Con negociaciones a contrarreloj, el gobierno se entusiasma con un triunfo en el Congreso que consolide el nuevo mote de articulador político que adoptó Javier Milei en las últimas semanas. 

“Estamos esperanzados”, confió a este medio un habitué del despacho presidencial sobre la performance parlamentaria que darán hoy propios y ajenos. Puertas adentro de Casa Rosada entienden que obtener un triunfo después de las tres derrotas consecutivas de hace algunas semanas y sin un rol activo de Guillermo Francos -que volverá a sus funciones en las próximas horas- es fundamental para consolidar la imagen del presidente.

Para un ladero del libertario que sigue de cerca las encuestas semanales que llegan a su escritorio, el veto jubilatorio no impactará en la figura de Milei. “Estamos bajando la inflación y la gente todavía entiende que es necesario ajustar para después estar mejor”, analiza. Las mediciones acompañan su teoría.

La misma perspectiva tienen cerca de Mauricio Macri. Después de la reaparición política del ex presidente, que tuvo aparejado el relanzamiento del PRO como fuerza, los números que recibió la mesa chica del calabrés no movieron el amperímetro de expectativas. Con este escenario, confían, el alineamiento con La Libertad Avanza era necesario para que el espacio amarillo “no quedara pegado al kirchnerismo” dentro del Congreso.

La fórmula se repite dentro de un sector del radicalismo. Este martes, después de presentar y votar en favor del proyecto que promovía un aumento de 8% para los haberes jubilatorios, cinco diputados de la cada vez más cuestionada Unión Cívica Radical se reunieron a solas con Javier Milei. Tras la cumbre, en la que el presidente detalló las consecuencias deficitarias que traería la aprobación de esta medida, los legisladores aceptaron apoyar el veto presidencial y el modelo antidéficit que pregona el oficialismo. Todo sin ponerse colorados.

De la cumbre participaron los diputados Martín Arjol, Luis Picat, José Federico Tournier,  Pablo Cervi y Mariano Campero. «Honrar a nuestros jubilados es una obligación moral que tenemos en este recinto» sostuvo este último durante la sesión en la que se aprobó el aumento de la movilidad jubilatoria y que él votó a favor.

Como contó ayer este diario, el doblamiento del radicalismo llega en buena hora para el oficialismo, que se entusiasma con poder rescatar a los heridos que deje el inevitable quiebre del bloque a largo plazo. Si bien aún no se apresuran a hablar de listas, cerca del presidente fantasean con la posibilidad de sumar dirigentes con vuelo propio que puedan darle mayor fuerza política y territorial a las boletas de La Libertad Avanza.

El fantasma del enemigo interno

En Casa Rosada siguen de cerca lo que, se espera, será una masiva marcha encabezada por la CGT y otras corrientes sindicales. Según confiaron desde uno de los despachos cercanos al presidente a Tiempo, el Ministerio de Seguridad recibió una alerta sobre posibles ataques por parte de manifestantes. Durante la reunión de gabinete blue de este martes, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, le advirtió al presidente sobre esta información que, dicen, llegó de “fuentes abiertas”. El libertario escuchó con atención y habilitó a su ministra a “hacer lo que tenga que hacer para controlar la situación”, graficó uno de los presentes en esa cumbre ante este medio.

“Van a ir a pudrirla para después decir que los reprimimos”, sostuvieron desde el palacio. Para un ladero del presidente, el secretario general de Camioneros y líder de la CGT, Pablo Moyano, los trabajadores agrupados en ATE y otras “organizaciones de izquierda” estarán dispuestos “a ir por todo” para desestabilizar al gobierno.

Desde temprano, Bullrich se encargó de hacer saber a la prensa que encabeza el monitoreo en el Comando de Control del Ministerio, del operativo de seguridad dispuesto en el Congreso. Si bien no hay mayores precisiones sobre la aplicación del ya famoso protocolo antipiquete, en Casa Rosada advierten que “no les temblará la mano” para controlar la protesta.