En el marco del Mes de la Memoria y a días de cumplirse 50 años de la Masacre de Pasco, se llevó a cabo la proyección del documental Pasco, avanzar más allá de la muerte, en el Espacio para la Memoria y Promoción de los Derechos Humanos Ex Pozo de Banfield.

El 21 de marzo de 1975, ocho militantes de la Juventud Peronista (JP) fueron secuestrados en sus hogares por un comando de la Triple A, llevados a un baldío de Temperley, fusilados y sus cuerpos dinamitados. Este hecho, conocido como la Masacre de Pasco, sigue impune.

La jornada conmemorativa de los 50 años del hecho se realizará el próximo viernes en horas de la tarde en el monumento a las víctimas, ubicado en la plazoleta de la avenida Eva Perón al 4600 y Pablo Podestá, en el barrio San José, Temperley, provincia de Buenos Aires. Se recordará a los compañeros y compañeras víctimas del hecho: Rubén Bagnini, Aníbal Benítez, Alfredo Díaz (14 años), Eduardo Díaz (16 años), Héctor Flores, Germán Gómez, Héctor Lencina y Gladys Martínez.

La actividad fue organizada por el Municipio de Lomas de Zamora y la Mesa de Trabajo del Espacio, bajo la premisa promovida por el intendente Federico Otermín de reivindicar la memoria colectiva y la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y recordar a los 30.000 compañeros y compañeras detenidos-desaparecidos de la última dictadura cívico-militar.

Participaron jóvenes del programa Envión del barrio Centenario, vecinos y militantes por los derechos humanos. Entre los presentes, se destacó Carlos «Poly» Flores, hijo de Héctor Flores, una de las víctimas de la masacre, además de la presencia de Patricia Rodríguez, investigadora y guionista del documental dirigido por Martín Sabio.

El material audiovisual reconstruye los hechos ocurridos en el barrio San José y generó un profundo debate sobre la importancia de preservar la memoria colectiva. Rodríguez destacó el impacto histórico de la masacre en el contexto político de la época: «La Masacre de Pasco es un hecho no solo traumático para el conurbano sur, sino también invisibilizado. Si bien un grupo de militantes, entre ellos Hugo Sandoval, mantuvieron viva la memoria de sus compañeros, muchos ignoran lo sucedido. Fue un hecho bisagra para Lomas de Zamora, un territorio de intensa actividad política que se buscó anular mediante el terror, el odio y la muerte. Lo macabro es que, al poco tiempo, el 24 de marzo de 1976, comenzó el golpe de Estado».

El Espacio para la Memoria Pozo de Banfield, donde se realizó la actividad, funcionó como centro clandestino de detención, tortura y exterminio durante la dictadura. Entre 1974 y 1978, se estima que por el lugar pasaron más de 350 personas detenidas ilegalmente y que albergó una maternidad clandestina donde se perpetró el robo sistemático de bebés. Desde 2010, es un sitio de memoria dedicado a la reflexión y la lucha por los derechos humanos.

Daniel Prassel, licenciado en Justicia y Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Lanús y referente de la Mesa de Trabajo del Ex Pozo de Banfield, resaltó la importancia de estas actividades: «La proyección de la película se enmarca en la conmemoración de los 50 años de la Masacre de Pasco y permite un diálogo intergeneracional que fortalece la memoria colectiva y los valores democráticos». También destacó el rol de los jóvenes del programa Envión Centenario: «Son jóvenes muy vinculados a la temática por la cercanía de su sede con el espacio para la memoria. Desde la Mesa de Trabajo del Ex Pozo de Banfield, creemos fundamental este tipo de articulaciones y por eso venimos trabajando desde hace seis años en proyectos como visitas guiadas, testimonios, podcasts y actividades culturales».

La jornada reafirmó el compromiso de la comunidad de Lomas de Zamora con los derechos humanos. «Nuestro distrito tiene una fuerte identidad política en defensa de los derechos humanos. Por eso, desde el municipio, en articulación con el gobierno provincial y la Mesa de Trabajo del Ex Pozo de Banfield, promovemos estas iniciativas para fortalecer la participación comunitaria y consolidar el compromiso con el ‘Nunca Más’, que no es solo una consigna, sino una aspiración cotidiana para nuestro país», concluyó Prassel.

A 50 años de la Masacre de Pasco, la militancia y el compromiso de las compañeras y compañeros asesinados siguen presentes. La lucha por la verdad y la justicia continúa, reafirmando el compromiso de toda una comunidad con la democracia y los Derechos Humanos.