El martes, luego de dos jornadas consecutivas de flotación libre, el BCRA decidió intervenir en el mercado de cambios vendiendo U$S 695 millones con los que consiguió que la divisa cerrara en $26,38.
El giro en la política cambiaria generó estupor en el mercado toda vez que ya había trascendido que, entre los puntos del pre acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, se establecía el compromiso de que la entidad abandonara toda intervención dando rienda suelta al valor de la divisa.
El miércoles la entidad comandada por Federico Sturzenegger destinó en forma errática U$S 99 millones para contener la divisa y conseguir que al final de la jornada se mantuviera en $26,68.
Para el gobierno la política alrededor del valor de la divisa entraña una fuerte contradicción puesto que, por un lado, su libre flotación es una exigencia del FMI para otorgar el crédito de 50 mil millones de dólares que necesita para blindar una nueva corrida y dar garantía de pago a los vencimientos de deuda e intereses pautados pero, por el otro, necesita un tipo de cambio estable capaz de garantizar los beneficios propios del carry trade mediante el cual apuesta a que ingresen dólares provenientes del sector privado.
En horas de la mañana de hoy nuevamente el BCRA no dio señales de intervenir y, en momentos en los que se aprobaba en el Congreso la ley de interrupción voluntaria del embarazo y al mismo tiempo comenzaba la inauguración del Mundial de Rusia, la divisa se disparó hasta llegar a $28,44.
En la mañana de hoy, además, se dio a conocer el memorándum de entendimiento entre el gobierno y el directorio del FMI.