Aunque le dio la espalda cuando asumió la presidencia, Javier Milei comenzó a demostrar hasta donde le afecta una mala relación con el Congreso. Apenas llegó de España reconoció que no habrá «pacto del 25 de mayo» porque «no hay Ley Bases» y este martes hizo otra pequeña concesión apuntando a la Cámara de Diputados.

Esta mañana el vocero presidencial Manuel Adorni anunció un nuevo aumento de las partidas para las universidades públicas. El mensaje de la Casa Rosada apunta a la sesión especial de la Cámara Baja convocada a las 14 y solicitada por los bloques de la oposición para tratar, sin despacho de comisión dictamen, proyectos impulsados por el radicalismo, Hacemos Coalición Federal, el FIT y Unión por la Patria.

«La resolución implicaría el logro completo del objetivo por el cual se llamó la sesión, sí, que consiste en el otorgamiento de los fondos a las universidades en los términos que se le dieron a la UBA» admitió a Tiempo una fuente parlamentaria.

A diferencia de lo que sucede en el Senado, el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, no puede impedir la convocatoria de una sesión especial si es solicitada como establece el reglamento. Hasta ahora hubo dos intentos, pero impulsados por Unión por la Patria. El primero fue para forzar el debate de la actualización jubilatoria y fue sofocado mediante una negociación que encabezó Menem y que le dejó la conducción de la comisión de previsión y seguridad social a la cordobesa radical Gabriela Brower de Koening.

Al mismo tiempo el gobierno extendió la actualización por IPC que iba a aplicar en abril y la postergó para julio, pero con el pago en dos partes de los últimos dos haberes. El costo que pagó el radicalismo por quedar pegado a la estrategia del gobierno no fue muy alto hacia afuera, pero cayó pésimo adentro del bloque de 34 voluntades que conduce Rodrigo De Loredo.

Luego vino un segundo intento de sesión especial. También fue promovido por UxP para debatir un mecanismo de actualización del presupuesto universitario y la reinstalación del Fondo Nacional del Incentivo Docente (Fonid). El peronismo no pudo llevarla adelante porque le faltaron cinco presentes para llegar al quórum de 129. Sin embargo en esa oportunidad bajaron al recinto 14 de los 34 integrantes del bloque de la UCR.

Los que se animaron a sentarse en sus bancas demostraron el nivel de desacuerdo que hay en la bancada que preside De Loredo sobre la inestable negociación de la UCR con el Gobierno, que dejó de estar marcada por el desdén del presidente con esa fuerza política. Ahora está definida entre la propuesta radical de una ambiciosa reforma laboral, que metió una parte dentro de la Ley Bases, y la áspera disputa por el presupuesto universitario, que incluyó la participación de sus principales dirigentes en la masiva movilización del XX de abril, hace casi un mes.

Para incomodidad de los principales negociadores de la UCR, el gobierno anunció la semana pasada que incrementaba los fondos para los costos de funcionamiento de la UBA y de sus hospitales universitarios. El vicerrector de la universidad beneficiada, Emiliano Yacobitti, dijo rápidamente que respaldaba el reclamo de las otras 60. Al mismo tiempo, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) repudió la movida de Educación y advirtió que la intención de dividir el reclamo era un error que empeoraba todo.

Aún así la conducción del radicalismo consiguió un auxilio urgente para la universidad clave de su entramado de poder y, con riesgos, no rompió el acuerdo unánime con los demás rectores. El tironeo fue luego del paso del secretario de Educación, Carlos Torrendell, por la comisión de esa materia de la Cámara Baja. Lo hizo como invitado para responder las preguntas de los integrantes de la comisión que preside el macrista Alejandro Finocchiaro, que ha tenido que hacer equilibrio entre el apuro opositor por empujar el aumento universitario y el interés del Gobierno por demorar ese trámite todo lo posible.

Los tiempos en el Gobierno parecieron desmalezarse este lunes. Hubo una reunión entre Torrendell y los rectores del CIN, donde consiguieron un aumento del 270% en las partidas para todas las universidades. Eso fue lo que anunció esta mañana Adorni, para confimar la firma de un acuerdo que afloje el conflicto. Ante las consultas de Tiempo, en el bloque radical confirmaron que sigue en pie el pedido de sesión especial y que no será retirado.

«Es importante que la conversación que los rectores tuvieron con el Gobierno (y de la que estábamos al tanto) haya sido reconocida por públicamente y asuman el compromiso», explicaron desde el bloque de la UCR. «Estamos conversando con los rectores y las autoridades del CIN, porque la resolución de aumento de los fondos no está. Ya ocurrió el viernes que el Gobierno comunicó una decisión que no se materializó. Eso es lo que en muchos genera dudas», aseguró la fuente parlamentaria para confirmar que no moverán nada hasta que no vean firmada la decisión administrativa que concrete el giro prometido de los fondos.

Para la sesión el temario incluye los proyectos impulsados por radicales, peronistas, HCF, el FIT e Innovación Federal. Van desde declarar la emergencia presupuestaria del sistema público universitario hasta definir una fórmula de actualización y un mecanismo por ley. También está el interés de Unión por la Patria por meter la reactivación del FONID. Por ese tema salieron distintos dictámenes de la comisión de Educación que ahora pasaron a ser debatidos por la de Presupuesto, que conduce José Luis Espert. Para ganar tiempo Menem nunca convocó a un plenario de las dos comisiones hasta la semana pasada. Primero el debate transitó por Educación y ahora por Presupuesto. Para seguir estirando todo Espert convocó a una nueva reunión para este jueves.

Así se originó el pedido de sesión de este martes. Esta vez lleva la firma de todos los diputados del radicalismo y, según confiaron a Tiempo contarían con el quórum suficiente. Este lunes el bloque de UxP, que conduce Germán Martínez, confirmó que daría quórum y buscaría el apoyo para la restitución del FONID junto con el aumento universitario, tal como intentaron hacelo en la sesión fallida posterior a la histórica marcha universitaria.

A cada una de las propuestas les falta dictamen. En caso de llegar al recinto, requieren dos tercios de los presentes para ser aprobados. Ante el total de las 257 bancas, serían necesarios 170 a favor, en una combinación de voluntades de todos los bloques de la oposición, incluso con el panperonismo. Si hay menos presentes, la cifra se reduce en forma proporcional, pero sigue siendo un alto desafío político y numérico, para una oposición «dialoguista» que evita votar algo junto al kirchnerismo.