El Faro de Mar del Plata es un emblema de la ciudad balnearia más visitada por los argentinos. Durante la última dictadura cívico-militar funcionó allí un Centro Clandestino de Detención dependiente de las Fuerzas Armadas argentinas. Junto al ESIM (Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina) y a Buzos Tácticos, conformaban parte de las instalaciones que se utilizaban para llevar a los detenidos por «delitos subversivos». Una vez secuestradas, las víctimas eran maniatadas, encapuchadas, a veces se las tenía sentadas en sillas de playa durante varios días, eran torturadas, y algunas eran llevadas a la zona de la playa donde les efectuaban simulacros de fusilamiento. Muchas personas que aun hoy continúan desaparecidas fueron vistas por última vez en el Faro de Mar del Plata, infinidad de testimonios de ex detenidos cuentan el horror que se vivió en ese lugar por aquellos años. El lugar, convertido en espacio de la Memoria desde 2014, y sus terrenos lindantes, son hoy víctimas del vaciamiento y de  una disputa legal con un militar retirado vinculado con la última dictadura, que montó un emprendimiento comercial en un área que alguna vez fue parte de la ESIM. Se trata de Osvaldo Menecier, quien según un informe oficial elaborado por el Estado Mayor General de la Armada el 27 de Septiembre de 2010, revistió como suboficial de Inteligencia Naval entre los años 1978 y 1979, en la misma época en que el Faro era utilizado como Centro Clandestino de Detención.

Historia de un negocio turístico
En el año 2002, mientras se desarrollaban en Mar del Plata los Juicios de la Verdad, se le concedieron a un empresario de apellido Tutudjian los terrenos abandonados del Faro y el ESIM para la instalación de un Parque interactivo llamado «Había una vez…». Es que la Marina no tardó en hacer negocios una vez terminada la dictadura. Ya en el año 1990, cuando fue trasladado el ESIM, los terrenos comienzan a alquilarse a empresas para fines turísticos. Así es como parte del Centro Clandestino de Detención quedó bajo una de las piletas del Parque Acuático (Aquarium) lindero al Faro y propiedad del mismo empresario. Durante unos años, toda esa zona fue destinada al ocio familiar y las risas de los más pequeños se mezclaron con los gritos de los jóvenes torturados décadas atrás. El Faro había sido convertido en un Parque de Atracciones, con un show de «Manuelita la Tortuga», con siluetas de los personajes de García Ferré que invitaban a «vivir en un mundo de sueños y fantasía» y que transitaban los mismos lugares donde habían sido mantenidas secuestradas más de 22 personas. Pero a diferencia del oceanario que fue un gran éxito comercial, el Parque «Había una vez…» no prosperó, y años más tarde el Faro y esos terrenos quedaron abandonados nuevamente. Excepto por una señalización simbólica por parte de la Agrupación H.I.J.O.S. en el año 2003 en la llamada «Caravana de la Memoria», nada indicaba a los ocasionales transeúntes la macabra historia del Faro.

AQUARIUM. El parque acuático se montó sobre el área donde estuvieron secuestradas 22 personas.

El 28 de Marzo del 2014, tras varios pedidos y gestiones por parte de los organismos de Derechos Humanos, el Faro y la ESIM fueron señalizados como ex CCD dentro del programa de la Red Federal de Sitios de Memoria de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y en septiembre de ese mismo año fue inaugurado como espacio de la Memoria.  Recién en 2015 se generó un cargo único para este espacio que, sumado al de tres personas que pidieron el pase desde otros ex centros clandestinos, conformó un plantel estable de cuatro trabajadores. En el Faro de la Memoria se realizan varias actividades, visitas con escuelas, recorridos guiados con público en general, charlas, muestras, presentaciones de libros, festivales, jornadas de capacitación, entre otras actividades. También funciona en el lugar el Plan FinEs (Plan de Finalización de estudios Primarios y Secundarios) y el Museo Histórico Arqueológico Guillermo Magrassi,  un espacio de puertas abiertas,  donde muchos marplatenses empezaron a conocer la historia sobre los años más oscuros de la Argentina. 

Vaciamiento
Desde la asunción del actual gobierno, la Nación dejó de pagarle el sueldo por cuatro meses a una de las empleadas, el sitio se encuentra con presupuesto cero y carece de calefacción. Tiene una agenda completa de actividades hasta el mes de junio con visitas de colegios secundarios, pero todo indica que el Faro de la Memoria está siendo sometido al mismo vaciamiento y abandono de otros espacios públicos que responden a una política de búsqueda de la memoria. Para colmo, en los últimos días trascendió el intento de volver a convertir el espacio en un emprendimiento con fines comerciales y turísticos.

La costumbre de apropiar
Junto al Faro de la Memoria existen unos lotes, también de mucho valor inmobiliario, que se sospecha son parte de lo que fue el Centro Clandestino. Los predios que pertenecían al Ministerio de Defensa fueron donados a la Municipalidad de General Pueyrredón, sin embargo, nunca se pudo acceder a ellos. Augusto Menecier, un suboficial retirado, se apropió de los terrenos, y ante el pedido de las autoridades se negó a retirarse. Primero alegó que ahí funcionaba una Asociación Civil, algo que nunca se pudo constatar porque el lugar siempre estaba cerrado, y luego comenzó a funcionar el Centro Recreativo Comandante Luis Piedrabuena, donde se cobra una entrada para acceder a los fogones y otros servicios. Según un informe oficial elaborado por el Estado Mayor General de la Armada, Menecier revistió como suboficial de Inteligencia Naval entre los años 1978 y 1979, en la misma época en que el Faro era utilizado como Centro Clandestino de Detención. Luego, su destino fue la ESMA en 1980, con el grado CIAS (Armas Submarinas). Fue presidente del directorio de LEVELCOP SA, una empresa de servicios de investigación y seguridad que opera desde 2007. Su nombre consta en un listado de la Dirección de Armamento del Personal Naval, junto a otros miembros de inteligencia investigados por delitos de lesa humanidad, como Julio César Falcke, recientemente condenado a prisión perpetua en la causa denominada «Base Naval 3». Aunque en un momento la Armada se desvinculó del ex suboficial, pero además de haber pertenecido a la Fuerza, Menecier tiene entre los clientes del centro recreativo a muchos integrantes de la Marina, algunos con sus propias parrillas personalizadas en fogones que llevan sus nombres. El juicio de desalojo está en proceso, aunque se sospecha que no hay una voluntad política de ceder esas tierras al municipio y mucho menos al Espacio de la Memoria. Mientras tanto, en lo que parece una paradoja del tiempo, victimas y posibles victimarios son vecinos en el Faro de Mar del Plata. «