Se presenta durante septiembre en el Malba Un movimiento extraño, el corto de Francisco Lezama ganador en la reciente edición del Festival de Cine de Berlín (Berlinale), que cuenta cómo una guardia de seguridad presiente el robo de una obra de arte, y al consultar a su péndulo no puede confirmar su intuición pero sí le advierte sobre una suba abrupta del valor del dólar. Un despido imprevisto y la posterior indemnización la llevan a conocer a un empleado de una casa de cambio y con él a un mundo novedoso de intercambios. 

“Había algo que me interesaba de las comedias de los años ‘30 de Estados Unidos -cuenta Lezama sobre las motivaciones de su relato-. Si bien no tocan directamente temas como la crisis y las clases, hay algo que permea que aparece más indirectamente en esas comedias, que tiene algo del clima de época, de la locura de la época cuando se trastoca la economía: cuando se trastoca la economía se trastocan un poco los vínculos. Si el primer corto era Airbnb, esa aplicación para poder hospedarse, en el último hay aplicaciones para relaciones sexuales y uno puede pensar en Onlyfans y lo que pasó con los dólares y los cuerpos de las personas.”


Así, siguiendo con sencillez y sin mayores detalles los avatares que atraviesa Lucrecia (Laila Maltz), la película producida en 2019 se convierte en una observación original sobre el mundo que la pandemia haría explotar. “No me gusta escribir guiones que tengan como una tesis de denuncia, sino más bien sumar capas y elementos para que después el espectador si tiene ganas haga una síntesis”

“Me gusta que haya una adherencia a la realidad casi documental, pero con la forma de la ficción”, define Lezama sus preferencias, que logra prácticar con un éxito total, ya que tanto el corto ganador de la Berlinale como La novia de Frankenstein (2015) y Dear Renzo (2016), las otros dos cortos de ficción que acompañan la exhibición, funcionan como un retrato sobre tópicos de una juventud de clase media que ve atravesada cada una de sus decisiones y gustos por la necesidad económica, que en principio no están ligados directamente a la sobrevivencia material, pero sí a la instrumentalidad de los vínculos y las acciones.


“La comedia ha ido perdiendo mucha adherencia a la realidad a lo largo del tiempo -señala-. Cuando hoy se piensan comedias argentinas están un poco pasteurizadas, aplican un común denominador de la publicidad con el cine de grandes plataformas. Y a mí me parece interesante pensar la adherencia a la realidad que tenían las comedias de Chaplin para hablar de los tiempos modernos, la alienación. Creo que la comedia fue perdiendo su vínculo con la realidad cuando tiene un alcance súper profundo para observar lo que sucede.”


Nacido en 1987, Lezama es director, guionista y docente, egresado de la Fundación Universidad del Cine (FUC) y sus anteriores cortos también giran en torno a las dificultades cada vez mayores que encuentran los jóvenes para poder darle cierta estabilidad y curso a su vida. Sin moralizar y menos bajando línea, ofrece personajes frescos que no se detienen mucho a pensar en lo ético de sus movimientos, sino más bien en conseguir un beneficio sin dañar mucho al prójimo: “Yo intento no pensar mucho en si va a gustar lo que hago, más que nada pienso en si me va a gustar a mí. Pero es cierto que cada vez se hace más difícil hacer cine independiente. Sé que esta forma de abrirse a la realidad puede piantar espectadores, pero lo que observé en las últimas proyecciones en Córdoba lo que tenía que ver con adivinaciones, dólares, tenía algo mucho más pregnante que una comedia pasteurizada. Como que había una identificación mayor. Creo que el problema está en creer que no se va a poder exportar algo que toque temas locales, como que no va a poder entenderse. Y creo que el problema del cine en general está en estas pasteurizaciones extrañas que llevan a productos que carecen de identidad.”


Al recibir el premio en Berlín, Lezama agradeció al INCAA, que “está siendo muy maltratado por Milei”, y lo extendió a una serie de instituciones vinculadas a la producción audiovisual, todas ellas públicas: “Al Museo del Cine de Buenos Aires, a la Biblioteca de la ENERC, donde iba a leer muchísimo. Al programa de Fernando Martín Peña (Filmoteca, que se emitía por la TV Pública hasta 2023). Estas son instituciones públicas que están en riesgo en este momento porque todo se mide en términos económicos. y si no genera dinero simplemente lo cierran».

“El panorama hoy es trágico -completa-. Hay una bajada de línea que ya es ideológica. Hay tanto dogmatismo sobre que hay una forma, un cuadro político que es lo ético: esta bajada de línea de que todo lo que sea socialismo o de izquierda o todo lo que no sea neoliberal es una basura. Estamos sufriendo esta violencia. Más que nada sufre el arte como medio para hacerse preguntas para ir a esos lugares más ambiguos. Lo único que vale hoy en día con el Gobierno actual es el valor de cambio. Y el cine es un medio de comunicación masivo que lleva a generar cuestionamientos en el espectador. Puede ser propaganda política de la peor, pero también puede ser algo que nos lleve a pensar nuestra condición de seres humanos atravesados por lo que nos toca vivir. Y uno lo escucha hablar a Milei y él cree que tiene la posta de todo.”

Un movimiento extraño 

Guión y dirección: Francisco Lezama.- Elenco: Laila Maltz, Paco Gorriz, Susana Pampin, Eugenia Alonso, Marcela Guerty, Eugenia Alonso, Cecilia Rainero, Sofía Palomino, Jorge Prado, Alejandro Russek, Guillermo Massé. También se exhibirán dos trabajos previos del director: La novia de Frankenstein (2015) y Dear Renzo (2016), codirigidos con Agostina Gálvez. Domingos 8, 15, 22 y 29 de septiembre, a las 18, en el Malba, Av. Pres. Figueroa Alcorta 3415.