El modelo agroexportador basado en el uso intensivo de agroquímicos y la degradación del suelo y del ambiente está dando señales de agotamiento. Frente a este paradigma, existen alternativas que ya se aplican en el país. Se trata de la agricultura y ganadería regenerativas, un sistema de manejo holístico del campo que permite recuperar el pastizal, capturar carbono de la atmósfera y convertirlo en nutrientes para el suelo, al tiempo que se obtienen “créditos de carbono” para financiar la reconversión a este sistema productivo.

El agrónomo y productor ganadero Pablo Borreli es uno de los pioneros del sistema en el país. En 2003 fundó Ovis 21 en un campo en la Patagonia dedicado a la cría de ovejas.  Años después se sumaron sus hijos, Juan Pedro, creador de la Escuela de Regeneración, que brinda capacitaciones a productores locales y de la región; Y Pablo Francisco, creador de Ruuts, una plataforma que vehiculiza la financiación de estos proyectos mediante la emisión de créditos de carbono.

“En lugar de pelearnos con la naturaleza, la respetamos e intentamos imitarla”, resume Borrelli. “Actualmente, el 30% de los campos de la Patagonia están improductivos a consecuencia de malos manejos de la tierra y por las técnicas de ganadería tradicional que a la larga terminan agotando el suelo y los pastizales”, dice el creador de Ovis 21. “Durante años se abrazó la idea de que para aumentar la productividad en el campo había que utilizar más insumos, fertilizantes, semillas y suplementos, y lo que aumenta es la huella de carbono y la degradación de la tierra”, explica.

El ejemplo extremo de este modelo en la ganadería es el feedlot, una práctica muy cuestionada desde el punto de vista del bienestar animal y el cuidado del ambiente. “Un kilo de novillo terminado con feedlot tiene una huella de carbono de  30 kilos de CO2, mientras que un pollo tiene 6 kg de C02 por cada kilo y una hamburguesa de soja, 4kg de CO2 por kilo. Nosotros, con la ganadería regenerativa, tenemos una tasa de -4 kilos de C02 por cada kilo de carne”, afirma Borrelli.

Del problema a la solución y la financiación

Frente al paradigma convencional, la Ganadería Regenerativa captura mucho más carbono del que emite. Esto permite producir carnes con una huella de carbono negativa, lo que es una oportunidad para diferenciarse en los mercados internacionales. Cada vez más, los países de la Unión Europea exigen a la hora de importar carnes y otros productos alimenticios, una Declaración Ambiental de Producto (EPD), que certifique la trazabilidad y la huella ambiental negativa. 

Al ver que muchos productores no cuentan con la espalda financiera suficiente para realizar la transición, Pablo Francisco Borrrelli (h) creó en 2021 Ruuts. Se trata de una plataforma que permite medir la captura de carbono y traducirla en bonos que se negocian en el mercado internacional.

Hoy esa plataforma es utilizada por 250 productores, que acceden a un pre financiamiento para transicionar hacia un modelo productivo regenerativo. Algunos de ellos participaron a fines de agosto en “Regenera Latam 2024”, un evento en el que productores y referentes nacionales e internacionales debatieron sobre cómo diseñar un nuevo sistema alimentario más rentable, en equilibrio con el ecosistema y que mejore la calidad de vida. Los conocimientos y experiencias para lograrlo ya están disponibles.