El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, volvió a mentir en público por segunda vez en una semana para culpar falsamente a comunidades mapuches por los incendios desatados en su provincia. En una amable charla que compartió el domingo por la noche en la señal de cable La Nación+ el funcionario también reiteró su intento por reflotar el fantasma de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), a la que ahora dibujó como integrada por “chantas del Conurbano” que no identificó.
En ese cordial show televisivo, Torres aseguró que la Policía había detenido al autor de un incendio ocurrido por la mañana en las afueras de la localidad cordillerana de Esquel, precisó que se trataba de un empleado municipal que no reconoce al Estado argentino y que se encontraba en ese momento internado en el Hospital por las quemaduras sufridas en el fuego. “Ya sabemos que es parte de los grupos que avalan la violencia de la RAM”, falseó.
“Son grupos de falsos mapuches y falsos tehuelches que bajo falsas banderas cometen delitos como usurpaciones e incendios”, declamó con aire de sommelier de etnicidades ajenas. Cuando comentó que su acusado era empleado municipal, uno de sus contertulios exclamó: “¡¡Están infiltrados dentro del Estado!!”.
La realidad es muy diferente. La persona que pelea por su existencia en la sala de terapia intensiva del Hospital Regional de Esquel, con el 30% de su cuerpo quemado y sus vías respiratorias comprometidas por el fuego y el humo, es Héctor Quilaqueo, quien arriesgó su vida para apagar un incendio desatado accidentalmente en tierras de su propia comunidad y evitar que se expandiera hacia los campos de sus vecinos, según coincidieron todas las fuentes consultadas por Tiempo Argentino. Es zona esteparia, sin bosques y de abundantes pastizales.
Héctor, la víctima, es hijo de Angel Quilaqueo, lonko (líder) de la comunidad Nahuelpan, integrada también por la familia Llancaqueo. Héctor fue trasladado de urgencia al Hospital por su propia familia en una camioneta; jamás fue detenido ni está, como dijo falsamente Torres, bajo custodia policial.
Agraviada por los ataques de Torres, la comunidad emitió hoy un comunicado, en el que denuncian que “el gobernador incita a un odio social constante con sus innumerables declaraciones racistas que criminalizan a nuestra gente; sólo recibimos maltrato y violencia”.
Tras recordar que llevan más de un siglo en la región, exponen que los ataques de Torres “dejan expuestos a quienes gobiernan y a quienes defienden, ya que solo demuestran el racismo, la violencia y la ignorancia que tienen”.
La comunidad mapuche de Nahuelpan, está ubicada a unos 15 kilómetros al oeste de Esquel y es una de las terminales del viejo ferrocarril patagónico La Trochita, donde están las casas de las familias, ferias de artesanos y puestos de comidas tradicionales.
Es la segunda vez en una semana que Ignacio Torres protagoniza un ataque antimapuche basado en mentiras y falsedades para culparlos por los incendios forestales y hasta por delitos comunes. El pasado domingo 19 se sumó al gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, y a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en una operación mediática para culpar al lonko Facundo Jones Huala de ser un ladrón de autos y a la vez responsable que los incendios que carbonizaron más de 4 mil hectáreas de pinos y bosque nativo en el pueblo cordillerano de Epuyén.
Las familias Quilaqueo y Llancaqueo habitan la comunidad Nahuelpan desde fines del siglo 19, según la minuciosa investigación realizada en 2021 por Ayelén Fiori, del Grupo de Estudios sobre Memorias Alterizadas y Subordinadas (GEMA), que compiló y organizó la memoria oral colectiva de la comunidad.
Compuesta inicialmente por 22 mil hectáreas, las tierras les fueron reconocidas a la comunidad en 1909 por decreto del presidente José Figueroa Alcorta, pero en 1937 el dictador Agustín Justo derogó el decreto y ordenó el desalojo que se llevó adelante con suma violencia: en un mes desalojaron la comunidad, quemaron las viviendas, cultivos y acopios; robaron o mataron a los animales y expulsaron a todos los habitantes. Las tierras se dividieron en 9 lotes de 2.500 hectáreas que fueron a manos de las élites locales, el juez y el comisario. Recién en 1948 el gobierno del presidente Juan Perón devolvió 7.500 hectáreas de las 22 mil iniciales.
Uno de los puntos llamativos de la amable entrevista entre Torres y La Nación+ es que en paralelo a la charla emitían imágenes tomadas en octubre de 2021 en las calles de El Bolsón, cuando el intendente local Bruno Pogliano lanzó fuerzas de choque civiles para reprimir las protestas callejeras por el asesinato, ese mismo día, del joven militante mapuche Elías Garay Cayicol. Al día siguiente, Pogliano convocó a una conferencia de prensa en la que celebró los ataques parapoliciales y les agradeció públicamente a sus autores.