Teresa Parodi habla con el aplomo que da la experiencia, pero con el mismo entusiasmo que cuando llegó por primera vez al Festival de Cosquín en 1984, el público se enamoró de ella y se llevó el Premio Consagración. A los 76 años, la creadora de clásicos como “Apurate, José”, “Pedro Canoero”, “La canción es urgente” y “María Pilar”, entre otros, ya no tiene aquella melena que la caracterizaba, pero sus ojos claros brillan con la misma firmeza. Sigue teniendo una encendida pasión por su oficio y las mismas ganas de descubrir nuevos senderos.
La cantora correntina, una de las mayores referentes de nuestra música popular, está presentando Retrato de familia, su flamante disco, en el que la acompañan gran parte de su numerosa familia de sangre -y de la afectiva también- e invitados como León Gieco, Víctor Heredia, Nadia Larcher, Lula Bertoldi, Juan Falú, Marta Gómez, Ana Prada y Fernando Barrientos.
En estas nuevas doce canciones, que presentará formalmente en vivo los sábados 22 y 29 de junio, y el 2 de agosto en el Torquato Tasso, va más allá del chamamé y despliega también otros géneros de la música de raíz argentina como el huayno, la zamba y la vidala.
La exministra de Cultura durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y actual parlamentaria del Mercosur se para firme en la vereda de enfrente del actual Gobierno, pero confía en el pueblo argentino y se define como optimista. “En los momentos más críticos los pueblos se refugian en la memoria y en su cultura”, afirma.
–Solés decir que en tu familia la música es como un gran refugio. ¿El disco lo gestaste desde ese lugar?
–La música es un lenguaje amoroso entre nosotros, familiarmente hablando. Sentí la necesidad de tocar con ellos, con mi familia. Eso fue algo buscado deliberadamente. Pensé este disco trabajando con ellos en cada uno de los instrumentos. El grupo que me acompaña ya hace un tiempo está integrado por tres nietos y un hijo mío. Entonces ya venía con la idea de poner en ese plano amoroso y familiar mis canciones. Y compartir a partir de ahí con el público. Entonces el disco surgió naturalmente. En las reuniones familiares por lo general terminamos cantando, compartiendo la música como un valor muy esencial en nuestra vida. En el disco también incorporé a personas de mi familia musical, que están hace mucho conmigo, como Facundo Guevara en percusión, Fernando Correa en acordeón y las personas que trabajan en la técnica, el sonido, la grabación. Tenía la necesidad de hacer esto disfrutando hondamente.
–En este disco te adentraste en géneros nuevos.
–Sí, amplié un poco el panorama de la búsqueda compositiva mía, no solamente en mi región natural, que sería la del Litoral argentino, sino también entrando en algunas otras regiones culturales de nuestro país, cosa que he hecho siempre. Yo soy una compositora de música de raíz folklórica, pero generalmente en mis discos me he concentrado más en mi trabajo con respecto a las canciones más ligadas al Litoral. Sin embargo, en este disco se abre un poco. Hay dos zambas, dos vidalas, dos huaynos y hay también canciones del Litoral.
–¿Cómo se va a reflejar todo este trabajo colectivo en los shows del Tasso?
–El espacio es más restringido. No voy a poder estar con todos todo el tiempo. Pero como son varios días (el ciclo comenzó el 15 de junio), todos van a ir subiendo al escenario a cantar conmigo la canción que grabamos. La idea es no solo compartir las canciones de este disco, sino también otras canciones. Es un diálogo siempre el encuentro con el público y es muy importante esa conversación, ese ida y vuelta. Eso me entretiene y me gusta mucho porque además dejo que me pasen cosas. No quiero ser tan estructurada.
–Cuando empezaste fuiste de las primeras que incluyeron en las letras del chamamé temas sociales y políticos. En todo este tiempo, ¿sentís que cambió algo o el chamamé sigue básicamente hablándole al amor y al paisaje?
–Escribo sobre temas sociales porque es una posición política. Pero yo creo que política es todo. De todas maneras, no, no creo que se haya modificado la tendencia que hay de que la música del Litoral habla más del paisaje, del amor al terruño, del amor de pareja, a la madre, a los hijos. Mi generación gestó el movimiento de la Nueva Canción Correntina, que fue muy importante. Liderado por una gran escritora y amiga que ya no está, Marily Morales Segovia e integrado por Mario Bofill, Antonio Tarragó Ros, Pocho Roch, “Cacho” González Vedoya y tantos amigos. En aquella época, los ’70, yo vivía todavía en Corrientes y era parte de ese movimiento que fue muy fuerte, muy poderoso, muy contundente. Ahondó en la poética del chamamé. Por ejemplo, González Vedoya es un gran poeta correntino que trabajó mucho en canciones maravillosas que pusieron en el centro al hombre, al hombre genéricamente hablando, a los seres humanos, habitantes de esa región, y sus muchísimas necesidades, esperanzas y sueños. Después de ese movimiento, algunos de nosotros seguimos por ese camino, como en el caso particular mío. Yo creo que mi canción cambió para siempre a partir de mi experiencia de maestra rural cuando era muy joven en la provincia de Misiones, en el monte misionero. Ahí nació la necesidad mía como creadora de ahondar en esa mirada, en ese país profundo y de dejar esos testimonios en las canciones. Esa fue una decisión que tomé y que seguí desarrollando hasta el día de hoy.
–En el disco hay una canción dedicada a las luchas de las mujeres, “Donde quiera que van”, para la que convocaste a varias cantoras, y hay otra dedicada a Hebe de Bonafini, “Siempre viva”. ¿Cómo ves la situación de las mujeres hoy?
–Estamos otra vez teniendo que estar en estado de alerta, de emergencia, cuidando los derechos que recuperamos y los que adquirimos y los que ampliamos porque hay un ataque muy claro, una descalificación de estos movimientos… Incluso el Gobierno tiene un discurso muy violento y muy destructivo. Siento que hay también en las mujeres una gran convicción de que debemos defender lo que hemos logrado hasta aquí y seguir sosteniendo estos derechos y seguir luchando por ellos. Creo que es un momento crítico, como lo es para tantas cosas en este momento en la Argentina. De todas maneras, veo a las mujeres muy decididas y con mucha convicción para defender lo que hemos logrado a lo largo de muchos años de luchas, larguísimos años de lucha, y con tantísimas referentes importantísimas a lo largo de la historia, no solamente en la Argentina.
–Nunca dejaste de componer. De hecho, producís mucho. Salió tu disco en 2023, pero también salió Mojones, con Juan Falú y Liliana Herrero. ¿Qué es lo que mantiene tan vivo el motor creativo?
–Es una necesidad. Es como cuando tengo hambre. Tengo un circuito automático, creo yo. Siento que un creador tiene unas antenas sensibles conectadas con su propio entorno y que las emociones que se viven colectivamente, en comunidad, van quedando adentro de ese creador. Y ese creador, esa creadora, en un momento concreta esas emociones, a lo mejor con una obra o con muchas obras. Siento que eso pasa conmigo. Tengo etapas en las que estoy recibiendo. No sé si soy del todo consciente. A veces no estoy componiendo nada, pero de golpe se abre una puerta y aparecen las canciones con una naturalidad que me sorprende a mí misma, aún a esta altura. Por ejemplo, en estos conciertos del Tasso voy a cantar dos canciones nuevas, que no están en el disco. Me gusta compartir todo, también lo último que estoy haciendo.
–Fuiste ministra de Cultura. ¿Qué sentís con el desmantelamiento ahora de tantas estructuras que hacen a ese quehacer cultural?
–Este Gobierno tiene un afán destructivo, de sacar al Estado de todo y de tener un Estado que no se comprometa con nada y mucho menos justamente con estas cosas que son de interés colectivo y que son esenciales para la vida de una comunidad, de un pueblo. La historia y la memoria están en el quehacer cultural. El quehacer cultural es el que va diciendo desde dónde mira el mundo ese pueblo y qué de sí mismo saca a la luz. Los lenguajes del arte son una herramienta maravillosa cuando el pueblo va hablando de sí mismo y va asentando su mapa, mostrando su manera de ser. Es central en la vida de un pueblo el rol del Ministerio de Cultura o del Ministerio de Educación, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Estamos hablando del espíritu y del alma de los pueblos. Me parece que sacar al Estado de allí y que no haya políticas públicas que sostengan eso, que promuevan eso, que desarrollen eso, la verdad es que es ir directamente a la destrucción de ese pueblo, de esa memoria, de esa manera de ser de un pueblo. Y me parece que por eso es tremendamente destructivo. Los pueblos, en los momentos más críticos de su vida, se refugian precisamente en su cultura y en la memoria que yace en esa cultura. Por eso es un momento muy crítico, muy peligroso. Pero confío en nosotros. De forma inmediata se crean espacios de resistencia. Así que por ese lado yo soy optimista, porque creo que nosotros la vamos a mantener viva. Mirá a los pueblos originarios, que fueron de tantas maneras socavados, violentados. Es el primer genocidio que tenemos que recordar en este lado del mundo. Sin embargo, siguen vivos porque se aferraron a su cultura, su lengua, sus costumbres, su vestimenta, su comida, su relación con la naturaleza, su música, sus instrumentos. Los pueblos naturalmente, inteligentemente hacen eso. Nosotros lo estamos haciendo y lo vamos a hacer todas las veces que sea necesario. «
¿Cuándo?
Teresa Parodi presenta Retrato de familia el 22, 29 de junio y 2 de agosto en el Torquato Tasso, Defensa 1575.
Teresa Parodi – Retrato de familia
- «Flor abierta».
- «Paisaje».
- «Vidala del amor sincero».
- «Donde quiera que van».
- «La Mamadre».
- «Siempre viva».
- «Cantiga para Dominga».
- «Canción para un solo acorde».
- «Los dos solitos» (Popi Spatocco – Teresa Parodi).
- «Zamba para Natalia» (Juan Falú – Teresa Parodi).
- «Canción con luna».
- «Quiero la vuelta».
Todos los temas son de Teresa Parodi, salvo los indicados.
El diálogo con las nuevas generaciones
El disco está producido por el joven músico tucumano Manu Sija y cuenta con la participación de los nietos de Parodi, Emilia y Ezequiel, en la mayoría de los arreglos. La correntina tiene fe ciega en las nuevas camadas de músicos. “Creo que el diálogo con las nuevas generaciones me enriquece mucho. Lo busco siempre, aprendo mucho, aprendo de mis mayores, de mis contemporáneos y de las nuevas generaciones. Me gusta mucho abrir esas puertas y mirar desde donde ellos miran la música. Me abre mucho la cabeza y me gusta caminar casi de la mano de ellos por esos senderos por los que ellos ya vienen caminando muy reafirmados en lo que aprendieron, en lo que estudian y lo que investigan. Y justamente Manu es un estudioso tremendo, como también lo son Emilia y Ezequiel. Son personas que han asumido con gran responsabilidad el oficio de ser músicos. Con un gran respeto por lo heredado, por el legado de todo lo que aprendieron a lo largo de los distintos estudios que hicieron. Creo profundamente en esa juventud», destaca.
Muchos de ellos estudiaron las carreras de música popular que fueron surgiendo en los últimos años en diferentes puntos del país: “Hay una enorme cantidad de nuevos músicos, músicas y músiques en la Argentina, que salen a partir de las carreras de música popular que hay en las universidades públicas. Eso es un hallazgo. En mi época no existían. Yo no tuve la oportunidad que tienen ellos de estar estudiando sistematizadamente, organizadamente, la música del pueblo y eso es maravilloso. La nueva generación es un semillero extraordinario. Hay una enorme cantidad de jóvenes que vienen con conocimiento y seriedad para la búsqueda y para dejar un aporte a la música del pueblo. Eso lo valoro mucho. Me reconforta saber que está pasando eso, más allá o más acá de que sea la música que más escuche».