«Chivo, Chivo”, le cantaba la tribuna de fondo en el histórico Salón del Bicentenario en Casa Rosada a Agustín Rossi, quien asumió como nuevo jefe de Gabinete de Alberto Fernández. El dirigente santafesino, de peso propio, tendrá un perfil mucho más público que su antecesor, Juan Manzur. Debido a la época que le tocó al llegar al cargo, Rossi estará cruzado por la estrategia electoral que pretende plantear el presidente de cara a su reelección.
Sindicalistas, intendentes, ministros y dirigentes santafesinos se juntaron este miércoles para acompañar la jura del flamante jefe de ministros, que dejó la Agencia Federal de Inteligencia. Allí lo reemplazará la funcionaria que le seguía en la estructura, Ana Clara Alberdi. Su ingreso al gabinete, por segunda vez, ya que había sido ministro de Defensa apenas comenzó el gobierno del Frente de Todos, formalizó lo que ya venía dándose en los hechos. Rossi funcionaba como un asesor político del presidente en momentos difíciles, pero se había negado a asumir como asesor, ni siquiera ad honorem.
Rossi por un lado, Alberto y Cristina Fernández, por el otro, se habían distanciado en 2021 cuando el santafesino se negó a bajar su candidatura en la elecciones legislativas y compitió en una interna contra la lista del gobernador Omar Perotti, con quien mantiene una rivalidad política. Sin embargo el Chivo logró recomponer la relación con el presidente justo a tiempo para participar también en el delineamiento de la estrategia electoral que quiere darse Alberto para mantenerse en el sillón de Rivadavia, en contra de la posición de la vicepresidenta y el resto del kirchernismo.
A pesar de que Rossi jugará con Alberto, mantiene un halo de kirchernismo ante el electorado que no sigue de cerca la rosca política. De hecho, uno de los armadores de la estrategia albertista confesó a Tiempo que el perfil filo kirchnerista de Rossi aportará progresismo a la candidatura de Alberto. El presidente firmó el acta “con la lapicera negra de Néstor”. Antes había mencionado la presencia de Estela de Carlotto y a León Arslanián en el acto, quienes fueron aplaudidos con efusividad. Uno de los asistentes se animó a arriesgar que la función electoral del Chivo será “pasar la ambulancia para recoger los heridos del kirchenrismo” en favor de Alberto Fernández.
Entre la dirigencia santafesina que se acercó estaba la vicegobernadora Alejandra Rodenas, el diputado provincial y candidato a gobernador, Leandro Bussatto, y el excandidato a intendente de Rosario, Roberto Sukerman.
También estuvieron los sindicalistas Héctor Daer, Hugo Moyano, Hugo Yasky, Sonia Alesso, Roberto Baradel y Pedro Wasiejko. al igual que Héctor Recalde y Claudio Lozano.
En primera fila estaban los ministros Sergio Massa y Jorge Taiana, Eduardo De Pedro. Detrás estaban Daniel Filmus, Kelly Olmos y Gabriel Katopodis. Los funcionarios con ADN más kirchneristas fueron el titular de la Afip Carlos Castagneto. También fue el procurador del Tesoro Carlos Zannini, la secretaria de Asuntos Estratégicos, Mercedes Marcó del Pont, la de Relaciones Exteriores, Cecilia Todesca, y Vilma Ibarra.
Los intendentes bonaerenses Fernando Espinoza y Mario Secco saludaban entre la gente. “El Chivo va a trabajar junto a mí para preservar la unidad”, definió el presidente desde el escenario, misión que todavía necesita recalcar a meses de terminar su mandato.