Una mujer a la que apenas se le ven los ojos, el único lugar del cuerpo sin abrigo, pasa con su bicicleta por uno de los acampes de Télam en Bolívar 531. Sin dejar de pedalear en medio del frío extremo de la mañana, levanta una mano y grita: “Aguante Télam”. Las trabajadoras y los trabajadores agradecen. Unos minutos después, la ciclista vuelve con su bicicleta. Trae también una bolsa con facturas. “Mi viejo siempre me dijo que a los laburantes hay que bancarlos. Lo que ustedes hacen es un orgullo”, dice antes de irse definitivamente. Es acaso la última imagen con las carpas sobre el empedrado de Bolívar porque cerca de las 10 llega la Policía Federal y retira las vallas de las oficinas de la agencia nacional. “Volvemos a trabajar”, comunican Sipreba y la Comisión Interna.
El conflicto había comenzado el 3 de marzo por la medianoche cuando el gobierno decidió vallar las sedes de la agencia nacional de noticias y publicidad. Además, cerró el servicio que provee a más de 800 clientes y dio de baja el portal web. Desde entonces, pasaron 128 de acampe ininterrumpidos. En ese lapso, la lucha de Télam se tradujo en cientos de actividades, muestras de apoyo, solidaridad y actos para defender la soberanía informativa de la patria. Un abrazo masivo, el acompañamiento del movimiento sindical en su conjunto, una misa con de los Curas en Opción por los Pobres, un multitudinario festival frente al Congreso, un locrazo, cientos de actividades culturales, la creación de los contenidos del portal Somos Télam y cenas preparadas por compañeros y compañeros del gremio fueron apenas algunas de las acciones en defensa de los medios públicos.
“Durante todo este tiempo la agencia estuvo silenciada. El 1 de julio el gobierno decretó la reconversión de Télam en APESAU, una sociedad anónima que se encargará solamente de una de sus dos funciones principales: la publicitaria. A la vez, la agencia de noticias continuará dentro de RTA”, informó el comunicado que difundió la Comisión Interna después de que se levantaran las vallas de las dos oficinas centrales de la empresa nacional.
Al mediodía, las carpas ya estaban desarmadas. Los trabajadores y las trabajadoras de la agencia no paraban de abrazarse. Era nada menos que la foto para concluir una etapa de uno de los ataques más graves contra la libertad de expresión y el ejercicio de prensa. “Desde SiPreBA seguiremos la lucha para que Télam vuelva a ser una única empresa, ya que el rol periodístico y publicitario forman parte de una misma unidad conceptual para garantizar la soberanía informativa y una comunicación federal y plural”, agregó el gremio en la difusión de esta noticia.
El miércoles, después del feriado, se espera la vuelta al trabajo en las sedes de la agencia que Javier Milei pidió cerrar en su discurso de apertura de la asamblea legislativa en el Congreso. “La defensa de los medios públicos y del derecho a la información de toda la sociedad seguirá siendo nuestra pelea más importante, para mostrar lo que los grandes medios censuran, las luchas de nuestro pueblo por la soberanía, contra el ajuste y por sus derechos en cada rincón del país. En unidad, seguimos diciendo: los medios públicos se defienden, la patria no se vende”, concluyó el comunicado de Sipreba.