Ursula K. Le Guin, trabajadora incansable en el campo de la literatura fntástica y de ciencia ficción, expresó su voluntad de que su casa ubicada en Oregon, Estados Unidos, fuera convertida en una residencia para escritores. Así, a su legado literario se agrega el lugar donde ella misma concibió sus ficciones para darles un estímulo a los escritores del presente y del futuro.
Así lo anunció el director de la ONG Leterary Arts, ubicada en Oregon, Andre Proctor. “Las conversaciones con Ursula y su familia –dijo- comenzaron en 2017. Ella tenía la clara visión de que su hogar se convirtiera en un espacio creativo para escritores y un faro para la comunidad literaria en general. Este mes, con el lanzamiento de la fase pública de nuestra Campaña para las Artes Literarias, estamos más cerca que nunca de hacer realidad este sueño”.
Y agregó que la campaña iniciada “permitirá recaudar fondos para poner en marcha la Residencia de Escritores Ursula K. Le Guin y planificar su futuro”. La casa necesita algunas reparaciones y adaptaciones para servir a la nueva función que se le asignará.
Si bien la acogerá a residentes de todo el mundo, pondrá en foco, sobre todo, en los escritores nacidos en el oeste de los Estados Unidos. El propósito es que asistan escritores de distintas edades y diferentes estéticas.
Los residentes serán elegido por un consejo de profesionales de la literatura a los que se sumará un miembro de la familia de Ursula K.Leguin.
La fecha para el inicio de la Residencia aún no ha sido fijado. Por el momento se están juntando los fondos para hacer de este proyecto una realidad.
Su hijo, Downes-Le Guin, albacea literario de su madre, afirmó que quisiera evitar que la casa se convirtiera en un museo o que la figura su madre inhiba a los futuros escritores residentes. “No me gustaría –dijo- que nadie estuviera allí en un estado constante de reverencia, lo que iría en contra del espíritu de la residencia”.
“No queremos –añadió- que sea sólo para autores que ya han tenido residencias en otros lugares”, dice. Pero queremos que los solicitantes demuestren que están seriamente comprometidos con la obra. Queremos gente que lo aproveche al máximo”.
Por otra parte, también habló de Ursula K.Leguin en su doble función de madre y escritora. “Estaba muy presente y era muy accesible como madre”, expresó. “Estaba muy decidida a no cargar a sus hijos con su carrera. Pero las veces que estaba allí para escribir, sabíamos que teníamos que dejarle su intimidad”.
Destacó, además, que Ursula “centró gran parte de su energía en la comunidad local de escritores, bibliotecas y organizaciones literarias”.
Se refirió también a la confianza de la familia en la ONG elegida para poner en práctica el deseo de su madre.
La casa en la que Urseula K.Leguin vivió con su esposo y sus hijos fue diseñada en el siglo XIX. El lugar donde ella escribía tiene vista a un jardín con una vieja secuoya, un árbol muy típico de la zona que se cuenta entre los más grandes del mundo y que fue plantado por la familia varias décadas atrás.
Ursula K.Leguin, su legado
Ursula K. Leguin fue muy prolífica y de una imaginación desbordante. Creó, del mismo modo que William Faulkner o Juan Carlos Onetti, su propio territorio de ficción, Terramar, donde se desarrolla su famosa saga.
Vivió rodeada de los mitos y leyendas de los pueblos originarios de su país. Esto, sin duda, tuvo que ver con la influencia de su padre, Alfred Kroeber, un etnólogo cultural muy interesado por esos temas.
Su madre, Theodora Kroeber, era antropóloga y también escritora y se dedicó a recoger la tradición oral de varios pueblos originarios de su país.
Ursula tuvo un fallido debut literario a los 11 años, cuando envió un cuento suyo a una revista de ciencia ficción que lo rechazó. Mucho más tarde, se convertiría en la primera mujer reconocida como “gran maestra” de Asociación de escritores de ciencia ficción y fantasía de Estados Unidos (SFWA).
Un dato para tener en cuenta es que Ursula fue admiradora de la escritora argentina Liliana Bodoc y su Saga de los Confines. La Saga de los Confines – dijo, según el diario Los Andes, me parece que trae, por primera vez, una voz y punto de vista realmente sudamericano a la Fantasía puramente imaginada (a diferencia de la fantasía borgesiana, y la histórica e irónica semi-fantasía de los realistas mágicos). ¿Ha sido su trabajo bien recibido? Yo lo encuentro hermoso y perturbador a la vez.” La admiración, por supuesto, era mutua.
Luego de estudiar lenguas romances en Harvard, viajó a Francia gracias a la obtención de una beca Fullbright. Allì conoció al que sería su esposo, el historiador Charles Leguin, con quien se casó en 1953.
A su regreso a Estados Unidos se estableció en Portland, Obregon.
Publicó su primera obra en 1959 y partir de ese momento dedicó su vida a escribir durante casi 60 años. Dejó más de 20 novelas, más de 100 relatos cortos, poesía, ensayo, libros para chicos y traducciones.
Su trabajo incesante es un ejemplo para escritores de todas las edades. Quizá la imparable energía literaria tenga influencia en quienes escriban en la que fue su casa y al alzar la vista vean la gran secuoya de su jardín.