La conducción de la Asociación Obrera Textil (AOT) anunció la realización de protestas ante «la grave situación» por la que atraviesa la actividad y para enfrentar «un plan económico que permite aumentar las importaciones en detrimento de la producción y el mercado interno», a la vez que se pronunció a favor de «la industria nacional».
La organización sindical, que conduce el también vocal titular de la CGT Hugo Benítez, aseguró que el buen funcionamiento de la industria textil -que es viable en el país- garantiza el desarrollo nacional porque genera trabajo registrado que abona impuestos, lo que «es indispensable para que el Estado cumpla su obligación de ofrecer servicios de salud, educación, seguridad y justicia», puntualizó el dirigente gremial en un comunicado.
Un plenario de delegados textil decidió la semana pasada el estado de alerta y movilización de la industria y también determinó protestas en varios establecimientos.
Cada dirigente zonal textil expuso en ese encuentro el cuadro de situación de la actividad y «la realidad de los trabajadores de cada provincia», y denunció también que «se aplican amenazas patronales que incluyen el no pago de horas extras, suspensiones y despidos, con la pretensión de ganar competitividad con salarios bajos y flexibilización».
«Los patrones flexibilizan el trabajo digno e incumplen los convenios colectivos, además de desconocer las normas laborales que rigen los contratos del personal», puntualizó.
Los delegados de base también realzaron que «el propio gobierno nacional prometió en la campaña electoral que velaría por el empleo existente y que generaría condiciones para crear trabajo genuino y de calidad», aunque expresaron que «se vive por el contrario la precariedad laboral y, la fragilidad productiva, profundiza la crisis argentina», añadieron.
Benítez aseguró que el gremio defenderá el poder adquisitivo y los puestos de trabajo de todos los textiles del país, en tanto la conducción nacional denunció hoy en una solicitada «la actitud de algunos empresarios, que dejaron de forma rápida de ser productores para transformarse en importadores, como ya sucedió en otras etapas de la historia de la Argentina, lo que provoca despidos y suspensiones de trabajadores.
También repudió a otros pseudo empresarios» que, a partir de una gestión gremial, lograron percibir los Programas Repro-expres para aliviar el pago salarial, aunque apenas concluido ese subsidio estatal comenzaron a producir cesantías y desaprovecharon así «una oportunidad para optimizar su funcionamiento y desarrollarse competitivamente».
«Aún es tiempo de no volver a los años ’90», señalaron los textiles, quienes advirtieron que habrá medidas de acción directa en varios establecimientos para acrecentar «las jornadas de protesta y enfrentar un plan económico que aumenta las importaciones».