A 15 meses de que Sofía Fernández “apareciera” muerta en una celda de la comisaría 5ta. de Derqui, partido bonaerense de Pilar, su hermana Mabel Valdez, junto a activistas, organizaciones y autoconvocades marcharon hasta esa dependencia policial.
“Nadie se suicida en una comisaría”. “Yo sabía, yo sabía, que a Sofía la mató la policía”. “Adonde vayan los iremos a buscar”. Con estos cantos unas setenta personas salieron de la estación de servicio en la esquina de ruta 8 y Las Magnolias, y marcharon unos 300 metros hasta la comisaría.
Al frente Mabel sostuvo la bandera que dice: Justicia por Sofía Fernández, fue travesticidio. Estuvo acompañada por Higui de Jesús –llegó desde San Miguel junto a su perra Tita–, activistas trans y travestis, y representantes de organizaciones de género, políticas y sociales llegadas desde distintos puntos del conurbano. La movilización fue convocada por la Comisión de Justicia por Sofi.
Qué pasó con Sofía
Sofía era profesora de Lengua, sufría discriminación como docente y estaba por iniciar la carrera de Enfermería. Fue detenida en lo que se presume una causa armada por policías municipales, que le asignaron un robo.
Entró a la comisaría de Derqui el 8 de abril de 2023. Sus familiares fueron a verla pero no los dejaron. El 11 de abril integrantes de Gendarmería les avisaron que Sofía había muerto en una celda. La autopsia reveló que falleció por asfixia. Tenía una bombacha y un pedazo de colchón obstruyéndole las vías aéreas. Y había sido golpeada, torturada y abusada.
Diez policías fueron acusados, cinco por homicidio y cinco por encubrimiento. Estuvieron presos, pero finalmente fueron liberados por el juez Walter Saetone, del Juzgado de Garantías N° 7 del Municipio de Pilar, por falta de mérito, a excepción de uno, Carlos Rodríguez, oficial ayudante. Aunque las pericias indicaron que se necesitaron más de dos personas para matarla.
Qué se reclama
Existen varios reclamos impulsando la marcha: protestar por la liberación de nueve de los diez policías acusados y por la designación de los peritos para defenderlos, en la órbita del ministerio de Seguridad. Pedir a esa dependencia medidas de protección para familiares de la víctima (que la Justicia rechazó) y la cobertura de traslados cada vez que deben movilizarse por trámites judiciales y encarar viáticos que no alcanzan a costear. La hermana de Sofía también pide reunirse con el ministro de Seguridad de la provincia, Javier Alonso, para transmitirle estos pedidos en persona.
Presentes se comunicó con el Ministerio de Seguridad bonaerense, pero no quisieron hacer declaraciones, con el argumento de tratarse de una causa en investigación que involucra policías y que debe atender la Justicia.
Tensión en ruta 8
Hubo momentos de tensión con el tránsito que, sin nadie pudiera ordenar la calle, no tuvo contemplaciones con les manifestantes. Estaba dispuesto a pasarles con su vehículos por encima, aunque la marcha tras unos metros aceptara despejar un carril.
La propia policía cortó la ruta 8 cuando la manifestación llegó a la comisaría, rodeada de una docena de uniformades, muches con la cara cubierta. La hermana de Sofía se acercó lo más que pudo a las cintas con que estaba cercada la dependencia policial, y miró al personal policial a los ojos, mientras les decía: “Llegará el momento en que todos paguen. Será cuestión de tiempo que mi hermana tenga justicia. Sofi no descansa en paz porque sus asesinos están libres. Yo tampoco tengo paz”.
Mabel les preguntó: “¿Cuántos de ustedes vieron el cuerpo de una mujer después de varios días sin vida? ¿Cuántos de ustedes tienen a una persona trans en la familia?” Y recordó: “Sofía entró caminando en esta maldita comisaría y salió en una camilla sin vida por culpa de ustedes. Yo era la primera vez, tuve que verla. No me animaba ver a mi hermana en pedazos, como me la entregaron. Que la muerte de mi hermana no deje sus conciencias tranquilas”.
“Esto es una defensa corporativa”
Con el megáfono abierto tomaron la palabra activistas y autonconvocades. Entre elles, Higui de Jesús, absuelta en un juicio por defenderse de una violación “correctiva” por parte de una patota de varones. “Cuando nosotros entramos a una comisaría nos sacan foto de todo el cuerpo, como me pasó cuando estuve ocho meses presa y no había una gota de sangre de quienes me violaron”, les dijo. “Me gustaría mirar esas fotos de ustedes, asesinos y cómplices, de cómo la torturaron a nuestra compañera”.
Quimey Ramos, activista travesti por los derechos humanos y docente, expresó: “Esto es una defensa corporativa. No ha habido uno que se despegue a decir esto fue un crimen, no voy a ser parte. Por otro lado, toda la estructura, por fuera y por encima de la comisaría, se dedica a protegerlos. Ya cuentan con cuatro abogados defensores de Seguridad de la provincia. Y se les concedió que haya peritos que van a poner sus saberes profesionales para justificarlos, policías en actividad”, resaltó.
Quimey vinculó el accionar policial a un contexto estructural. “Si pensamos que es solo una cuestión de maldad, terminamos creyendo que son cuestiones individuales. No se trata de buenos o malos”. Y dándose vuelta para mirar a les policías, les dijo: “Ustedes creen están cumpliendo con su trabajo. Pero la diferencia es el lugar que ocupamos en el mundo. Ustedes también han venido de familias humildes, en su mayoría. El problema es estructural: ser el brazo que dispara sobre les pobres. Este sistema crea desempleo, pobreza y vidas vulnerables y la única manera de sostenerlo en medio de tanto ajuste es manteniéndolos a ustedes sin poder cuestionarse que también son cómplices”.
“El caso de Sofía Fernández no debe quedar impune. Luchemos juntes!”, arengaba desde el micrófono la activista trans Mónica Aguirre, referente de Libre Diversidad. Y Fernanda Ludueña, desde la Defensoría de géneros, Feminismo clasista por la autodefensa, sumaba también el pedido de Justicia por Loan, “víctima de policías corruptos”.
“Mabel escucha tu lucha es nuestra lucha”, coreaban les presentes para abrazar a la hermana de Sofía. Ell viernes pasado Mabel estuvo acompañando a la familia de Tehuel en la última audiencia del juicio y marchó junto a otras madres víctimas de violencias.
Mabel Valdez, la hermana de Sofía Fernández.
El juez quitó el agravante por odio
La investigación del homicidio la lleva la Fiscalía. Este equipo lo integran Esteban Álvarez, fiscal de investigación de drogas ilícitas de San Isidro; Manuel Cayuela, del área de Género; y la ayudante fiscal Victoria Santamaría–.
La fiscalía, explicó el miércoles a Radio Semilla el abogado querellante Ignacio Fernández Camillo, había pedido la calificación del agravante por odio a la identidad de género y también la participación de dos o más personas. Pero el juez Saetone, “al liberar a nueve policías por falta de mérito, basándose en sus declaraciones, también quitó la participación de dos o más personas y el agravante por odio, algo esencial para el curso de la investigación”, señaló Camillo.
De las declaraciones de los policías, “no surge nada que aporte a cómo murió Sofía”, explicó el abogado. “Pero de las declaraciones del jefe de la morgue de Lomas de Zamora y de la perito, surge que no fue un suicidio y que intervinieron más de dos personas”, enfatizó el abogado.
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