“Muchas veces quienes trabajamos en salud vemos algo que nos pone locos: pacientes que tienen un síntoma, por ejemplo que sienten que se les duerme un brazo, y dicen ‘me voy a acostar y mañana veo’. Dejan pasar un día de un infarto que sigue creciendo y causa más problemas. Contra estas situaciones es que tratamos de ayudar”, confía el médico neurólogo Mauricio Farez. Es el director del Centro para la Investigación de Enfermedades Neuroinmunológicas (CIEN) del Fleni y quien está al frente del proyecto que desarrolla el primer asistente virtual vía WhatsApp del país especializado en el uso de inteligencia artificial para el reconocimiento de síntomas de accidente cerebrovascular (ACV), una de las principales causas de discapacidad y mortalidad en todo el mundo.
La iniciativa comenzó a generarse hace cinco años y está en una etapa avanzada. En la segunda mitad del año que viene podría estar disponible para su uso a nivel masivo. La impulsan distintos centros de la Fundación Fleni junto con el Conicet y la empresa nacional Entelai, especializada en soluciones de Inteligencia Artificial (IA) para la atención médica.
“Ya tenemos un asistente virtual que funciona en Whastapp y está validado para consultas de pacientes adultos en general. Ahora apuntamos a algo más específico, para situaciones más críticas, de vida o muerte, como puede ser una persona con un ACV”, apunta Farez. “Una de las cosas que sabemos por estudios en Argentina y en el mundo es que las personas reconocen bien los síntomas de un infarto al corazón, pero cuando se habla de ACV el conocimiento todavía no es tan extendido, si bien hubo mejoras en los últimos años. Por otro lado, el sistema de emergencias tiene algunas falencias al momento de detectar y reconocer estas patologías. Con esta herramienta apuntamos a ayudar a los dos componentes claves: a los que están en la emergencia, para que tengan un soporte equivalente al híper especialista que no puede estar en todas las ambulancias, y al paciente para que pueda tomar mejores decisiones”.
“Esto no reemplaza la consulta médica, pero una persona que pierde movilidad en un brazo y se le tuerce la boca, que llama a la ambulancia y le dicen que hay una demora de cuatro horas, puede usar este sistema y mediante preguntas y respuestas, con una correlación que se estima próxima al 99 por ciento, puede llegar a la misma posibilidad de diagnóstico que la consulta médica”, remarca Ana María Salvati, presidenta de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).
La meta es contar con el asistente virtual en WhatsApp las 24 horas del día, un servicio gratuito al alcance de la mano para reducir el tiempo de atención y contribuir a salvar vidas.
Con la IA como aliada
En todo el mundo los casos de ACV están creciendo. En la Argentina se estima que ocurren 50 mil episodios por año, y solo entre el 5 y el 7% de los casos obtiene un tratamiento adecuado. La detección temprana es clave.
El mecanismo del asistente virtual es similar al de un chat como BOTI, del Gobierno de la Ciudad. Fue ‘entrenado’ para responder ante las múltiples formas posibles de consultar por los síntomas de un ACV. “Si hay una demora de ambulancia el sistema puede sugerir si es necesario que vayan a buscar atención médica como sea, sin esperar; o si no queda definido el cuadro de un ACV puede indicar acudir a una teleconsulta médica”, explica Salvati.
“Son aplicaciones fantásticas de la inteligencia artificial, que no tienen nada que ver con usarla para copiar una tesis. La IA aplicada a la rápida detección de patologías críticas, con ventanas de tiempo cortas, es el futuro. Es usar la inteligencia artificial de manera inteligente, valga la redundancia”, destaca la especialista. Y señala que este tipo de sistemas son especialmente importantes en lugares alejados de los grandes centros urbanos.
“Uno por ahí se ubica desde el AMBA, con acceso fácil ante una emergencia, pero en lugares como la Patagonia es muy importante contar con un sistema así. Estas cosas sirven sobre todo cuando hay grandes distancias de por medio, o en zonas donde sólo hay un médico que cubre todo. No en todos lados hay especialistas”, añade la cardióloga.
La inteligencia artificial ya está en uso para la mejor detección de los ACV, posibilitando intervenciones más rápidas. “Un ACV puede ocurrir porque se tapa una arteria o se rompe una arteria del cerebro y sangra. Cualquiera de las dos situaciones a veces son groseras y fáciles de ver, pero a veces no –detalla Farez, investigador del Conicet y magíster en Salud Pública por la Universidad de Harvard–. Hay herramientas de IA que dada una imagen, en el período agudo, ayudan a detectar esas arterias tapadas o sangrado o área lesionada que justifique tratamientos más agresivos para tratar de recuperar ese cerebro. Hay muy buenas experiencias a nivel mundial y en Argentina ya están en uso”.
Alerta: cada vez más casos
Según la Federación Argentina de Cardiología, cada año 14 millones de personas en el mundo sufren un ACV y es la cuarta causa de muerte en Argentina. Según un informe de la Comisión de Neurología sobre Accidentes Cerebrovasculares de la Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares, publicado el mes pasado en The Lancet Neurology, la mortalidad por ACV aumentará en un 50% para 2050, de 6,6 a 9,7 millones.
“El ACV tiene factores de riesgo modificables como hipertensión, obesidad, tabaquismo. Lamentablemente, son patologías que han ido en aumento. Si no hacemos nada, seguramente van a aumentar mucho los casos y son problemas que afectan a personas relativamente jóvenes, de 50-60 años, que pueden quedar con alguna discapacidad”, dice el neurólogo Mauricio Farez. “Las consecuencias del no-tratamiento tienen que estar en el foco”.