Un magnate nacido en Ucrania, uno de los hombres más ricos del mundo según Forbes, con varios encontronazos con la justicia en varios países, acusaciones de vinculaciones con la mafia rusa y hasta tener relación con ataques informáticos contra Hillary Clinton en la campaña presidencial estadounidense, se quedó con la cadena de supermercados DIA% tras una junta de accionistas en Madrid.

Mijail Fridman, titular del fondo de inversiones LetterOne, con sede en Luxemburgo, ostenta el 29% del paquete accionario de Distribuidora Internacional de Alimentación, la firma española que desde hace 40 años viene creciendo en varios países del mundo, incluida la Argentina, pero venia tambaleando por deudas que la pusieron al borde del jaque mate.

Fridman había entrado en DIA% en julio de 2017 y a paso de hormiga, pero con un empecinamiento de himenóptero, fue comprando acciones hasta sumar casi la tercera parte. Hace algunas semanas presentó una Oferta Pública de Adquisición (OPA) por la cual ofreció 67 centavos de euro por cada título a los tenedores. La OPA fue realizada con el asesoramiento de la banca Goldman Sachs, que también tenía una parte de los documentos de control societario.

La dirección de la empresa no consideró en su momento la oferta. Pero la situación de DIA% no era la mejor como para resistir mucho tiempo y este miércoles una escasa concurrencia de accionista aprobó el plan de Fridman.

Con ventas por más de 10.000 millones de euros, tiene deudas por 300 millones de euros y en 2018 acumuló pérdidas por 353 millones. Para colmo, había recibido varias denuncias por sus métodos de comercialización y al forma en que muchos dueños de los locales franquiciados quedaban sometidos a sus prácticas. Pasó en la Argentina, donde fueron acusados de estafa.

A las protestas de damnificados en Buenos Aires, se sumaron reclamos en otros países del mundo.

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Creada en 1979 en Madrid, muy velozmente se extendió por toda la península, Grecia, Turquía, China y cruzó el Atlántico hacia Brasil, Paraguay y Argentina, donde llegó en 1996 y tiene cerca de 850 locales, 590 de ellos, franquiciados.El sistema de venta combina superofertas de productos standard y otros elaborados a façon por terceros pero con la marca DIA. 

A su gran crecimiento inicial sobrevinieron tiempos de crisis y fue así que en el año 2000 fue adquirida por la francesa Carrefour, que en 2010 sacó la firma a la bolsa. En 2013 hubo un pase de manos por el que DIA quedó bajo el paraguas de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), que preside José Pedro Pérez-Llorca Rodrigo, ex canciller español, gestor del ingreso de España a la OTAN y en la Unión Europea, en 1982 y considerado uno de los padres de la actual Constitución.

Asedas también tiene como asociada a la conocida cadena Mercadona, que preside Juan Alfonso Roig, heredero de la empresa creada por su padre y ligado a los think tanks neoliberales del Partido Popular. Precisamente a principios de año Mercadona era una de las posibilidades de salvataje para DIA%. Pero Fridman ya tenía un pie adentro y ganó la partida.

Su plan consiste en incrementar el capital de la empresa en 500 millones de euros y renegociar las deudas con los bancos, cosa que está supeditada a la aprobación de las autoridades y de los acreedores.

El fondo de inversiones del ucraniano -mas vale decir que es ruso por decisión propia-, LetterOne, fue fundado en 2013 y se ramificó a telecomunicaciones, tecnología, energía y distribución. Controla la cadena X5 Retail, a la que llaman «la Mercadona rusa» desde el Alfa Group, al que pertenece también el Alfa Bank, el mayor banco privado de Rusia.

La revista Forbes la atribuye a Fridman una fortuna personal de 15.000 millones de dólares, como para estar entre los 100 más ricos del mundo. En 2016 una de sus empresas, VimpelCom quedó en la mira de la justicia de EEUU por haber pagado sobornos al expresidente de Uzbekistán. Arregló el entuerto con una multa de 8550 millones de dólares. Por esos recovecos documentarios, en esa compañía había vinculación con la familia Botin, dueña del Banco Santander, y Lara, propietaria del Grupo Planeta.

El Alfa Bank fue acusado en EEUu de haber tenido participación en los ataques informáticos a los servidores de la entonces candidata demócrata HIllary Clinton, cosa que él nego rotundamente. De todas maneras, el Departamento del Tesoro lo incluyó en el denominado «Informe Kremlin», una lista negra donde el gobierno anotó a personas ligadas al presidente Vladimir Putin sospechosas de formar parte de la mafia rusa.

Fridman, residente en Londres, quiso pujar hace unos meses por las transmisiones de fútbol español sin suerte. Ahora parece que se le dará en la venta al menudeo.