Tras la carta de Cristina Fernández, la militancia y la dirigencia peronista se pusieron a discutir. “Me gusta, es lo que quería que pasara, que se abra la discusión de cara a la sociedad” dice la senadora Juliana Di Tullio, una de las legisladoras más cercanas a la exvicepresidenta y que más allá del debate programático tiene una batalla concreta por delante en el Senado: la derogación del DNU.
Pasaron los días después de la caída de la ley ómnibus y la dirigencia peronista pudo medir el límite y la resistencia de algunos gobernadores, incluso no peronistas, a las intenciones de Javier Milei. Fue un punto de inflexión, un mojón que marca cuándo la oposición paró de retroceder. Sirvió para tomar fuerza y avanzar contra el DNU vigente que ya desreguló los precios de las prepagas, la comercialización de alimentos y los intereses de las tarjetas bancarias: un golpe directo a la clase media trabajadora. “El DNU nos arruina la vida”, sintetiza Di Tullio.
Por lo pronto, las autoridades del interbloque de UxP confirmaron a Tiempo que, en la sesión preparatoria del 23 de febrero, en la que se designarán las autoridades de la cámara, van pedir que haya sesión especial para tratar el DNU. Si bien saben que, tras el fracaso del oficialismo con la mega ley, el rechazo de la cámara Alta, donde los gobernadores tienen representación directa, será un golpe duro para la administración Milei, destacan que lo importante es frenarlo para “poner las cosas en orden”. Fuentes parlamentarias adelantaron que construirán mayoría con los gobernadores porque evalúan que si este entrevero legislativo no se corrige “va a haber confrontaciones muy fuertes”.
Di Tullio analiza que “el peronismo tiene que poder construir un programa después de esto». «Esta película ya la vimos. Milei dice ‘no esperes resultados distintos con los mismos de siempre’ y está haciendo lo mismo con las mismas personas que estaban en el 2001 y va a tener los mismos resultados”, advierte.
Y agrega, en diálogo con El Destape Radio: “Esto que pasa es producto de lo buen comunicador que es Milei, mucho mejor que gobernante, que no tiene nada de bueno. Por lo menos no se lo ve mucho gobernando, sí que se lo ve mucho en Twitter. El ministro Caputo, el señor que nos endeudó causando esta mega crisis en el gobierno de Mauricio Macri vuelve a ser ministro de economía y además Macri vuelve a gobernar indirectamente en este esquema de gobierno de Milei”.
Si bien la carta de Cristina Fernández lanzó varias aristas y puso a debatir a la dirigencia sindical, territorial y social, el núcleo del texto es la deuda soberana, a la que señaló como “inflacionaria”, caracterización que le valió una respuesta con visos de teoría por parte del presidente Milei. En ese documento, la exmandataria pondera la decisión de Máximo Kirchner de dejar la jefatura de la bancada y votar, junto con muchos otros sectores, en contra del acuerdo que hizo con el FMI la administración de Alberto Fernández. “Es un dedo en la llaga – dice un legislador que votó a favor -porque nosotros quisimos dar gobernabilidad y no caer en default”.
Al respecto, opina Di Tullio: “Nosotros no pudimos resolver en nuestro gobierno este problema de la deuda, pero resolvimos que no volveremos a tomar más deuda y ahora el presidente está dando marcha atrás y quiere endeudarse sin pasar por el Congreso, y entonces podría agravarse aún más lo que los dos gobiernos anteriores no pudieron resolver. Eso es lo que plantea Cristina, no propone resultados concretos, propone discutirlo”.
“El DNU de Milei está vigente y es lo que nos arruina la vida, es con lo que el presidente tiene poder para subir tarifas, no cumplir con las paritarias, quitar subsidio del transporte, todas estas cosas que hacen que Argentina esté en una recesión espantosa. En tres meses lograron que la clase media se empobrezca rápidamente. Milei dice que en marzo abril vamos a caer al fondo total, hay que explicarle al presidente que cuando la gente cae difícilmente se levanta, los que se levantan (que nunca caen) son los que se mantienen arriba”, agrega.
En diálogo con Tiempo, el senador José Mayans advierte que “el DNU modifica códigos de fondo como el aduanero, la minería y el propio Código Civil que requiere mayorías especiales. Si la mayoría de los bloques acepta esto, tienen que renunciar porque el Congreso se vuelve inútil. Si llegamos a rechazarlo es poner las cosas en orden, son 16 títulos y 300 leyes, una ensalada rusa”.
Su colega de UxP Mariano Recalde asegura que “con las sesiones ordinarias se abre otro panorama”.
“Necesitamos el coraje de quienes siendo de otros bloques se expresaron en contra. La conducción de la UCR pide tarde conformar la bicameral, ahora hay que ir por el tratamiento sobre tablas. No se la juegan, tienen una actitud lamentable, nos tienen acostumbrados a la tibieza. La ley dice que los DNU son una excepción. Si a los diez días no emitió dictamen, la Ley 26.122 dice que las cámaras tienen que abocarse al tratamiento expreso e inmediato. Si la bicameral no se expidió la cámara tiene que tratarse expreso de inmediato. La UCR quiere volver para atrás. Nosotros queremos ir al recinto”, detalla el dirigente de La Cámpora.
Por lo pronto, desde todos los sectores del peronismo destacan la coordinación que se dio en estas semanas entre los sindicatos, los legisladores y algunos gobernadores. “No es poco”, evalúan. «