Las redes sociales mostraron este sábado a la secretaria de la Presidencia Karina Milei, acompañada por Manuel Adorni (vocero) y Martín Menem (presidente de Diputados), visitando instalaciones y aviones de Aerolíneas Argentinas en el Hangar 5 de Ezeiza (estructura metálica más grande de América Latina). Hay versiones de un interés oficial en desmembrar la línea de bandera para convertir algunos de sus sectores (Mantenimiento, Rampa, Check-in, Call Center) en unidades de negocios y privatizarlos por separado. Fondos de inversión y ex patrones de Milei querrían aterrizar en estas áreas. Especialmente en la unidad de MRO (en inglés: Maintenance, Repair y Overhaul, mantenimiento, reparación y revisión), que presta servicios de mantenimiento a terceros. También es muy apetecido el CEFEPRA (Centro de Formación y Entrenamiento de Pilotos), en el que suelen entrenar pilotos de otros países. Ambos centros son propiedad de Aerolíneas, con buena rentabilidad en dólares, lo que convierte en inexplicable su desprendimiento.
Achicamiento. Mientras tanto siguen recortando la actividad de vuelo y beneficiando a la competencia. Cuando se cumplen tres meses del gobierno “liberal-autoritario” que amenaza con privatizar la línea de bandera, ya se la ve sufriendo una poda de vuelos: anunciaron el abandono de la ruta Bariloche-Sao Paulo-Bariloche, que impulsaba gran flujo de turistas brasileños a la ciudad patagónica. Lo aprovechará ahora la compañía brasileña Azul, que anunció que en junio comirnza a operar esa misma ruta con cuatro frecuencias semanales (Aerolíneas tenía una sola). Ahora podrá hacerlo sin competencia, contrariando el latiguillo que repiten los propios liberales llegados recientemente al gobierno.
La línea de bandera también desactivó su vuelo a Cuba desde el 7 de marzo. Pese a que el gobierno es muy enfático en asegurar que no haría negocios con el gobierno castrista, con esta cancelación favorece las arcas del Estado cubano, ya que posiciona como única operadora a Cubana de Aviación, sin competidor a la vista.
Aerolíneas iba a operar la ruta Córdoba-Asunción a partir de abril, pero recientemente anunció su levantamiento. Resultó favorecida entonces la línea de bajo costo Paranair, que en marzo empezará a cubrir ese mismo tramo. También suprimió, antes de empezar, los vuelos Montevideo-Mar del Plata que iban a operar en temporada de verano para captar turismo uruguayo. Y en abril abandonará los vuelos a Reconquista.
Su personal ya viene padeciendo un recurso habitual para reducir plantilla: el rechazo empresario a la recomposición salarial. Los sindicatos del sector reclaman sin resultados por un “desfasaje salarial que llega al 70 % respecto a la inflación registrada”. Además, la empresa salió a ofrecer retiros “voluntarios”, una receta que los aeronáuticos más antiguos conocen bien, porque en los años noventa debieron soportar esa misma “propuesta” por parte de Iberia, entonces propietaria de Aerolíneas Argentinas. La disminución de su actividad de vuelo perjudica también el nivel de empleo en otras empresas que le proveen servicios: es el caso de GPS, empresa que el 1 de marzo despidió a 40 empleados en el Aeroparque Jorge Newbery aduciendo esa causa.
También estaría en curso otro proyecto antieconómico: la administración de la aérea depositaría los salarios en Mercado Pago, abandonando la Red Link. Si se confirma el proyecto, pagaría entonces un 4.5 %, cuando Red Link le viene cobrando el 1,5 %.
IATA. Otra declaración extranjera que incomodó al gobierno: la primera semana de marzo el titular de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), Peter Cerda, defendió a la línea del condor: “Aerolíneas es muy buena, brinda muy buen servicio y tiene buena conectividad. El país estaría peor sin Aerolíneas Argentinas”. Según algunos especialistas, la posición de IATA podría reflejar una interna que enfrenta a posibles compradores con el organismo mundial, que preferiría el perfil actual de la aérea.
Cerda también molestó al macrismo al advertir que “con Ezeiza y Aeroparque es más que suficiente para Buenos Aires. Las grandes ciudades de América Latina tienen un aeropuerto, con excepción de Sao Paulo”. Con esto desacreditó una de las banderas con las que el PRO suele hacer campañas electorales: la reapertura del aeródromo militar de El Palomar, que la gestión Macri-Dietrich había improvisado como “aeropuerto”.
El ataque al salario y la amenaza a la fuente de trabajo que sufren los trabajadores de Aerolíneas va convenciendo aún más al personal de la necesidad de enfrentarlos. No pasó desapercibido el unánime acatamiento al paro del 28 de febrero convocado por los Sindicatos Aeronáuticos Unidos y la fuerte participación de las mujeres aeronáuticas en el 8M, que marcharon con consignas que rechazaban la destrucción de la línea nacional.
*Trabajadores aeronáuticos, autores del libro “Por qué fracasó la revolución de los aviones”, Red Editorial, 2022.