Miguel Ángel Pichetto, hombre de fuerte sentido de pertenencia partidaria, no tiene jefe político desde hace tres años. Así que tomó por su cuenta la decisión de mostrar con el ejemplo lo que él cree que tienen que hacer todos los dirigentes del espacio del peronismo federal que pretendan ganar algún cargo en las elecciones: salir a caminar. Y empezó por un territorio lejano a un hombre acostumbrado al Palacio Legislativo: el conurbano bonaerense. En su cuarto acto en territorio provincial, Pichetto participó este miércoles del lanzamiento de la precandidatura a intendente de Avellaneda del histórico barón Baldomero “Cacho” Álvarez, que contó con la presencia de Hilda “Chiche” Duhalde. Allí reivindicó al Juan Perón del `73, criticó los planes sociales y dijo que Cristina Kirchner implementó una “economía colectivista”. También pidió “orden y seguridad para los argentinos”.
Es que Pichetto salió a primerear con su precandidatura presidencial a mediados de julio porque sus compañeros del naciente espacio electoral del peronismo federal, -el salteño Juan Manuel Urtubey y el bonaerense Sergio Massa-, no lo hacían. Mientras el ex intendente de Tigre realiza encuentros a los que denominó “Agenda Argentina” para recorrer distintas ciudades junto a Diego Bossio, Urtubey se muestra con otros gobernadores y sostiene una intensa agenda de medios. Por eso Pichetto también salió a diferenciarse en la metodología, al mostrar que la política tradicional, que comprende reuniones con dirigentes y actos que terminen con la marcha peronista en los barrios, no se reemplaza por “veinte espacios en Twitter”.
El acto de lanzamiento de la candidatura de Baldomero “Cacho” Álvarez, se llevó a cabo en el salón del club Secla, frente al edificio municipal Cristina Fernández de Kirchner, que exhibe una gigantografía del rostro de la ex mandataria. Allí anunció que piensa volver a pelear por la intendencia que supo ocupar durante cuatro mandatos seguidos hasta que el kirchernista Jorge Ferraresi lo destronó en la interna partidaria, lo que llevó al histórico barón del peronismo a sumarse a Cambiemos.
Caía la tarde del miércoles cuando llegaron al salón los militantes de las distintas unidades básicas que trabajan con el ex intendente: mujeres con hijos y nietos, una banda de adolescentes que se lucían en una orquesta de vientos, y Pichetto, que llegó acompañado por su hija y su vocero. El clásico “vamos a volver”, que nació de la derrota electoral del kirchnerismo en 2015, ahora lo cantaba la militancia de Cacho, con la esperanza de que su histórico dirigente retorne al sillón de la intendencia.
Baldomero presentó al precandidato presidencial. “No está claramente definido si peronismo federal o alternativa federal”, se excusó el ex intendente al nombrar el espacio político. Y elogió a Pichetto por su decisión de postularse.
Una vez calmados los aplausos, Pichetto, vestido de traje gris oscuro y corbata azul marino, destacó el carácter industrial del partido de Avellaneda, y se metió de lleno en la justificación de su voto positivo al Presupuesto 2019.
También arremetió contra Cristina, a quien emparentó con “aquellos que tiran piedras” y la acusó de frenar el crecimiento de la Argentina por tener una política económica “intervencionista, cerrada y colectivista”. A Mauricio Macri “y sus CEOs” los criticó por ineficientes y explicó las consecuencias de las altas tasas de interés en el tipo de cambio. Los asistentes escuchaban en respetuoso silencio, interrumpido sólo por algún infante que de vez en cuando gritaba travieso “aguante Cacho”.
“No eran los desocupados subsidiados el eje de la política peronista, sino el trabajo y la producción”, afirmó el senador ante quienes diez minutos antes habían festejado el programa de las manzaneras creado por Chiche Duhalde. “La ayuda social es circunstancial pero no es permanente, porque su costo es imposible de mantener en el presupuesto”, abundó.
El senador reivindicó a Perón, de quien dijo que en el año 73 volvió “pero no para generar espacios de ruptura en la Argentina”. “La unidad es importante pero más importante es la identidad”, sentenció. También criticó los “salarios magros” de las fuerzas armadas y las de seguridad, pronosticó que “la sociedad va a castigar a los ambiguos y a la lógica de las elites de la izquierda argentina” y arremetió contra “la clase media que viaja cuatro veces a Europa” porque eso provoca falta de dólares. “Qué viajen por la Argentina”, reclamó.
Tras un realizar un análisis de la política internacional, defendió el proteccionismo pero se despegó de Jair Bolsonaro. Los aplausos llegaron cuando argumentó que los “productos chinos rompen con la fábrica del conurbano y quitan trabajo argentino”. Donald Trump lo hubiese vivado de pie.
Por último, sostuvo que “la política no se reduce a 20 espacios de Twitter”, llamó a leer Perfiles de coraje, de John Kennedy, y arengó: “Primero la Argentina, los trabajadores argentinos y las empresas argentinas”. Los bombos retumbaban en el salón, y empezaba a sonar la marcha peronista. Para Pichetto, 2019 ya empezó.