El gobierno de Estados Unidos ratificó este jueves 1 su decisión de subir en forma radical las tarifas aduaneras impuestas a las importaciones de acero y aluminio, con lo que generó una ola de rechazo global. La medida golpeará tanto a los principales socios comerciales de EEUU como a los menos relevantes, caso de la Argentina.
En una reunión con empresarios, el presidente de EEUU, Donald Trump, anticipó que la semana próxima pondrá en marcha las nuevas tarifas, del 25% para el acero y del 10% para el aluminio proveniente de todos los países. Los aranceles tendrán vigencia «por tiempo ilimitado», dijo el mandatario.
Casi inmeditamanete, la Cámara Argentina del Acero (CAA) emitió un comunicado en el que manifestó su «preocupación» y agregó que «el anuncio del presidente Trump tendría como resultado la afectación de las exportaciones argentinas de productos de acero que se venden a dicho país».
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Según la CAA, los productores argentinos de acero despacharon a EEUU en 2017 «más de 200.000 toneladas de tubos de acero sin costura, producto de alto valor agregado para la industria del petróleo, los cuales podrían verse fuertemente afectados por la medida anunciada».
El único productor de tubos sin costura del país es Tenaris, la marca de Techint que opera en la Argentina la planta de Siderca, en Campana.
Respecto de las exportaciones de aluminio, se trataría de unas 240 mil toneladas vendidas por Aluar.
Datos de mercado indicaron que el valor de las exportaciones de las empresas argentinas sería de unos U$S 550 millones en el caso del aluminio y otros U$S 220 millones en acero.
La CAA advirtió, además, por otra consecuencia que tendría la suba de tarifas aduaneras de EEUU. «Podría generar un desvío de comercio hacia Latinoamérica -y Argentina en particular- de productos de acero, que muchas veces ingresan en condiciones de comercio desleal provenientes desde países como China, Corea del Sur, Vietnam, Rusia, y Ucrania».
La decisión de EEUU impacta especialmente en China y Canadá, pero también a México, y Brasil, quién le vende 5 millones de toneladas.
La decisión de EEUU agregará tensión a la relación entre los industriales de la Argentina y el gobierno de Mauricio Macri, impactada por las diferencias por las importaciones, el costo de la energía y el cierre de mercados externos.