustración donde se lo representa como Wolverine y la tapa de la revista Time donde afirmó que su desprecio por el Estado era infinito .

La filtración de estas imágenes desató un debate en redes sociales, donde muchos compararon el pasillo con el famoso “Salón de los Espejos” de Luis XIV o con un museo de su propio culto personal. No es la primera vez que Milei se rodea de imágenes suyas, ya que ha recibido en público pinturas y esculturas con su rostro, obsequiadas por seguidores.

En paralelo, con aires noventeros, el presidente Milei compartió un banquete con el diseñador Roberto Piazza y su pareja, Walter Vázquez, en un aparente intento de acercamiento a la comunidad LGBTQ+. La reunión ocurre luego de la multitudinaria Marcha Federal del Orgullo Antifascista, en la cual Milei fue fuertemente criticado por sus declaraciones de odio en Davos, donde vinculó la homosexualidad con la pedofilia.

El pasillo de cuadros en Olivos reactivó comparaciones con otros líderes políticos que han usado su imagen como herramienta de poder. Al igual que Donald Trump, conocido por sus souvenirs con su cara, Milei demuestra que disfruta rodearse de su propia imagen. Culto a la personalidad al palo.

El Ciudadano