Luego de un exitoso paso por los festivales de Mar del Plata, Guadalajara y San Sebastian, llega a las salas de nuestro país el documental Cross Dreamers, dirigido por Soledad Velasco, quien también está a cargo del guión. Se trata de un potente relato que sigue las vidas de Ornella, Mabel, Mirna y Paula, hombres que durante gran parte de su vida practicaron el crossdressing a espaldas de sus familias, esposas e hijos.

Ellas cuentan sus vivencias, desde su temprana fascinación por lo femenino, los años de culpa y el miedo las han llevado a tener una doble vida, y el peso de tener un secreto que muchos no entendían y juzgaban. Durante mucho tiempo, hasta años o décadas, muchas tuvieron una sensación de aislamiento e incomprensión debido a esta manera particular de transitar el género: un ir y venir entre lo masculino y lo femenino, pero este documental nos cuenta cómo es vivirlo.

Soledad Velasco es licenciada en Artes Combinadas de la Universidad de Buenos Aires y magíster en Guión de Series de la ECAM, Madrid. Trabaja en el desarrollo de proyectos de ficción y documentales (los más reconocidos son el especial de Netflix sobre el Ara San juan y un institucional realizado en el marco de la convocatoria Tirá tus ideas a la basura del Ministerio de Medio Ambiente). Pero en este caso pone el foco, con herramientas narrativas interesantes, en la temática crossdressing, una práctica mucho más frecuente de lo imaginado, realizada principalmente por hombres que, independientemente de su orientación sexual, desean transitar la feminidad.

“Yo no sabía de la existencia de este mundo. Y la puerta de entrada fue una chica que hacía vestuarios para cine. Charlando me contó que le hacía la ropa a un grupo de hombres de entre 50 y 60 años, que se juntaba una vez por mes en una movida que se llamaba noche Cross.  Y quise averiguar más. Me causó mucha curiosidad, y más cuando supe que lo hacían a escondidas de su familia. Así conocí a las protagonistas”, recuerda Velasco. Pasó varios meses charlando, conociéndonos y entendiendo más de qué se trataba. “El evento era divertido, estaban todas montadas y pasándola bien, pero detrás de ello había algo, la verdadera historia. Esa angustia de hacerlo en secreto, por no poder abrirse con sus esposas o hijos, la percibí. Muchas siempre juraban no hacerlo más, pero volvían a hacerlo con culpa. Pero en realidad no se sabe por qué, no es nada malo, son elecciones. Entonces quise mostrar eso que pasa y me pareció que estaba bueno contarlo.”

La directora creía que no era posible contar la historia apenas las conoció, a pesar de su deseo de echar luz en eso que sucedía en las sombras. “No querían, por si alguien las reconocía y esas cosas. Pero empezamos a filmar y se fueron abriendo, contando y poniendo ganas al ver que el proyecto es una especie de puente que podían tender, para que se entienda y no seguir alimentando la ignorancia y el perjuicio, que son los enemigos de estas situaciones. También lo necesitaban, ya con su edad, para poder trabajar la apertura y la aceptación de sus entornos.”

Un documental con recursos novedosos

Con un estética particular y recursos narrativos novedoso,  el ritmo es clave en este film: es dinámico y entretenido, súper cuidado estéticamente y mete al espectador dentro del clima y sentimientos de los protagonistas. “Una va encontrando soluciones o propuestas a medida que va avanzando. Lo primero fue encontrar a las protagonistas, ya que eran un grupo grande, entonces había que decidir quién de todas ellas era la indicada. Empecé a entrevistarlas.  Y quise que lo emocional de cada una, se vea plasmado en un armado, con una ambientación que concuerdo con lo que sentían, y así se fue construyendo un lenguaje poético, desde lo visual y en la puesta, que da otro cariz a lo que se cuenta. Hay una que la filmamos en un garage, y era porque ella estaba en un momento oscuro, su familia se había enterado, entonces de la parte visual era necesario buscar un lugar así. Fue una decisión. Luego había otro bloque era cumplir anhelos: salir de día por primera vez. Pensamos una secuencia para que eso suceda y que sea parte de la película”.

Velasco quería tener también una línea que tenga que ver con la amistad y el grupo de pertenencia. “Era clave porque para muchas fue un salvataje: fueron logrando todo gracias a tener un igual donde mirarse, identificarse y no sentirse sola en el mundo. Para eso pusimos cómo que se veían los WhatsApp o como preparaban las fiestas. Mostar la red era una prioridad narrativa. Pero mostrando la individualidad de cada una. Y por supuesto la infancia, que era otra cosa que las unía, ese deseo reprimido para sobrevivir en sus contextos familiares”. Según su autora, es una historia emotiva, que moviliza sentimientos. “Es más que salir del closet o una cuestión de género o etiquetas. El documental apela a la empatía y a evitar sufrimientos innecesarios. Espero que llegue al público ese costado humano y de crecimiento. En todos los festivales así fue, el costado emotivo conquistó a los espectadores.”

Todo el proceso le llevó a la directora unos cuatro años y medio. “No fue fácil. Pero hoy ya con la película terminada creo que era necesario seguir todo ese proceso. Hablamos de personas que se criaron en un contexto social y cultural mucho más opresivo de lo que quizá vivimos las generaciones más jóvenes. La comprensión de las distintas opciones de género o de las elecciones personales no era algo con lo que crecieron, entonces era difícil y doloroso. La película parecía funcionar para recordar algo a lo que no hay que regresar pero lamentablemente el giro actual hacia la ultraderecha, nos hace  preguntar si en realidad la lucha no continua, para explicar y ampliar derechos y comprensiones”, afirma la creadora.

El documental revela historias de poco transitadas.

“Cuando pensábamos que solo había una minoría  que podía dar un coletazo conservador,  y que lo que costó toda una vida romper, con barreras que existen aún; de golpe llega al poder alguien que cierra el Inadi y la intolerancia gana terreno. Entonces  lo que debía ser admitido y respetado, puede volver a ser algo que no se debe o no se puede hacer. En el fondo no sabemos a qué lugar nos estamos arrojando”.

Velasco también admite que el golpe al cine nacional es algo a tener en cuenta y estar alerta. Para ella, “toda la cultura está en una gran crisis y en una gran lucha.  Afortunadamente es un sector, es gente que se moviliza. Se organiza y se manifiesta. Es que hay que entender que esto trasciende a los que hacemos cosas relacionadas con la cultura, es más que música, cine o arte,  todos y todas  somos parte de un entramado social. Algo que nos une, que nos construye, son los relatos y expresiones que son algo que amalgama. El cine, por ejemplo, es un relato vivo, es parte de la historia, poder hacerlo forma parte de nuestra idiosincrasia, de hacer patria o si querés de ver el mundo. Es impensado que hoy todas esas significaciones estén en juego, y que se quiere cercenar la chance de crear.”

También la cineasta opina que la preocupación por el campo laboral en la industria, y en el instituto de cine, es algo que hay que defender a capa y espada. “Es grave y angustiante, pero somos muchos los que creemos que no se debe avasallar la cultura de este modo violento.” Para Velazco el momento social requiere unirse. “Las redes son inevitables, Es un momento para  acompañarse y crear juntos. En las crisis, como esta, es cuando la solidaridad es clave para vencer a los que quieren aplastar las expresiones de este estilo. Acompañarnos en los procesos de una contención, y que sumar es la manera. Hay que seguir haciendo en la medida de lo posible.” En su caso cree que lo político es inevitable, como tema: “La coyuntura te lleva a pensar nuevos proyectos para contar esto que nos pasa. Confío mucho en lo colectivo. Estoy desarrollando dos proyectos de serie y un documental más. Y todo es con otros, apoyándonos entre los que no nos queremos entregar.”


Cross dreamers

Dirección: Soledad Velasco. Jueves a las 20.15 en el Cine Gaumont, Rivadavia 1635. Estreno: 21 de marzo.

El documental Cross Dreamers tuvo muy buena aceptación en diversos festivales.