La solidaridad sigue siendo el motor que impulsa grandes acciones en la comunidad. En esta oportunidad, All Boys Solidario, encabezado por Omar «Pelusa» González, junto a la Fundación Vivir para Sembrar, liderada por Verónica Rudi, fortalecieron su compromiso de trabajo en conjunto para brindar apoyo a quienes más lo necesitan.

Desde hace casi dos años, ambas instituciones articulan esfuerzos en distintas iniciativas con un mismo objetivo: generar un impacto positivo en la vida de las personas a través de la ayuda concreta y la contención. La Fundación Vivir para Sembrar, con base en Lomas de Zamora, ha sido un pilar fundamental en este proceso, acompañando cada acción solidaria del club de Floresta y ampliando el alcance de su tarea comunitaria.

Uno de los hitos más recientes y destacados de esta alianza fue la expedición al Aconcagua, la montaña más alta de América, donde el equipo de All Boys Filial Facundo Diz (All Boys Solidario) alcanzó la cumbre el pasado 25 de enero. Esta iniciativa no solo representó un desafío deportivo, sino también un mensaje de esperanza en la lucha contra la distrofia muscular. La travesía, liderada por David Moyano y acompañada por Fernando Camerano, contó con el respaldo del Ejército Argentino, además de la colaboración de la Escuela de Montaña de Gendarmería Nacional, el Cmte. Nelson Zarza y el Mayor Hernán González. En un gesto de camaradería internacional, la expedición también contó con la participación de equipos de Francia e India, reafirmando el carácter global de la solidaridad.

«La llegada a la cima del Aconcagua es parte de una campaña que llevamos adelante. Este es el segundo año que lo intentamos y, esta vez, logramos la cumbre. Buscamos encontrar una cura para la distrofia muscular. Los niños que padecen esta enfermedad, entre ellos mis dos hijos que ya fallecieron, no tienen cura y los grandes laboratorios no invierten en la investigación. Mucho menos los países. Entonces, lo que hacemos con esta campaña es visibilizar la patología y, gracias a que hicimos cumbre este año, un laboratorio de Estados Unidos se sumó para trabajar con los niños de Argentina que la padecen», expresó Omar González, destacando el impacto logrado.

Por su parte, Verónica Rudi subrayó el compromiso de su organización con esta causa: «Venimos trabajando muy fuertemente con All Boys Solidario desde hace bastante tiempo en varias campañas muy importantes. Estamos muy contentos y contentas de poder aportar nuestro granito de arena en esta iniciativa para acompañar a los chicos y chicas con esta patología y, sobre todo, a sus familias».

Más allá de esta iniciativa, la colaboración entre All Boys Solidario y la Fundación Vivir para Sembrar se extiende a múltiples acciones de asistencia social. Desde operativos de ayuda alimentaria hasta campañas de salud, la Fundación ha puesto a disposición su red de voluntarios y recursos para fortalecer el impacto del club en distintos barrios. Además, trabajan activamente en la articulación con familias que requieren acompañamiento, generando puentes entre quienes necesitan ayuda y quienes pueden brindarla. «Cada acción solidaria es un eslabón más en esta gran cadena de contención que queremos construir», afirmaron desde ambas instituciones.

Pensando en el futuro, la Fundación Vivir para Sembrar ya tiene en marcha un nuevo proyecto para este 2025: el acompañamiento a adultos mayores en la realización de trámites virtuales, una problemática que afecta a muchos jubilados que no cuentan con herramientas digitales. A esto se suma su colaboración con distintos comedores y organizaciones barriales, así como su participación en programas como «Compartir Lomas», impulsado por el intendente Federico Otermín, que promueve la ayuda mutua entre vecinos y vecinas de Lomas de Zamora.

Desde All Boys Solidario y la Fundación Vivir para Sembrar invitan a toda la comunidad a sumarse a este esfuerzo colectivo. «La solidaridad no tiene límites ni fronteras. Cuantas más manos se unan, mayor será el impacto en la vida de quienes más lo necesitan», concluyeron ambas instituciones.

El trabajo en conjunto demuestra, una vez más, que cuando la empatía y la colaboración se combinan, no hay desafíos imposibles ni causas inalcanzables.