Cuentan los sobrevivientes que formaron parte del círculo íntimo del menemato que Azucena Agüero Blanch pasaba jornadas enteras con el entonces presidente en Olivos. La vidente mendocina apasionada por la magia blanca exhibía sus poderes frente al riojano, que escuchaba obnubilado las predicciones que la nigromántica exponía sobre el presente y futuro de su gestión. Más de treinta años después, Javier y Karina Milei replican la misma dinámica con un diferencial, el esoterismo está tapado de rosca.
“Voy a estar donde mi hermano me necesite”, contestó Karina este miércoles en el Teatro Gran Rivadavia a una insistente voz que le pedía a gritos que fuese candidata. Esa disposición, marcada por la devoción mutua que los hermanos construyeron durante su turbulenta infancia en Villa Devoto, no fue más que la confirmación de una mecánica que se extiende mucho antes del inicio de la primera gestión liberal libertaria del mundo: Javier es Milei gracias a Karina.
La secretaria general de la presidencia reparte sus horas entre aviones, el Congreso y su escritorio en el primer piso de la Casa Rosada, donde antes solía funcionar el despacho de la Jefatura de Gabinete. Siempre escoltada por sus colaboradores, la hermana más importante del poder analiza y decide con delicada minuciosidad los próximos pasos de la construcción política del oficialismo, un rol que debió asumir casi por obligación, pero al que le tomó particular interés.
El amor por el noble arte lo absorbió de Eduardo Menem. Lule, quien en los papeles oficia como subsecretario de Gestión Institucional -cargo que le valió un despacho en Balcarce 50-, es el encargado de orquestar el armado nacional de La Libertad Avanza. Heredero del carisma de su tío, el riojano construye alianzas y cierra acuerdos con figuras de las veinticuatro provincias donde el oficialismo comenzó a desembarcar para intentar imponerse en las legislativas del próximo año.
El trabajo no lo hace solo. Su sobrino y presidente de la Cámara, Martín Menem, completa el Triángulo de Hierro blue en el que se sintetiza la pata política del gobierno. Algunos escalafones más abajo, se ubica el histórico armador bonaerense, Sebastián Pareja, a quien aceptaron luego de sobradas muestras de lealtad. Con métodos casta, el tándem libertario recorre el país y saca músculo político en territorio ajeno acompañados por el calor de una militancia con tintes justicialistas.
La última parada fue esta semana en la Ciudad de Buenos Aires. En un acto cerrado a la prensa y donde sólo se permitió el ingreso de funcionarios y referentes del oficialismo, Karina no sólo dejó abierta la puerta a una posible candidatura, sino que dio sobradas muestras de que no teme poner en jaque la hegemonía que el PRO conserva en territorio porteño desde hace casi dos décadas.
El vínculo entre Mauricio Macri y Javier Milei pasa por su peor momento, y el primo y delegado del expresidente en la ciudad es el principal padeciente. Pilar Ramírez, presidenta del bloque de LLA en la legislatura, ejerce a pedido de Karina una oposición férrea contra Jorge Macri en el palacio de la calle Perú. Desde el freno a leyes urbanísticas hasta la decisión de hacer tambalear la aprobación del Presupuesto en la ciudad, El Jefe le marca la cancha cada vez que puede al exbonaerense, quien a pesar de llevar el sello macrista en su nombre no logra hacer pie en una ciudad atomizada.
La rebelión en la granja porteña obligó al primo a tomar medidas desesperadas. En las próximas horas anunciará el adelanto y desdoblamiento de las elecciones legislativas del próximo año para intentar retener la autonomía que el PRO aún mantiene en la ciudad y hacer frente a la avanzada libertaria que busca teñir de violeta a los principales cuadros del espacio fundado en 2005.
En tanto, el próximo viernes la dupla Milei-Menem visitará Posadas (Misiones) en el que será el último acto proselitista del partido en este 2024. Será la primera muestra de fuerza contundente del oficialismo nacional en la provincia conducida en los hechos por el ahora legislador Carlos Rovira, quien en 2023 cercó su territorio para evitar un batacazo libertario interno. Confiados -y alejados de la firma del pacto de no agresión que acordaron el exgobernador, Lule y Guillermo Francos en abril, cuando el gobierno rogaba por apoyos para la Ley Bases-, los armadores del león aterrizarán con su propuesta para dar la batalla contra el caudillo.
El mismo método se despliega en cada una de las provincias donde el oficialismo buscará replicar su performance electoral del balotaje el próximo año. Con actos de escasa convocatoria, usualmente montados en salones de eventos de hoteles o centros municipales, El Jefe toma el micrófono y a pesar de su dificultad manifiesta de oratoria, evangeliza a los oyentes y pide acompañar a su hermano en la tarea de reconstruir el país. “Necesitamos llenar el Congreso en 2025 con legisladores comprometidos para devolverles más libertades a los argentinos”, repite una y otra vez.
Quienes la conocen, advierten que Karina no es gustosa de las medias tintas y que la campaña del próximo año será uno de los hitos que marcarán la gestión de su hermano. “Si ella está convencida, quédense tranquilos que va a ir por todo”, expuso cerca de su despacho un colaborador de la hermanísima, que no descartó la presencia de boletas con el apellido oficial en el centro. «