La represión a los jubilados y el veto presidencial a la nueva fórmula de movilidad resultaron la gota que rebalsó el vaso y sirvieron para sacar de la pasividad al menos a una parte de la conducción de la CGT.

El Consejo Directivo de la CGT había emitido un comunicado de repudio en forma casi inmediata a  la primera represión policial, contra la marcha del 28 de agosto, y dio a conocer uno nuevo el viernes pasado manifestando su “total apoyo al reclamo de las y los compañeros trabajadores jubilados por una mejora en sus ingresos, en resguardo de su acceso a la salud y en decidido rechazo al veto presidencial contra el aumento de sus haberes”.

Un equilibrio

El texto no emanó de una reunión de Consejo Directivo y en los hechos resultó el punto más alto de acuerdo que logró la mesa chica en la presente etapa. A la vez es reflejo de que no se pudo alcanzar un acuerdo para que la central obrera, como un todo, retomara la protesta callejera.

Sin embargo, el sector del Consejo Directivo que forma parte del Frente Sindical y la Corriente Federal de Trabajadores, liderados por Pablo Moyano y Sergio Palazzo, anunció el martes la convocatoria a una movilización junto con ambas CTA y la UTEP originalmente pautada para el jueves 12 de septiembre.

El comunicado del Consejo Directivo, de todas formas, dio aval a la iniciativa señalando que “acompaña las movilizaciones que manifiestan su descontento en el marco del legítimo y constitucional ejercicio del derecho a la protesta”.  

El sábado anterior, un plenario convocado por el Sindicato del Neumático que reunió a un centenar de dirigentes de sindicatos identificados con la izquierda y el clasismo, del Frente de Lucha Piquetero, de asambleas populares y organizaciones estudiantiles, entre otras, había puesto fecha para una marcha a la Plaza de Mayo para el martes 10 de septiembre con un amplio pliego de reclamos.

Además del repudio al veto presidencial contra la nueva movilidad, incluía el rechazo a la flexibilidad laboral que se busca profundizar con la reglamentación de la ley Bases, los despidos, el congelamiento de los Potenciar Trabajo y toda la normativa antisindical y de regimentación del derecho a huelga como la declaración de esencialidad de la educación que ahora pretende extenderse al servicio aerocomercial.

Allí, también reclamaron a la CGT y las CTA “un paro activo nacional y plan de lucha para derrotar todo el macabro plan de Milei”.

Foto: Camioneros / BA

Confluencia

La iniciativa parlamentaria del variopinto bloque opositor que pudo fijar una sesión en la Cámara de Diputados para el miércoles 11 con el propósito de reunir los dos tercios necesarios para revertir el veto presidencial, sirvió para que ambos agrupamientos modificaran la fecha de sus marchas para confluir ese día en la Plaza de los Dos Congresos.

La decisión de ambos bloques podría plasmarse en una movilización masiva en tanto, además de los gremios involucrados, participarán todas las facciones de las organizaciones sociales y piqueteras que, como se pudo ver el viernes, mantienen su poder de movilización (ver recuadro).

Oportunidad para golpear el ajuste

En diálogo con Tiempo, Hugo Yasky, líder de la CTA de los Trabajadores, señaló que “la marcha se adelantó porque la sesión finalmente se va a realizar el miércoles y no el jueves como se preveía. No tenía sentido hacer la marcha al día siguiente”. Para Yasky, “va a ser una convocatoria nutrida. Las imágenes de la represión a los jubilados hace dos semanas generan un efecto boomerang para el gobierno. La marcha de ayer (por el miércoles) fue todavía más grande. Crece la convocatoria y esa progresión se va a seguir dando. En esta oportunidad vamos a movilizar los sindicatos de los sectores que convocamos, como la Corriente Federal de los Trabajadores y el Frente Sindical de la CGT, pero ya se ha sumado también la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y van a estar los organismos de Derechos Humanos”.

Para el dirigente “se conforma un espectro convocante que, de alguna manera, es el que a partir de ahora va a tener la iniciativa de organizar una respuesta que, con la movilización, respalde las distintas demandas de los sectores que, como los jubilados, están en el blanco del ajuste”.

Desde el Frente Sindical de la CGT, Sergio Palazzo, titular de la Asociación Bancaria, dirigente de la Corriente Federal de Trabajadores y diputado nacional de Unión por la Patria (UxP), adelantó que la marcha será “para rechazar el criminal veto del presidente Milei” y que, a la vez, busca posicionarse “en defensa de los senadores y senadoras que respaldaron una fórmula de movilidad distinta a la del decreto presidencial y ahora deben ratificarla”. Caso contrario, denunció, “tendremos oportunidad de señalar a los traidores”.

En ese debate, Yasky que también ocupa una banca en el congreso por UxP, opinó que “es posible que se revierta el veto. En cualquier caso (para un lado o para el otro) la diferencia va a ser mínima”. El dirigente opinó que “lo lógico sería que los que votaron de una forma lo vuelvan a hacer de la misma manera. Si eso sucede el veto será rechazado. Pero sabemos que el gobierno está presionando de distintas formas a los gobernadores y diputados para tratar de torcer esa voluntad. Sería indigno que quien votó una cosa ahora vote de una manera distinta”.

Desde el sector más combativo del Frente Sindical, el titular de la Federación Aceitera, Daniel Yofra, que viene de arrancar una paritaria que puso el haber inicial por encima de los $ 1,5 millones, opinó que “hay motivos de sobra para movilizar el 11 y para hacerlo todos los días hasta que podamos solucionar este problema. No podemos seguir tolerando a este gobierno que vino a destruir todo lo que se ha conquistado en 100 años. Ya dijeron que quieren volver al 1900”.

El dirigente aceitero señaló que “ojalá sea el principio de un nuevo plan de lucha. Hicimos dos huelgas y una movilización en ocho meses de gobierno y nos pasaron por arriba. Es evidente que no alcanzó”.

El fantasma de la fractura

La movilización del miércoles implica, objetivamente, una desautorización al sector dialoguista y mayoritario de la conducción cegetista, aunque su realización y la libertad de acción de los sindicatos adheridos resultan, a la vez, un mecanismo para evitar la ruptura.

En la conferencia de prensa, Pablo Moyano, integrante del triunvirato que dirige la CGT, tensó la cuerda al señalar que “hay compañeros dirigentes que están confundidos cuando hablan de la reforma laboral. La derecha trata de confundir a los trabajadores. Por eso les digo que la única manera de pelear es en la calle”.

Sergio Sasia, titular de la Unión Ferroviaria, que aportó sus votos en el último Congreso para que Moyano formara parte del triunvirato a cambio de que el camionero lo catapultara como líder de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), señaló a esta diario que, en realidad, “la marcha no es en nombre de la CGT. Lo que intentamos es que todo lo que sea acordado en CGT sea resuelto en forma conjunta. Después cada sindicato es autónomo y hace lo que considera. No hay fecha todavía para una nueva reunión pero hay acuerdo para hacerla en breve. Está bien claro que no se convoca en forma parcial, eso daría la idea de que estamos divididos y no es así. Hay matices y distintos pensamientos. Para tomar una medida se debate el momento, las repercusiones y el impacto al otro día”.

Para Yofra, la iniciativa, “no parece un principio de ruptura. Sería como interpretar que, como la CGT no hace nada y nosotros largamos un paro por tiempo indeterminado, querríamos fracturar la CGT. Tenemos otros tiempos. La ruptura va a ser cuando aquellos que hoy piensan que parar no sirve, empiecen a pensar lo contrario independientemente de lo que piensen los que siempre están inactivos. No creo que el grupo que hoy dirige la CGT quiera organizar la bronca”.

Yasky intentó bajar el tono a la tensión: “Se trata de consolidar una articulación con gremios que están y van a seguir estando dentro de la CGT y, a la vez, van a dar un debate importante al interior, con otros que estamos afuera pero coincidimos en la necesidad de que la calle se vaya poblando con las demandas de los distintos sectores”. Para el dirigente “la pasividad y el disciplinamiento de los sectores que tenemos que expresar la protesta social es el objetivo que se plantea el gobierno. Por eso hay que tratar que esta importante convergencia se consolide en forma permanente. Se vuelve a repetir un escenario que ya vimos en el gobierno de Mauricio Macri”.

Cada vez que las organizaciones sindicales realizaron durante este gobierno una convocatoria, la respuesta popular resultó masiva. El miércoles será una oportunidad para que, como resultado de una combinación entre la movilización callejera y la acción parlamentaria, el gobierno se vea obligado a retroceder en una decisión que descolla por su arbitrariedad y crueldad. «

Masiva marcha piquetera forzó reunión en Capital Humano

La masiva movilización de las organizaciones piqueteras del viernes al Puente Pueyrredón forzó una reunión con funcionarios del Ministerio de Capital Humano, quienes se comprometieron a convocar a los movimientos sociales para cuando se haga la entrega de comida a los comedores.

En un comunicado emitido el mismo viernes, mientras se realizaba la marcha, el Frente de Lucha Piquetero señaló que “fue recibido por el director de Seguridad Alimentaria del Ministerio de Capital Humano, Sr. Miguel Vileli”.

Agregó que “él mismo nos refirió que están estudiando la distribución de los alimentos y que seremos convocados para que los alimentos lleguen a los barrios. Es lo que venimos reclamando desde el movimiento Piquetero”.

En medios cercanos al Frente de Lucha Piquetero resaltaron la convocatoria oficial pero se mostraron cautelosos respecto de los resultados.

La movilización piquetera tenía planificado cruzar el Puente Pueyrredón desde Avellaneda y alcanzar la sede del Ministerio de Capital Humano en la Ciudad de Buenos Aires.

Un gran operativo de fuerzas de seguridad federales impidió el paso. Los miles de manifestantes se mantuvieron en el lugar mientras se llevaba a cabo la reunión.