Aunque esperan los datos epidemiológicos, en la Provincia ya piensan en la apertura de la cuarentena que llegará tras el 17 de julio y que comenzarán a consensuar mañana con la Ciudad. El humor social sobre la mesa de discusión y la estrategia de «abrir y cuidar».
El gobernador Axel Kicillof y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodriguez Larreta, se reunirán mañana a las 9 para comenzar a desandar el camino. Pero los números que definirán cómo sigue el AMBA estarán entre martes y miércoles, ya que el impacto de la baja en la circulación que arrancó el 1° de julio recién comienza a reflejarse en la curva de contagios a las dos semanas.
En la Provincia, por estas horas esperan que se dé el pico de casos que están relacionados con la cuarentena previa a la Fase 1 y que atribuyen, en parte, a reuniones familiares que se realizaron -pese a no estar permitidas- por el día del Padre. Después del pico esperan que los contagios bajen y que la curva se aplane. Hay ya algunos números que alientan a las autoridades sanitarias como una desaceleración en los tiempos de duplicación de los casos en el Conurbano que dan «cierta estabilidad» y fomentan el optimismo.
En el gabinete provincial ya trabajan sobre escenarios de mínima y de máxima, tomando como base el sistema de cinco fases que funciona en el interior de la provincia. El de mínima es que los municipios del Conurbano vuelvan a la Fase 3, que regía hasta el 30 de junio, con actividades industriales y comerciales permitidas. De todos modos remarcan que la estrategia debe ser «la misma» que la Ciudad que busca una mayor flexibilización y filtró en las últimas horas cuál es su plan para salir.
«Si de verdad la curva se amesetó, bajaron los contagios y la letalidad; es probable que haya aperturas que tienen que ser acordadas con la Capital Federal. No se puede abrir en un lugar y en otro no porque es imposible de controlar «, señaló a Tiempo la ministra de Gobierno bonaerense, Teresa García. Y apuntó que las aperturas deberán ser coordinadas: «Si se van a abrir comercios, qué comercios, en qué horario, con qué protocolo».
En este punto, la funcionaria de Kicillof relativizó el plan de trabajo de CABA. «Es un ensayo porque todo el mundo ensaya en papel la realidad. Asi como decíamos que el pico iba a estar en mayo, luego en junio y finalmente terminamos teniéndolo en julio. Imagino que son ensayos probables en función de la baja de casos».
Más allá de los datos estrictamente sanitarios, el humor social y la crisis económica que golpea más fuerte en el Conurbano son dos factores clave al momento de decidir cómo seguirá la cuarentena. «Todo el mundo está cansado, agotado, preocupado por la situación económica, y no sólo por lo económico, también hay un componente emocional. Esto lo saben todos», advirtió García.
¿Hay margen para cerrar otra vez? En la Provincia prefieren hablar de «abrir y cuidar» como estrategia clave para no tener que volver a la Fase 1. “Para poder abrir algunas actividades económicas y que la consecuencia no sea tan terrible habrá que insistir con la responsabilidad individual y colectiva-dijo García-. No se pueden hacer fiestas, ni asados, ni mateada. Sé que es antipático pero habrá que seguir insistiendo. Los focos se producen habitualmente a través de reuniones sociales”.