La idea de que alcanza con la voluntad de YPF para que la planta de gas natural licuado (GNL) se concrete no resiste la fuerza de los hechos.

Tanto el presidente de YPF, Horacio Marín, como el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, salieron entre el viernes y ayer a defender esta tesis, según la cual si YPF quiere, la planta de GNL se construye.

Sin embargo, la realidad es mucho más compleja. Antes de levantarla hace falta garantizar el financiamiento y los mercados que comprarán el producto por muchos años. Lo único que está asegurado es la provisión de la materia prima: el gas de Vaca Muerta.

Esto sin contar con las definiciones geopolíticas que, en los últimos años, han cambiado los flujos de transporte del GNL por los mares del mundo: por caso, el gobierno de Estados Unidos prohibió la construcción de nuevas plantas de GNL en su territorio para evitar una mayor demanda de gas y el encarecimiento del precio interno.

La hipérbole

El presidente Javier Milei utilizó la planta de GNL para presionar al Congreso y lograr que votara la Ley Bases y el Régimen de Incentivos de Grandes Inversiones (RIGI). También la usó para fustigar al gobernador de Buenos Aires: la inversión se radicaría en Río Negro, dijo, porque Axel Kicillof era un «lastre» y «expropiador serial».

Parece que ninguno de sus interlocutores investigó en los papeles firmados entre YPF y Petronas, la petrolera malaya que apenas había firmado un Memorando de Entendimiento, que deja abierta la posibilidad de retirarse sin penalidades.

Y esa parece ser la decisión de Petronas, que si no paga al menos una parte de los U$S 180 millones (o U$S 200 millones) según otras fuentes para el informe de ingeniería, en noviembre, quedará afuera de la movida.

Pero la salida de Petronas podría significar un fuerte golpe al proyecto. Sin financiamiento asegurado ni mercados firmes, YPF apuesta a la India para que provea ambos. Pero ese país viene de firmar un acuerdo con Qatar Energy (mucho más cerca que la Argentina) por un valor de U$S 78.000 millones para compras de GNL hasta 2048.

El mercado de GNL es muy competitivo, con Estados Unidos, Australia, Catar y Rusia en los primeros puestos de los proveedores, mientras que China, India, Japón y Corea del Sur son los principales compradores. El gobierno no tiene una política para hacerse un lugar allí. «