Hace algunos días se conocieron detalles de la nueva decoración del Salón Oval. Un dato bastante menor en el contexto de los movimientos tectónicos que se están registrando desde que Donald Trump volvió a la Casa Blanca, pero sumamente indicativos de lo que el 47º presidente de los Estados Unidos pretende para estos cuatro años, si es que la realidad se amolda a su gusto, como hizo con la oficina presidencial. Por lo pronto, algo que ya se había visto: todo luce revestido en oro, cosa de ilustrar el nuevo “período dorado” que augura para su país. Lo otro que destacaron los medios es que hizo colgar un cuadro de James Polk, el 11º mandatario. Fue durante esa presidencia (1845-1849) que el territorio estadounidense incorporó a Texas y tras la guerra con México, los actuales estados de Nuevo México, Nevada, Utah, Colorado, Oklahoma y California. Por la vía comercial, también adquirió Oregón al Reino Unido, con lo que de un plumazo casi duplicó la superficie hacia la costa del Pacífico. Como para que a nadie se le ocurra decir que lo de Trump con respecto a Canadá, Groenlandia y el Canal de Panamá es una iniciativa personal.

Por estos días también se pueden ver las “enseñanzas” de otro presidente al que Trump admira, Theodore “Teddy” Roosevelt, tío lejano del Franklin Delano. Es ese que puso “en valor” la Doctrina Monroe y popularizó el lema “habla suave y lleva un garrote”. Trump está aplicando el Gran Garrote en todo el mundo y cada día se ve más claro: mientras lleva adelante conversaciones con Vladimir Putin para un alto el fuego en Ucrania camino a un acuerdo definitivo de paz con Rusia, lanza un ataque brutal contra Yemen y coordina con Benjamin Netanyahu para que las fuerzas israelíes bombardeen objetivos en el Líbano y amenacen, abiertamente, con anexar Gaza.

Este martes Putin y Trump mantuvieron una conversación telefónica de más de dos horas en la que hablaron de Ucrania pero no solamente, al punto que ya se habla de un acuerdo Yalta 2.0 pero ahora entre EE UU, Rusia y China. Los europeos estaban que trinaban porque no fueron invitados. Una frase que circuló entre los analistas es que “si no estás sentado a la mesa es porque sos parte del menú”. Viejos manipuladores con siglos de experiencia en escupir cualquier asado, los líderes de la Unión Europea y del Reino Unido se comprometieron a acelerar los envíos de armas a Kiev antes de que se produzca un posible alto el fuego.

El presidente Volodimir Zelenski, a su turno, habló con Trump y, obediente ahora, dijo que estaba muy conforme con que el mediador en ese entuerto sea Washington, pero les pidió a los europeos unos 5.000 millones de dólares para continuar la guerra. A todo esto, Trump aseguró que hubo avances en la firma de acuerdos “para liberar tierras raras, minerales y muchas otras cosas en todo el mundo, pero en particular en Ucrania”. Y agregó, pícaro: “Nos va muy bien con Ucrania y Rusia». Putin ya había señalado que Rusia posee importantes yacimientos de esos minerales estratégicos en las regiones las Krasnoyarsk, Yakutia y la península de Kola. No solo eso, dijo que no tendría problema en establecer contratos con empresas estadounidenses para una explotación conjunta. Las tierras raras de Ucrania, hay que decirlo, en caso de ser tan grandes como se dice, quedan en regiones que ahora ocupan las tropas rusas, pequeño detalle.

La agencia Europa Press destaca este viernes que Trump declaró que «nos encantaría ver que esta guerra terminara. Creo que lo estamos haciendo bastante bien en ese sentido. Con suerte, podríamos evitar que miles de personas mueran cada semana. De eso se trata. Mueren innecesariamente. Creo que lo lograremos». Pero al mismo tiempo, el gobierno anunció el envío a Medio Oriente de un segundo portaaviones, el Carl Vinson, para reforzar las operaciones contra Yemen que lleva adelante el Harry S. Truman, el que ya sufrió varios ataques con drones de los hutíes, que actúan en respaldo a la resistencia islámica en Gaza.

El ejército israelí, en tanto, está atacando con suma intensidad en la Franja desde el martes, cuando el gobierno de Netanyahu rompió el cese el fuego en respuesta a acciones de las que culpa a Hamas, y reclama la entrega total de los rehenes que aún tiene en su poder. Hasta esta edición las víctimas fatales de los bombardeos sumaban casi 600.  El ministro de Defensa, Israel Katz, amenazó con anexar los territorios gazatíes si la organización islámica no diera curso a ese reclamo. Las Fuerzas de Defensa Israelí también lanzaron ataques contra la localidad de Khiam, al sur de Líbano, luego de denunciar el lanzamiento de tres cohetes disparados contra Metula, cerca de la ciudad de Kiryat Shemona. Tanto la ofensiva estadounidense como la israelí se centra en objetivos cercanos a Irán, lo que hace temer la ampliación del conflicto.

Este martes, el primer ministro israelí invocó al recrudecimiento de las acciones en Gaza para solicitar un nuevo aplazamiento en la audiencia prevista para ese mismo día en varias causas por corrupción que se tramitan en los tribunales de Israel. El viernes anterior, había pedido una medida similar alegando que tenía que recibir al mandatario argentino en visita oficial. Pero la situación local no daba para que Javier Milei se alejara de Buenos Aires. «

La coalición europea busca fondos

En otro tramo de su pelea por el protagonismo en esta etapa de la historia europea, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció una cumbre de la «coalición de voluntarios» que apoya a Ucrania a realizarse en París el próximo jueves, donde se analizarán planes para otorgar más ayuda militar a Kiev. Fue a la salida del encuentro que se realizó en Bruselas para impulsar nuevos fondos destinados a la defensa continental y para respaldar a Ucrania.

El futuro canciller de Alemania, Friedrich Merz, por su parte, intenta reformar la constitución germana para poder aumentar el límite de la deuda pública y de ese modo rearmar al país, pero no consigue el apoyo de los Verdes. Mientras no consiga ese objetivo, reclama a los dos países con armamento atómico, Francia y Reino Unido, que extienda el paraguas nuclear a su país. Los líderes europeos se fijaron como objetivo incrementar sus presupuestos a expensas del sistema de bienestar social, en una carrera armamentista para protegerse de una eventual invasión rusa.

La Unión Europea busca –con Macron a la cabeza– no perder su espacio en esta etapa de redefiniciones geopolíticas. En este escenario, el primer ministro laborista británico, Keir Starmer, intenta llevar la voz cantante, aunque en 2016 en Reino Unido decidió en referéndum salirse de la organización regional. El escenario se complejiza luego de declaraciones de Donald Trump en las que se ofrece gentilmente a que Estados Unidos pase a formar parte de la Mancomunidad británica de naciones. «Me cae bien el rey Carlos. ¡A mí me suena bien!», publicó en su red social Truth.

La Commonwealth fue creada en 1926, cuando las elites más avispadas del Reino Unido percibieron que la decadencia del Imperio Británico estaba cada día más cerca. Nuclea a 56 países que fueron colonias, entre ellos Canadá, una joya preciada por Trump, que en el remozado Salón Oval ahora luce una foto del conservador Winston Churchill, el primer ministro durante la Segunda Guerra Mundial. Uno de los asistentes a la cumbre de Yalta de febrero de 1945. Hace justo 80 años.