Jorge es uruguayo de pura cepa. Por años y años tuvo un bar en el centro de Montevideo, a metros de la 18 de julio, tradicional por presentar la mejor picada de la ciudad. No es exageración: decenas de platitos con chacinados, mariscos, verduras, fiambres, quesos, conservas, aceitunas, snacks y un etcétera enorme. Pero además, Jorge es amigo, y ante cada llegada sirve de generosísimo anfitrión culinario. Recomiendo uno a uno, los mejores lugares para descubrir los manjares que sólo se puede degustar en el Uruguay. 

Por caso, el más que tradicional chivito uruguayo (canadiense o al plato). Un manjar que es especialidad de punta a punta de la república: tiene fecha concreta de invención el 31 de diciembre de 1944. La leyenda cuenta que una adinerada turista cordobesa era habitué del restaurante El Mejillón Bar, muy típico en el ya tradicional Punta del Este. Y que ese fin de año, vaya a saber por qué, se le antojó consumir carne de chivo, común en su tierra natal. Para no dejar contrariada a tan buena cliente no le advirtieron que no tenían ese carne y lo hicieron de ternera. Los cocineros, para “disimular”, le agregaron mil ingredientes, Un sánguche que aparecía bien gourmet, además de apetitoso. Tal fue su pinta que lo reclamaron desde otras mesas. El responsable del restorán, Antonio Carbonaro, para presumir,  le puso “canadiense”. Hizo furor en su boliche al punto que cuenta la leyenda que ese verano vació la carnicería que lo proveía… Luego lo impuso en Montevideo, y más tarde en todo Uruguay. Vaya a saber quién le quitó el pan (tal vez para que no engorde tanto) y lo sirve al plato…  

Una copa bien helada

Es muy común que el chivito llegue acompañado por un chop muy frío. En general la tradicional Pilsen, tan uruguaya. Pero hay otra bebida muy tradicional: el Medio y Medio (muchos lo llaman 1/2 y 1/2), una mezcla de un vino espumoso dulce (generalmente blanco) o champán, con otro blanco, preferente muy seco. Sólo en algunas variantes se utiliza vino rosado y, a veces, un tino suave. Pero en todos los casos se sirve bien frappé. Finalmente, la mezcla deriva en muy aromático espumante, frutal y floral que se ve resaltado por el gas que contiene. 

Por lejos, el más reconocido es el Roldós, que surgió de un restorán de ese nombre que funcionó en el Mercado del Puerto desde 1888 y durante décadas elaboró este brebaje de manera artesanal. En la actualidad, lo produce la bodega Bruzzone y Sciutto: se trata de un exquisito corte de vino espumoso moscato blanco mezclado con un delicado pinot blanc.

Algunos paladares lo confunden con la sidra. Pero el sabor y la textura del medio y medio marcan su identidad propia. Ni qué hablar con una versión explosiva que cundió en los bares populares del interior uruguayo a mitad del siglo XX, y que también se lo reconoció como medio y medio: caña con vermú.

La última copita…

Para terminar la noche, lo ideal es apuntar hacia el barrio viejo, tal vez caminando para hacer la digestión y encarar, literalmente, un final gastronómico a toda orquesta. Porque suele haber algún grupo entonando un tanguito en el escenario pequeño del fondo, del Baar Fun Fun: Miles de figuras pisaron sus pisos de tablas. Todavía se sirve allí una bebida exquisita, explosiva, única. En una primera época se lo conocía como la Uvita. En el tiempo se hizo famoso como el licor Fun Fun. 

Licor dulce que se toma en pequeñas copitas y que al principio parece no provocar ningún efecto, pero a los pocos segundos produce un terremoto en el cuerpo. Quien lo prueba suele pide una copita más, y luego otra… Aunque se recomienda tener cuidado: el mundo puede girar mucho más rápido de lo aconsejable… «

CHIVITO CANADIENSE

Ingredientes para una pieza (para compar)

Filetes de ternera uno o dos, finos y tiernos

1 tomate en rodajas

Varias hojas de lechuga

4 aceitunas sin carozo

4 pepinillos en vinagre

4 lonjas de jamón ahumado o cocido y 4 de panceta a la plancha Cebolla caramelizada

1/3 de morrón rojo 

2 queso Mozzarella o sanguchero, para fundir 

2 pan de barra tipo chapata o similar

2 huevos duro o cocido en punto babé

mayonesa y ketchup

300 gr. de papas fritas

300 gr. de ensalada rusa (papa, arveja y zanahoria)

 

Preparación 

Se tuestan ligeramente los panes. Untarlos con abundante mayonesa. Sobre la base, va la lechuga condimentadas. Se deben cocer dos huevos: si son duros, luego se lo corta en fetas y si se los prepara a la sartén, suelen ser en punto babé o como se prefiera. Se los deposita sobre la lechuga, junto a la fetas de morrones, las de panceta a la planche y la cebolla caramelizada. Al mismo tiempo se preparan las porciones de papas fritas y de una de ensalada rusa: papas, zanahorias, arvejas y mayonesa).

Luego cocinamos el chivito con buen fuego a la plancha o la sartén (un secreto: tostado por afuera y jugoso por dentro).

Cuando está cocido, se le suman lonjas de jamón y de queso. Es muy recomendable que el queso se funda. Luego, al conjunto se lo coloca sobre el resto de los ingredientes. No olvidar aceitunas, pepinillos y rodajas de tomate. Recién allí colocamos la otra mitad del pan… y lo cortamos al medio, (en diagonal, dato clave) sobre las papas fritas bien calientes. Y por afuera del plato, la ensalada rusa.

Ah, no olvidar los potes de mayonesa y de ketchup.



LA UVITA

El Baar Fun abrió sus puertas el 12 de diciembre de 1895, en Ciudadela 1229, frente al Teatro Solís. Alguno de sus mozos parece haber trascurrido todo ese tiempo. Miles y miles de personajes pisaron sus pisos de madera en estos casi 130 años: por caso Carlos Gardel cantó a capella más de una vez, acodado en el mostrador, degustando el Fun Fun. El bar fue fundado por Augusto López. Su bisnieto Gonzalo Acosta López se asoció con una tradicional bodega, Juan Toscanini e Hijos, ahora el Uvita Fun Fun se vende en los comercios.



PANCHO

En Uruguay se lo llama por su nombre alemán Frankfurter: se sirve dos o tres salchichas envueltas en muzza derretida, pan cuadrado y un infinito colchón de papas fritas… Una alternativa «muy digna» al chivito…