“Es importante recordar que las cruzadas no fueron solo una cuestión de religión, sino también de política y economía”. Amin Maalouf de su libro Las cruzadas vistas por los árabes.

En 13 años de la guerra sucia llevada adelante por diferentes organizaciones terroristas como Al Qaeda, ISIS, el Ejército Nacional Sirio, el Frente al Nusra ahora Hayat Tahrir al Sham (HTS) contra el gobierno duro de Bashar Al Assad, Siria se había transformado en el teatro de operaciones de la OTAN, las potencias occidentales y las regionales como Turquía e Irán. El asedio contra el gobierno del baathista concluyó cuando el oftalmólogo perdió el punto de vista y la fuerza de su ejército. Como un león anoréxico Bashar entregó lo construido y con el auxilio de Moscú se retiró, con toda su familia, de la escena política. Bashar cayó por debilidad propia, pero, también por la supuesta traición de sus antiguos aliados.    

La paz tensa en Siria que se mantuvo desde la Guerra de Octubre del ´73 hasta las revueltas inducidas en 2011, terminó el 8 de diciembre. Casi 40 años de fronteras en alerta roja o naranja, y sin embargo, seguras, pusieron al país como garante de la estabilidad regional, como afirmaría Henry Kissinger en 1974. En todo ese tiempo, tanto Hafez al Assad primero, como su hijo Bashar después, reclamaron por todas las vías diplomáticas la recuperación de los Altos del Golán e instaron a un acuerdo pacífico con sus vecinos. También, en 54 años de gobierno, supieron soslayar las crisis económicas globales y abrieron sus puertas, a través de la Feria Internacional de Damasco, a las empresas y al comercio internacional en áreas homólogas como petróleo y gas, metalurgia e ingeniería, agricultura, industria alimentaria, química y preto-química, medicina, e industria del papel, entre otras. 

Hasta 2010 el gobierno sirio había reducido, según el FMI, su deuda externa a la mitad y el índice de desarrollo humano proporcionado por el PNUD la ubicaba en el lote de países de desarrollo medio con una expectativa de vida de 76 años, un 84% de alfabetizados, un ingreso per cápita anual de 4748 dólares y una tasa de pobreza del 11,9%. Aparte del despotismo que caracterizó a su gobierno, Bashar fue garantía de una Siria unificada.    

En el marco de la guerra impuesta por mercenarios de fuerzas extranjeras de más de 50 nacionalidades distintas, en 2012 y bajo el asedio de esos grupos terroristas, Bashar ganó las elecciones parlamentarias de las que participó el 51% del electorado y varios veedores internacionales dijeron que, pese a los desafíos internos de seguridad, “se celebraron en su fecha de manera democrática, limpia y transparente”. No reconocieron el triunfo solamente EEUU y las potencias europeas.

En los últimos 20 años el gobierno sirio, laico, multiétnico y multiconfesional mostró predisposición al dialogo manteniendo su posición férrea de soberanía territorial. La guerra sucia puertas adentro impuso un sistema de control y represión mayor aun, aunque sus fronteras ya habían sido permeabilizadas desde la invasión de los EEUU a Irak en 2003, cuando ingresaron unos 500 mil refugiados, y los ataques desde el norte en las ciudades de Alepo e Idlib se hicieron cada vez más frecuentes.    

En un contexto regional de guerra impuesta en Siria, de un genocidio contra el pueblo palestino en marcha y de agresiones sistemáticas de Israel a sus vecinos, sumado a la anomia de acuerdos y resoluciones internacionales, se generó mucha confusión en la opinión pública internacional y en los sectores políticos progresistas. Toda esta complejidad hace que haya más preguntas que respuestas.

Por otra parte, el caos que produjo la salida silenciosa de Bashar permitió que las tropas de Netanyahu ingresaran en territorio sirio por las alturas del Golan próximos a Dera´a, donde combatieron contra el gobierno sirio desde allí grupos como Al Qaeda, Frente Al Nusra conocido ahora como HTS, Estado Islámico y Jaysh al Islam. En estos días, Al Jolani, aliado de Netanyahu, dijo que el territorio sirio no será utilizado para agredir a Israel y ordenó el desarme de la resistencia palestina en Siria.

También, casi al mismo tiempo que los EEUU reconocía la presencia de 2000 soldados desplegados en todo el territorio sirio, este terrorista, por el cual la CIA pedía hasta 10 millones de dólares por su cabeza, recibió el viernes 20 en el hotel Four Seasons de Damasco a una delegación del Departamento de Estado encabezada por la diplomática Bárbara Leaf, responsable de las políticas en el Oriente Medio, según informó The Financial Time. Trascendió que el tema central de la reunión fue la transición el poder.

En la ex República Árabe Siria como territorio en disputa de estos últimos años no gobernaron los Assad, solo administraron recursos primarios para su pueblo y el ejercieron con mano muy dura cualquier posibilidad de levantamiento que modificara el status quo del país. Así, Siria se transformó en el teatro de operaciones de las grandes potencias EEUU y Rusia y las potencias regionales Turquía, Irán e Israel, que intentan hegemonizar o participar como accionistas mayoritarios en el control de los recursos hidrocarburíferos y mineros, las rutas comerciales y las antiguas pretensiones imperiales turcas, persas y anglo-sionistas de tomar el control de toda la región de la medialuna fértil.  

Por estos motivos, endilgarle toda la derrota a Bashar Al Assad es injusto.  Los grandes derrotados en esta batalla son Irán y Rusia, que está negociando desde una posición de aparente debilidad sostener sus bases en Latakia y Tartus. Al igual, indirectamente el pueblo palestino, que al quebrarse el Eje de la Resistencia quedó absolutamente desamparado. 

Muchas son las preguntas que debemos hacernos para poder entender el futuro de Siria y los sirios. ¿Bajo qué condiciones será la transición de la que habla Al Jolani? ¿Siria será desintegrada y repartida con tutelaje internacional como en 1916? ¿La anexión de territorio sirio a Israel le permitirá a este una posición más estratégica para acabar con Palestina y atacar expandiéndose sobre Jordania, Líbano e Irak? ¿La abolición de la constitución siria, como lo anunció Al Jolani, puede llevar a un estado de anomia peligroso de mayor enfrentamiento entre facciones políticas y étnicas antagónicas o a una guerra fratricida? ¿Los partidarios y servicios de inteligencia de Al Assad se quedarán de brazos cruzados? ¿Bashar estará en su refugio de Moscú organizando su retorno? Este nuevo tablero ofrece muchas partidas que solo el tiempo podrá develar.    

Al igual que del 1095 a 1272 de la era cristiana, terroristas mercenarios cruzados, templarios con atuendos islámicos, llegan para concretar la décima cruzada extractivista en una de las zonas más ricas del planeta.