Las asociaciones que representan en todo el país a las grandes cadenas de supermercados y a los supermercados y autoservicios informaron haber rechazado a las listas de precios que reciben con aumentos de sus proveedores y distribuidores mayoristas.
La primera que se expresó fue la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), que defiende los intereses de las grandes cadenas, y este jueves se sumaron la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y la Cámara de Autoservicios Mayoristas (CADAM).
ASU dirigió una carta “a la sociedad” en la que expresó su “firme propósito de no aceptar listas de precios de nuestros proveedores que contengan aumentos desmedidos y/o especulativos”. Y agregó que “nuestro objetivo es hacer llegar al público con productos de la máxima calidad y al mejor precio. Nuestros mayores esfuerzos están orientados a obtener ese objetivo”.
Las empresas que integran la ASU abarcan el 60% de la actividad supermercadista a nivel nacional. Entre ellas están Coto y La Anónima, de fuerte impronta en el interior del país, fundamentalmente en las provincias del sur.
El gobierno celebró la posición de esa entidad aunque algunas versiones indican que la movida de ASU respondió a un pedido explícito del gobierno nacional. El ministro de Economía, Luis Caputo, precisó el miércoles en su cuenta de X que los comercios rechazaron listas con aumentos del 12% y señaló a las empresas Molinos, en referencia a Molinos Río de la Plata, y Unilever.
Este jueves, el funcionario sumó otro tuit en el que aseguró que Molinos Río de la Plata “retrotrajo toda la suba de precios” y felicitó a los supermercados por la gestión que realizaron “cuidando a sus clientes”.
El director de ASU, Juan Vasco Martínez, dijo a Infobae que el 14 de abril, el día en que comenzaba el nuevo esquema cambiario, las aceiteras AGD, Molinos Río de la Plata, Molinos Cañuelas y Bunge coincidieron en enviar listas con aumentos del 9%, un incremento que el sector consideró llamativo con el consumo cayendo al 7%: “No existe mercado ni consumidor que pueda asumir ese impacto”, expresó el directivo.
Molinos retrotrajo toda la suba de precios. Buena reacción. Y sobre todo, gran gestión de los supermercados, cuidando a sus clientes. 👏👏👏 https://t.co/e8rvhuy0sF
— totocaputo (@LuisCaputoAR) April 17, 2025
Este jueves se sumó CAS con un comunicado en el que destacó como acertadas las medidas cambiarias del gobierno nacional y consideró que los mercados respondieron positivamente, en particular en cuanto a la cotización del dólar.
La entidad interpretó ese factor como una señal y llamó a toda la industria a acompañarla en el contexto local e internacional: “Todos debemos asumir la responsabilidad que nos cabe, por eso los integrantes de la Red Súper Argentinos, cadenas regionales y supermercados independientes, presentes en todo el territorio nacional, no convalidaremos los aumentos desmedidos que buscan imponer algunas de nuestras empresas proveedoras”.
Los mayoristas se pronunciaron a través de la Cadam, que opinó que “la liberación del cepo no representa una devaluación, sino la apertura positiva del mercado”.

La entidad indicó que los proveedores ya operaban con las cotizaciones MEP y contado con liquidación, que hasta bajaron en los últimos días. “No hay fundamentos para remarcar precios”, subrayó Cadam.
La entidad apuntó también que el nuevo tipo de cambio está orientado a las personas físicas, por lo que la operatoria corporativa debería mantenerse al margen. En ese sentido llamó a los proveedores a “evitar distorsiones y especulaciones que sólo generan incertidumbre y afectan el normal funcionamiento del comercio”.
Tiempo intentó conocer los argumentos de la industria, sin respuesta por el momento.
Tras un breve período a la baja en el tramo final de 2024, los precios minoristas volvieron a trepar en diciembre. En enero volvieron a caer, pero en febrero retomaron el ascenso. En la segunda quincena de marzo se produjo un salto importante que se reflejó en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec, que promedió 3,7% ese mes, muy lejos del 2,4% de febrero.
Ese salto, que siguió a paso firme en la primera quincena de abril, fue consecuencia de las especulaciones que acompañaron las negociaciones del gobierno por un nuevo empréstito con el FMI que, de acuerdo a lo que se preveía, iba a traer aparejado un ajuste de la cotización del dólar.
El nuevo endeudamiento se confirmó el viernes pasado junto con la devaluación, que el gobierno maquilló como “flotación entre bandas” de entre los $1000 y $1400 por dólar.
Los días posteriores a la confirmación a cargo del ministro de Economía, Luis Caputo, fueron de enorme expectativa.
En los comercios de barrio, almacenes y autoservicios pequeños, el impacto de los aumentos se sintió, pero los referentes del sector interpretaron que era una continuidad de la escalada que venía desde marzo y aseguraron que no se había producido una variación especial a partir del lunes 14.