Fue una sorpresa la vista de la expresidenta Cristina Fernández a La Matanza, para las autoridades del municipio -dejaron trascender que no estaban al tanto- como para los vecinos, que se acercaron a saludarla cuando la vieron junto al «Padre Tano», integrante del grupo de curas villeros.
La forma en la que se presentó la expresidenta en territorio es una novedad, ya que en los últimos años sus apariciones públicas han sido a través de actos oficiales, clases magistrales o reuniones en el Instituto Patria.
«Me van a hacer llorar. Vine con el famoso ‘Padre Tano’, y digo famoso porque yo no lo conocía y los chicos me decían todas las cosas que hacía en los barrios, cómo juntaba a los pibes para ayudarlos», dijo CFK en un discurso improvisado ante la multitud que la acompañó en la recorrida.
Y enumeró, entre las obras del sacerdote: «Hizo escuelas, piletas, este centro de jubilados, hogares para las mujeres, hogares para los pibes que se le fueron los padres, para que no siga avanzando el narco como sigue avanzando en todos nuestros barrios producto de que el Estado se retira».
«Es fundamental que el pueblo y la sociedad se organice en torno a la Iglesia, el club y la cooperativa de la escuela», expresó Fernández de Kirchner en la Parroquia San José, desde donde llamó a los presentes a «no ignorarse los unos con los otros y entender que la única fuerza que tenemos está en lo colectivo».
Al respecto, insistió que «en lo individual no se va a salvar absolutamente nadie«. También señaló, con la voz quebrada, que está «absolutamente convencida de que Dios va a terminar ayudando al pueblo argentino».
Fernández de Kirchner recuperó en las últimas semanas la centralidad de la oposición, al confrontar directamente con el presidente Javier Milei por el rumbo de la economía y llevar adelante reuniones con distintos sectores de la sociedad.
Para muchos, esta visita al más importante distrito de la provincia de Buenos Aires no puede dejar de leerse en clave electoral pensando en el 2025.