El vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó esta mañana que el gobierno ya tomó una decisión que puede significar un peligro sanitario para el futuro: la Argentina no va a adherir al Tratado sobre Pandemias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Así lo justificó en conferencia de prensa: ”Esta decisión se comunicó en la Asamblea Mundial de la Salud que se realizó en Ginebra, Suiza, donde autoridades del Ministerio de Salud de la Nación y de Cancillería Argentina dejaron en claro que nuestro país no suscribirá ningún acuerdo pandémico que pueda afectar la soberanía nacional. En Argentina las decisiones las toman los argentinos”, definió el portavoz en conferencia de prensa.
“No tenemos que adherirnos a ninguna sugerencia de un grupo de países. Tomaremos nuestras propias decisiones ante un evento que puede no darse nunca, como la existencia de una pandemia”, completó el portavoz.
Desde la cartera sanitaria que dirige Mario Russo, sostienen que no suscribirán ningún acuerdo “que esté por encima de nuestra Constitución Nacional”.
El Tratado sobre Pandemias de la OMS
A fines de 2021 la OMS inició la redacción y negociación de un “Tratado sobre pandemias”, con el fin de que «todos los países del mundo estén mejor preparados y sean capaces de responder de forma eficaz y equitativa frente a futuras pandemias».
El tema ya se había tratado en la novena reunión del Órgano de Negociación Intergubernamental que se dio entre abril y marzo. Allí, los negociadores de los distintos gobiernos debatieron todos los artículos del proyecto de acuerdo, incluida la financiación adecuada para la preparación frente a pandemias, el acceso equitativo a las contramedidas médicas necesarias durante las pandemias y el refuerzo del personal de salud.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, comentó en ese momento: «Nuestros Estados Miembros son plenamente conscientes de lo importante que es el acuerdo sobre pandemias para proteger a las generaciones futuras del sufrimiento que nos infligió la pandemia de COVID-19».
Así se llegó a fines de mayo, cuando comenzó la 77° Asamblea Mundial de la Salud en Suiza, que no logró un consenso entre las 194 naciones, en un mundo con una extrema derecha en constante avance.
La OMS informó que se incorporaron “un conjunto de enmiendas clave al Reglamento Sanitario Internacional y formuló un compromiso concreto para culminar las negociaciones sobre un acuerdo sobre pandemias de alcance mundial en el plazo de un año, a más tardar, y posiblemente en 2024″.
El tratado pandémico, denominado “Convención, Acuerdo u otro Instrumento Internacional sobre Prevención, Preparación y Respuesta ante Pandemias,” propone el fortalecimiento de los sistemas de salud pública, la cooperación internacional y la financiación de infraestructuras esenciales. También destaca la importancia de la investigación y el desarrollo de tecnologías médicas, y una gestión más transparente y equitativa de los recursos globales.
Quien habló días atrás en la Asamblea en nombre de nuestro país fue Silvia Prieri, en ese momento jefa de Gabinete del Ministerio de Salud de la Nación: “La República Argentina, como miembro de la OMS y estado parte del Reglamento Sanitario Internacional (RSI), apoya plenamente la misión de la OMS como autoridad institucional rectora y coordinadora con el propósito de alcanzar el más alto nivel de salud–.
Sin embargo, manifestamos nuestra preocupación sobre el proceso de enmienda al RSI [de] 2005 y apelamos a que dicho proceso cumpla acabadamente el espíritu y objetivo” del artículo, en referencia al texto que define que los países deben recibir cualquier propuesta de cambio con por lo menos cuatro meses de antelación para su análisis. La OMS consignó que había transmitido las propuestas a los países 17 meses antes.
Esa misma semana, Salud informó modificaciones en el organigrama que implicaba el reemplazo de funcionarios y funcionarias. Una de ellas fue la misma Prieri.
El gobierno esgrime que el Tratado sobre Pandemias afecta la toma soberana de decisiones, y que además no podría asumir la capacidad para cumplir con las obligaciones establecidas sin comprometer sus políticas internas («gasto social» o «déficit»).
Aunque no es novedad que las principales autoridades del Ejecutivo militaron contra la cuarentena en época del Coronavirus. Hasta el propio Milei retuiteó una publicación de La Derecha Diario donde se dice que el OMS «busca instalar un acuerdo internacional para que el organismo pueda imponer cuarentenas en los países que crea necesario»). Precisamente ese fue uno de sus postulados libertarios frente a la pandemia: que el Estado no intervenga, aunque eso pueda costar muertes.