La jueza de Paz de Palmira del municipio mendocino de San Martín, Verónica Guevara Sisti, admite con orgullo haber logrado revertir drásticamente la ausencia escolar con una cuestionada pseudociencia. La técnica implementada se la conoce como “descodificación biológica” y si bien fue presentada por la magistrada y su equipo como novedosa y exitosa, carece de todo rigor científico. En los últimos días, la medida cosechó detractores en las redes sociales.
Según informaron algunos medios provinciales como Diario Uno, este juzgado de Paz fue el primero en implementar esta iniciativa en el marco de un programa de justicia restaurativa. De esta manera, el año pasado, precisaron que en 150 familias se redujo en un 80% este tipo de “conductas contravenciones”.
Es que en Mendoza, uno de los artículos del Código Contravencional establece que «los padres, tutores o curadores de alumnos menores de edad que, de manera reiterada e injustificada» hagan faltar a clases a sus hijos serán sancionados con multas que van desde los 5.700 pesos a 14.250, como así también podrían ser penados a 15 días de cárcel o hasta a 20 días de trabajo comunitario.
Pseudociencia
Pero, ¿de qué se trata la descodificación biológica? Sería un acompañamiento emocional de la persona, paciente, o en este caso el contraventor, para que descubra sus conflictos biológicos. Esta iniciativa proviene de la “nueva medicina germánica” que consiste en “escuchar al cuerpo”. Al parecer, la jueza Guevara Sisti incursionó en este tipo de medicinas alternativas y desde su juzgado se le propone a los contraventores sesiones de “biodanza” o “biodescodificación”.
A través de un trabajo conjunto entre la Municipalidad de San Martín, la Justicia y la Dirección de Orientación y Apoyo Interdisciplinario a las Trayectorias escolares (DOAITE), intreviene un equipo de tres facilitadores: Sandra Musa, Claudia Garay y Eduardo Irusta.
“Antes de sugerirle esta medida restaurativa se analiza caso por caso”, aclaró la jueza a Diario UNO. En diálogo con ese mismo medio, Musa, especialista en constelaciones familiares, puntualizó que “la raíz de la biodescodificación es entender que la enfermedad viene a ayudarle a sobrevivir. Es difícil entender cómo una enfermedad o un síntoma me puede venir a ayudar. Eso es lo que le permitimos a las personas a interpretar, que lo que el paciente no hace, lo hace el cuerpo a través de un síntoma”.
“Nosotros nos dedicamos a ayudarle a encontrar por qué su cuerpo está hablando a través de ese síntoma”, completó Musa.
Al conocerse la noticia, varios psicólogos salieron al cruce de esta iniciativa. “Este tipo de prácticas al no estar reguladas ni observadas por nadie, es imposible saber la preparación de quienes se denominan «facilitadores». Además, es una práctica con cero sustento científico, dando riesgo a un montón de consecuencias imprevisibles” puntualiza en un hilo de tuit Psi Martincito (@martinchito30).
“Aunque estuviese dado por profesionales, no lo hace una prácticas segura. Se desconoce completamente qué funciona, cómo funciona o para qué, ya que son prácticas sin fundamentos científicos ni resultados que se hayan evaluado científicamente”, añadió el usuario, quien se preguntó: “Y por último, habla de un 80% de reducción de la conducta problema: ¿bajo qué lineamientos se evaluó ese resultado? ¿No podría ser que los padres los enviaran a las escuelas porque estaban siendo intimidados por la situación judicial entre otros factores?”.