Hoy y mañana se está llevando adelante en las 62 universidades nacionales, una nueva jornada de paro de 48 horas. Esto es en continuidad de un plan de lucha que comenzó a principios del año frente a un desfinanciamiento abrupto que comenzaron a sufrir las universidades nacionales.
El problema presupuestario no es nuevo en nuestras universidades. Se viene manteniendo y agudizando gobierno tras gobierno lo mismo que la pérdida en los salarios de trabajadores docentes y no docentes. Sin embargo, a partir de la asunción de este gobierno, la caída fue brutal tanto en el presupuesto como en los salarios. El gobierno planteó directamente que iba a mantener el mismo presupuesto que 2023 independientemente de los altísimos índices de inflación que atravesaron el 2023 y también en el 2024.
Esto golpea no solamente a las posibilidades de funcionamiento de las universidades públicas sino también a los salarios puesto que allí se destina el 92% del total.
A principio del primer cuatrimestre comenzamos un plan de lucha que consistió en medidas de fuerza directa con paros, clases públicas, diferentes acciones de visibilización y que tuvo el punto más álgido el 23 de abril en esa masiva movilización que puso más de un millón de personas en las calles. Incluso en ciudades donde no hay sedes universitarias.
Es una demostración que no solo salió a defenderla la comunidad universitaria sino el conjunto de la población. La universidad estatal pública y gratuita en la Argentina es una conquista de años y años del conjunto del pueblo.
Luego del 23 de abril se hubo un arreglo entre los rectores y el gobierno que llevó a que el gobierno diera un aumento del 270% para el presupuesto para funcionamiento que es una pequeña porción que no llega al 9% del total.
El acuerdo fue arrancado por la movilización, pero el gobierno lo cumple de acuerdo a de qué universidad se trate. Lo dan en cuotas e incluso a la Universidad de las Madres no le entregaron nada y la semana pasada enviaron a las fuerzas policiales para tratar de impedir que entraran y salieran todos los trabajadores y estudiantes.
Gracias a esa inmensa movilización también hubo un cese de los amedrentamientos del gobierno y sus voceros por el supuesto adoctrinamiento que se hace en las universidades públicas. Así demostraron que están en contra de los postulados de la Reforma del 18 intentando llevarnos más de un siglo atrás puesto que cuestionan la libertad de cátedra y el pensamiento crítico que son la base para la investigación, pero también para la extensión poniendo nuestro conocimiento al servicio de las necesidades populares.
Este pacto del Gobierno con los rectores se dio en el marco de las negociaciones por la votación de la ley bases. No podemos dejar de señalar que ese acuerdo favoreció su aprobación y que, acto seguido, las universidades decretaron el cese de la emergencia presupuestaria asestando un golpe muy grande a la lucha de docentes y no docentes.
Con el comienzo del nuevo cuatrimestre se retomaron los planes de lucha y, por suerte, también con el acompañamiento de los Consejos Superiores y el Consejo Interuniversitario Nacional que empezaron a ver con mucha preocupación que la situación abrumadora de docentes que cobramos salarios por debajo de la línea de indigencia y tenemos el salario docente más bajo de todo el país, empezó a producir un vaciamiento por la renuncia de docentes que empezaron a buscar trabajo docente en otras áreas de la educación donde ganan más.
Desde nuestro sindicato AGD-UBA mantuvimos hace dos semanas 72 horas de paro entendiendo que la única forma de arrancar lo que solicitamos es con la continuidad y profundización de nuestro plan de lucha.
Llegamos con una nueva jornada de paro de 48 horas convocado por CONADU y CONADU Histórica para el tratamiento urgente por parte del Senado del proyecto surgido en Diputados de financiamiento universitario para recuperar con lo perdido por la inflación desde diciembre 2023.
Esperamos su rápida sanción, aunque el presidente ya ha anunciado que si sale va a vetarlo. En ese caso ya estamos convencidos en nuestros sindicatos y federaciones que tenemos que salir con una nueva e inmensa marcha. Un nuevo 23 de abril volviendo a convocar al conjunto de la población porque sin docentes y sin no docentes no hay universidad y, sin salario, no hay docentes ni no docentes.