Jeffrey Davidow, hoy académico, fue un inteligente diplomático estadounidense que ejerció el cargo de Embajador de Estados Unidos en México y escribió un ensayo sobre las relaciones entre ambos países con el título de “El oso y el puercoespín”. Allí describe esas relaciones con una parábola que transcribimos a continuación: “México es el puercoespín, una criatura del bosque que se topa con el oso, el cual en su torpe caminar no advierte la presencia del primero. Le indica a éste que puede hacer cualquier daño con una de sus filosas púas. El oso ofrece entonces al puercoespín protección contra los animales del bosque a cambio de que recolectara. Este último se niega y se marcha, pero queda siempre a la expectativa de que el oso pueda volver, herido y enojado por no haber aceptado ser su siervo”
Así están en este instante las relaciones entre México y Estados Unidos, pocos días antes de que asuma oficialmente la presidencia Donald Trump.
Hay desavenencias entre Trump y el Gobierno de México en algunos asuntos fundamentales de sus relaciones. Uno de ellos es el tráfico ilegal de armas de EE UU a México, cuyos compradores son grupos binacionales de traficantes de drogas que generan violencia en ambos países. Hay amenazas proteccionistas de Trump, rompiendo las reglas del T-Mec. En la lista está también el abordaje del tema de las drogas, especialmente el fentanilo y las migraciones irregulares, que pasan por México viniendo desde el caribe, centro y Sudamérica, entre otros países del mundo.
En Estados Unidos la transición entre Joe Biden y Trump no es tersa. Biden le deja compromisos militares con Ucrania y con los países europeos de la OTAN, en un clima social enrarecido por los atentados de New Orleans y Las Vegas. Y por los megaincendios en California. Como punto culminante, un juez convierte a Trump en el primer presidente de la historia sentenciado como delincuente sin prisión.
Como oso herido, Trump hace declaraciones ignorantes y superficiales sobre cambiar el nombre el Golfo de México. Desde México le reviran que cuando Estados Unidos no existía, en el siglo XVI, esos territorios eran denominados la América mexicana. Ante la opinión pública internacional, el oso se da un tiro en el pie.
En México la situación del gobierno que preside Claudia Sheinbaum es buena. Su aceptación popular es muy alta. Su informe de los 100 días de gestión fue un acontecimiento político de gran relevancia. Las elecciones de los jueces se celebrarán, según lo estipulado, en Junio del 2025. Los programas de bienestar para los más desfavorecidos alcanzan la magnitud sin precedentes del 2,5 del PIB. Se consolida la separación del poder político con el poder económico. La inversión privada directa, extranjera y nacional, alcanza cifras superiores a las de la historia reciente. La inflación es de 4.5% anual y las reservas internacionales no dejan de crecer. El México con el cual se enfrentará Trump es más fuerte y cohesionado que aquel con el que tuvo que negociar en su primer período.
Sin embargo, el oso no deja de darse tiros en el pie. Cuando Trump amenaza con intervenir contra los carteles de la droga parece olvidar que estos monstruos binacionales basan su poder en el abastecimiento de los armeros estadounidenses, que fueron y son mayoritariamente sus partidarios en Estados Unidos.
Tráfico de drogas y armas son negocios millonarios que sólo pueden combatirse con la colaboración de ambos estados soberanos.
Cuando amenaza con aranceles, parece olvidar que la respuesta de México será simétrica y que la economía de ambas naciones y sus pueblos verán subir los precios de bienes y servicios. El mayor beneficiario de una situación semejante será China, cuyas exportaciones legales o por contrabando crecerán en ambos países.
En el tema de los migrantes documentados e irregulares también deberá imponerse la colaboración binacional sin subordinación.
Los migrantes mexicanos envían a sus familias 60.000 millones de dólares y dejan en Estados Unidos, por consumo e impuestos, 300.000 millones.
El oso se adentra en el bosque y agrede a otros animales: Panamá, Groenlandia, Dinamarca, Canadá. De todas partes recibe respuestas negativas a su desaprensiva y descriteriada aspiración de reinventarse la geografía, ignorando que en esos territorios habitan seres humanos que tienen historia.
Aún no ha asumido la presidencia de EE UU y ya Donald Trump ha hecho que su país pierda aliados y prestigio internacional. El oso camina torpemente. El puercoespín afila sus púas y lo observa.