El balance de YPF del tercer trimestre de este año llamó la atención. Arrojó pérdidas por $ 30.256 millones, equivalente a poco más de 2000 millones de dólares, una cifra sin paralelo desde que la empresa fue semiestatizada. La clave de este desempeño estaba en un ítem, el del deterioro de activos, que alcanzó según YPF a 36.200 millones, todos en el upstream. Ello hizo que la utilidad operativa antes del cargo de deterioro de activos de 1600 millones de pesos tornase en una pérdida de $ 34.600 millones. Un dato: la utilidad operativa en el downstream fue un 63% menor a la del mismo período de 2015, con $ 1100 millones.
YPF vinculó el nivel de pérdidas por deterioro de activos a una reducción esperada del precio del petróleo comercializado en el mercado interno conjuntamente con la evolución del comportamiento estimado de los costos en función tanto a variables macroeconómicas como de comportamiento operativo de nuestros activos. Es decir, la empresa volcó al tercer trimestre el costo de la decisión del gobierno de Mauricio Macri de bajar el precio del barril criollo, cuya versión más cara se vendía al cierre del balance a U$S 60 el barril (contra U$S 67,50 en enero).
Para Moody’s, contratada por YPF para que le califique parte de su deuda, la caída del 12% del «barril criollo» implica un «deterioro de las condiciones crediticias» de la empresa, por lo que la calificadora se compromete a «monitorear de cerca la habilidad de la firma para adaptarse a este nuevo ambiente». Moody’s advierte en su informe que «es débil el perfil perfil de liquidez» de YPF dado que la enorme mayoría de sus ingresos son generados en la Argentina, por lo que considera que la compañía «está expuesta al riesgo del tipo de cambio y a la inflación, por nombrar algunos». A Moody’s le preocupa la deuda en moneda fuerte de YPF, cuyos vencimientos de acá a 2017 calcula en 2200 millones de dólares. «La empresa ha demostrado éxito en su acceso al mercado de capitales, tanto local como internacional», indica la calificadora que asegura que YPF deberá incrementar su deuda en moneda dura en otros 1500 millones de dólares para saldar los pagos de 2017. No obstante, el hecho de que apenas el 10% de los ingresos de la compañía se generen en el exterior preocupa.
Según Fitch, otra calificadora con ingerencia en el nivel de deuda de YPF, calculó que la deuda total de YPF asciende a U$S 9745 millones de los que el 20% vence próximamente. Además, Fitch indica que la deuda neta de la petrolera pasó de representar el 0,75 del ebitda (la ganancia antes del pago de intereses e impuestos y el descuento por amortizaciones) en 2012 a duplicar ese indicador. Un salto que consideró preocupante.