El reclamo a un padre incumplidor del pago de la cuota alimentaria, problema extendido y exponente de una de las formas de violencia económica hacia mujeres e infancias, devino en un intento de femicidio contra una mujer y su pequeña hija. El caso, emblemático en Salta, ocurrió hace dos años. El juicio contra el empresario John Johnston, de origen estadounidense y dueño del hotel El Castillo –en Villa San Lorenzo-, comienza este miércoles. La denuncia fue impulsada por Laura Valdez, ex pareja y madre de su hija. La niña tenía entonces diez años, fue testigo directa y generadora de una pieza probatoria clave: logró tomar una foto del momento en que su progenitor trataba de asfixiar a su madre.
“Las expectativas son que se haga justicia, que esta jueza (María Gabriela González, a cargo de la Sala III del Tribunal local) aplique perspectiva de género en todo este caso. Que sin lugar a dudas va a sentar un precedente importante para las mujeres y niños salteños que han vivido lo mismo que mi hija y yo”, dijo Valdez a Tiempo instantes antes de entrar a la primera de las cuatro audiencias del juicio, cuya sentencia se espera para el próximo lunes.
El hecho que se juzga ocurrió el 26 de febrero de 2020, pero la violencia había comenzado una década antes, cuando la hija de Valdez y Johnston era una beba de pocos meses. La mujer decidió dar por terminada la relación días después que el hombre amenazara con tirar a la niña por una ventana. Ese episodio fue denunciado. Luego, comenzaron los reclamos por la cuota alimentaria.
En aquel último verano pre pandémico, el empresario hotelero dijo que le compraría útiles escolares a su hija. Pero, cuando citó a la mujer y la niña en su hotel con la excusa de entregarles esos materiales, comenzó a hostigarlas mientras les exhibía un expediente de ejecución de sentencia por la deuda de alimentos de una década. En ese contexto, empezó a agredir físicamente a Valdez e intervino la actual pareja del acusado -María Eugenia González Henríquez, juzgada ahora como partícipe necesaria del delito de homicidio en grado de tentativa-. La niña logró salir y pedir ayuda a una tía. Y consiguió tomar una foto clave para todo el proceso judicial: del momento exacto en que Johnston intenta asfixiar a Valdez.
“Este caso de reclamo de la cuota alimentaria fue un disparador para llevar a una tentativa de homicidio que devela el retraso y abandono de la justicia hacia las madres que reclaman los derechos de sus hijos/as ante el sistema judicial”, expresó el Foro de Mujeres por la Igualdad de Oportunidades. Desde ese espacio, Irene Cari dijo a este medio: “Las mujeres salteñas peregrinamos todos los días por los pasillos de los tribunales por la cuotas alimentarias y lamento aún el hecho de justificar el no cumplir con esta obligación del progenitor”. Planteó que tanto deudor como Estado “responden con la violencia psicológica y física por tener que solicitarla, por reclamar un derecho de les niñeces”. Cari remarcó que “los movimiento de mujeres en cada agenda feminista visibilizamos la cuota alimentaria como la pata económica de la violencia de género”. Por eso, organizaciones feministas se concentraron esta mañana en la Ciudad Judicial salteña para acompañar a la mujer y madre denunciante.
Johnston y su actual pareja, Rodríguez, se fueron del país tras el intento de femicidio. Cuando regresaron quedaron imputados y con arresto domiciliario, pero esa medida fue revocada porque la justicia salteña consideró que no había peligro de fuga. Pese al poder económico del denunciado y a las amenazas sufridas por Valdez tras llevar el caso a juicio.