«Como he dicho muchas veces, yo no sería el escritor que soy, ni mi obra sería la misma, sin la influencia de la literatura francesa», aseguró Vargas Llosa en un mensaje que fue leído por el escritor Pierre Assouline, durante el acto de entrega del premio que se realizó en la embajada española. El Nobel no asistió a la ceremonia porque en ese momento se encontraba en Perú, su país natal.
Es difícil determinar si lo que asegura el Nobel peruano es verdad, aunque siempre fue un devoto lector y admirador de Flaubert, pero lo cierto es que su relación con Francia ha sido muy estrecha, sobre todo en los últimos tiempos. El año pasado ingresó a la Academia Francesa y el hecho es doblemente significativo si se tiene en cuenta que es la primera vez que integra esa Academia fundada en 1635 por el cardenal Richelieu alguien que no escribe en francés.
Además, Paris fue la ciudad en la que escribió la novela La ciudad y los perros que lo lanzó a la fama. En la que cuenta las crueles aberraciones que vivió durante los años que vivió en el colegio Leoncio Prado.
Por su parte, el traductor Albert Bensoussan expresó: «Traducir es transmitir. La traducción multiplica el genio. El traductor ocupará siempre una plaza subalterna. Viene después, no ha creado, no ha conocido la tempestad dentro del cráneo del autor».
Sin embargo, su modestia no se justifica, ya que también es escritor y tiene una carrera brillante como traductor. Pertenece a una familia de origen sefaradí. Nació en Argelia en 1935, y ha dedicado décadas de trabajo a divulgar autores como Vargas Llosa, José Donoso, Zoé Valdés o Alfredo Bryce Echenique en Francia. Dada la ausencia de Vargas Llosa fue él el encargado de recibir el premio en su nombre.
Según consta en su sitio web, “la Asociación (Diálogo) organiza cada año el Prix Diálogo con el objetivo de promover y desarrollar la cooperación y la amistad hispano-francesa. El premio es otorgado por un jurado presidido por Carmen Posadas y galardona a una personalidad o a un organismo en unos campos representativos de la cooperación: empresa, sector público, investigación, arte o cultura”.
El escritor francés Pierre Assouline dijo al presentarlo: “Es el mejor regalo que le hicieron los Reyes Católicos a Francia en una alusión irónica a la expulsión de los judíos de España en el siglo XV. Varios de los expulsados se instalaron en el norte de África.
Vargas Llosa y la burocracia literaria
Aquel joven que formó parte fundamental del boom latinoamericano y que alguna vez se sintió cercano a la izquierda, hoy se encuentra en las antípodas ideológicas. Actualmente se habla más de su posición política que de sus libros.
Definitivamente consagrado con el Nobel, Vargas Llosa se ha transformado en un ejemplo paradigmático de la burocracia literaria más allá del valor de sus textos. Todos recuerdan el diálogo público que tuvo con Mauricio Macri en el que le preguntó qué haría si volviera a ser presidente y, con la total aprobación del escritor Macri contestó: “haría lo mismo, pero más rápido”
Los premios importantes, según parece, no sólo otorgan prestigio, sino también impunidad lingüística para opinar ligeramente sobre la política de países que no son el propio.
“Era muy difícil no ser de izquierda en mi juventud. Pero la izquierda te empujaba hacia un marxismo sectario”, le dice Vargas Llosa a la publicación digital El tiempo.
El Nobel que recibió en 2010, no sólo premia su escritura. La Academia Sueca expresó en esa oportunidad que se le otorgaba también por su “cartografía de las estructuras del poder y aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”.
Es evidente que la “cartografía de las estructuras del poder” ha ido cambiando con el tiempo para Vargas Llosa. Lo cierto es que, como escritor, logró todo aquello que se puede esperar de la práctica literaria. Metódico y organizado, supo enfocarse en su talento para crear una vasta obra reconocida en todo el mundo. Acaso sólo la política logró arrebatarle algo de tiempo del que siempre le dedicó a la escritura.
Luego de ganar “el premio de los premios” sigue recibiendo distinciones y reconocimientos.