A través de Ale Soto, el baterista que lo acompaña hace años, Víctor «Vitico» Bereciartúa se acercó a los hermanos Pistarelli, que tenían una banda llamada Los Leones hace años, y hubo buena onda. Tocaron y el músico se dio cuenta que era la banda que necesitaba. “Tenía que tocar en Quilmes y un día antes Gabriel Carambula me dice que no quiere tocar porque no sé qué le pasaba y se cayó también un amigo de mi hijo Nico. Me faltaban dos. Entonces mi manager llama a Gastón Videla y Ale, el batero trae a Demon Pistarelli. Sonó bien, pero después Gastón no pudo seguir, y se incorporó Marcelo. Y así nos formamos, por las ganas de seguir tocando”, cuenta El Canciller, apodo que le dio el propio Norberto Pappo Napolitnao, en su épocas de Riff.
Con esta nueva formación, Vitico reivindica la contundencia del auténtico rock and roll y recorre todos sus éxitos con una estética bien auténtica, de su vieja escuela, con las que marcó el rock argentino. Su primera presentación en vivo con Los Leones fue en junio de 2023 y a partir de entonces continuaron tocando por el Gran Buenos Aires y el interior, manteniéndose activos, por lo que este año con varias fechas confirmadas hasta mediados de año, incluyendo una gira por Chile, siguen moviéndose por amor al rock: vuelven a tocar en Capital Federal, el próximo 22 de junio en The Roxy Live. El objetivo también es hacer temas nuevos y quizás grabar. Pero Vitico, sin apuros, a sus 75 años, se lo toma con calma.
-¿Cómo te sentís con esta nueva formación?
-Mejor que nunca. Son muchachos más cercanos a mí. Pollo tiene 50, es otra cosa. Los Viticus, mi formación anterior, eran más jóvenes y cada uno pensaba en su futuro. De hecho, a mi hijo Nicolás le va bárbaro, tocando con los Black Crowes. Pero bueno, yo estoy en otra fase. Por eso te digo, hoy estamos más en vivir lo que nos toca, el ahora y lo que tenemos ganas de hacer. Es otra dinámica. La que necesito a esta altura. Estoy muy contento de habernos juntado, gracias a Alejandro Soto, que además de tocar una barbaridad la batería, nos hace parecer más jóvenes. Necesitamos su fuerza. Creo que logré armar un buen grupo, y estamos en la misma sintonía. Ellos, Los Leones, estaban distanciados, desconozco las razones, pero con este proyecto volvieron a juntarse. Son veteranos del rock. Ellos tenían un Mercedes 1114 y se iban con el camión a tocar por todos lados. Y se encontraron conmigo y bueno, nos potenciamos. Eso siempre está bueno. No podemos esperar al próximo ensayo, nos entendemos, es ideal.
-¿Cuál es la búsqueda sonora?
-Tenemos un sonido absolutamente rockero. Es lo que soy. Es más, el otro día en un ensayo, se me vino una frase que define esa búsqueda de la que hablas: soy lo que quise ser y hago lo que me gusta. Punto. Ahora hacemos todo Riff, con una vuelta de tuerca, sin la voz cavernosa de Pappo, pero mañana veremos. Hacemos arreglos y detalles nuevos. A mí me encantan y los hago re contento. Además, la gente viene a verme y quiere oír lo que conoce. Estamos trabajando en temas propios y nuevos. Tenemos tres o cuatro ya terminados, y veremos qué es lo que nos espera. Vamos a ir a Santa Fe, y la semana que viene empezamos a grabar algunas partes. Pero el sonido es rock, seguimos con lo nuestro, con las ganas de siempre y que sea rock.
-¿El rock está en retirada?
-Si paso el apogeo, fenómeno, pero bueno, todavía estamos a los nos gusta y le damos para adelante. No sé si es tan así, pero bueno cada uno con lo que le guste. Me preguntaron muchas veces que pienso del trap o del sonido más actual. Yo creo que si el trap le gusta a tanta gente algo bueno tiene que tener, peor lo mío siempre va a ser el rock. Sé que hay gente a la que le gusta lo que hacemos y con eso soy feliz. Es un momento jodido para todos, pero esto es una pasión. No me puedo quejar, no es que me conforme con lo que logré, pero no puedo pedir más. Te repito, yo hago lo que me gusta. No hay tantas vueltas que darle.
-¿Cómo tomaste la partida de Javier Martínez?
-Él era muy amigo mío. Desde hace mucho. Haciendo cuentas noté que tuve conversaciones con él hace 50 años. Y me marcaron: es un interlocutor válido para ampliar la mirada, eso sin duda. De esa gente que te deja algo. Él era muy inteligente, pero terrenal. Tocamos hace un par de años en el bar de Corcho Rodríguez, fue increíble. Pero bueno, la noticia fue dura, pero en el fondo todos vamos a morir y hay que tomarlo como lo que es. Varios medios me pidieron que escriba algo. Pero no lo hice. No me gusta hacer publicidad con los muertos. El mejor homenaje es seguir tocando con pasión. De alguna manera espero volver a encontrármelo. Dentro de veinte años nos encontraremos (risas). Ojalá quiera. Fue uno de los tipos más lúcidos que me topé. No nos veíamos seguido, pero cuando nos encontrábamos nos daba mucho gusto y la pasábamos bárbaro. No está más, tengo que lidiar con eso. Yo lo hago con canciones. Y ahora con Los Leones. Como él nos enseñó a tantos de nosotros. Empezar de abajo y con convicción por lo que se hace y dice. En eso estamos.
Vitico y Los Leones
Víctor Bereciartua en bajo y voz, los hermanos Demon y Marcelo “Pollo” Pistarelli, ambos en guitarra y coros, y Alejandro Soto en batería. 22 de junio a las 20 en The Roxy Live, Cnel. Niceto Vega 5542.