River Plate se sacudió este jueves por un escándalo presuntamente masivo de doping, que involucraría a unos siete jugadores titulares, en partidos disputados por la Copa Libertadores de América entre fines de abril y mayo de este año.

Un día después de conocerse el caso positivo del defensor Lucas Martínez Quarta, el club se convirtió en una usina de rumores sobre la existencia de otros jugadores implicados y la institución dejó correr esas versiones con un llamativo silencio oficial.

Fuentes de la entidad consultadas por Télam confirmaron extraoficialmente un segundo caso que corresponde al lateral/volante uruguayo Camilo Mayada; mientras otras informaciones reflejadas por diversos medios nacionales y partidarios también daban como positivo al delantero Sebastián Driussi y a otros cuatro jugadores titulares del plantel profesional.

El análisis de Martínez Quarta arrojó positivo de la sustancia hidroclorotiazida, presente en un diurético que diversos jugadores de River consumieron para eliminar las toxinas de un suplemento vitamínico ingerido de manera corriente a lo largo de este año. El jugador ya se encuentra provisionalmente suspendido por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).

Su caso se registró en el partido jugado como visitante frente a Emelec de Ecuador (2-1), el 27 de abril pasado, y el de Mayada tras la victoria ante Melgar (3-2) en Perú, el 18 de mayo.
El impensado escenario motivó una reunión entre el presidente Rodolfo D’Onofrio; el secretario técnico Enzo Francescoli y el DT Marcelo Gallardo junto al resto del cuerpo técnico y los médicos del club.

Mientras se analizan las pruebas, River trabaja sobre dos hipótesis: una contaminación de las vitaminas originada en el laboratorio proveedor o bien una falla en el diurético, lo que imposibilitó que los jugadores pudieran eliminar los residuos orgánicos que accionaron el positivo.

De momento, en medio de los rumores, la Conmebol le confirmó al club y a la AFA que formalmente los casos de doping son dos: Martínez Quarta y Mayada.

El director de la Unidad Antidopaje de esa entidad, el paraguayo Osvaldo Pangrazio, admitió la posibilidad de que se trate de una «contaminación», lo que descomprimiría el escenario para el equipo argentino, que el próximo 4 de julio deberá visitar a Guaraní de Paraguay por la ida de octavos de final.

«No voy hablar ni de equipo ni de jugador ni de sanción. Nosotros hacemos los controles, luego mandamos las muestras al mejor laboratorio (Ucla), que ahora fue suspendido, y por último notificamos al club. Yo hablaría de contaminación. Pero hay que ver cómo sucedió todo eso», explicó Pangrazio en diálogo con Fox Sports.

La WADA (Agencia Mundial Antidoping) suspendió desde el 14 de junio pasado a la UCLA por tres meses por mal manejo de sustancias.

«Como suspendieron al laboratorio, vamos a mandar las muestras a otro en Alemania. Todo esto llevará mucho tiempo, al menos tres semanas, para luego sancionar o no a los jugadores implicados», agregó.

Al margen del número oficial de jugadores afectados, el secretario ejecutivo de la Conmebol, Francisco Figueredo Brítez, descartó que el escándalo de doping pueda significar la descalificación del equipo en la Libertadores.

El dirigente apuntó que River puede recibir multa económica y los jugadores involucrados, la sanción deportiva que corresponda.