Renault, PSA (Peugeot-Citroen) y Fiat son las tres automotrices que más le deben al Estado por importar más vehículos brasileños que los permitidos en el marco del acuerdo vigente con el principal socio comercial de la Argentina.
El pacto bilateral ordena que las empresas establecidas en Brasil pueden exportar a la Argentina U$S 1,5 por cada dólar que pueden recibir en exportaciones argentinas. Pero en los últimos dos años las exportaciones brasileñas de vehículos automotores superaron largamente el compromiso firmado por ambos gobiernos.
Un informe de la Universidad de Avellaneda (UNDAV) al que accedió Tiempo precisó que sólo en los primeros seis meses de 2017, Renault exportó al país desde Brasil 16,4 dólares por cada dólar que el país vecino recibió en producción argentina.
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Los datos de la UNDAV sobre la base de información de la Aduana demuestran que después de un primer año de vía libre para importar, las compañías renovaron la estrategia el ciclo pasado. En los doce meses de 2016 Renault había exportado desde Brasil U$S 7,2 por cada dólar que recibió de importaciones desde Argentina. Sin controles oficiales, en 2017 la automotriz francesa importó más del doble que el año anterior.
Las automotrices son multinacionales que tienen sus casas centrales en los Estados Unidos, países de Europa y Japón. En la región tienen filiales, por ejemplo en Argentina pero también en México y en Brasil. En esta última sede se maneja el negocio de la región; desde allí se orquestó la exportación masiva hacia la Argentina como alternativa para el estancamiento del negocio en Brasil.
Las terminales brasileñas colocaron buena parte de su stock en el mercado local. Gracias a la ventaja comparativa (los autos brasileños son más baratos que los argentinos) las automotrices locales y sus redes de concesionarias vendieron con descuentos y planes de financiamiento que sedujeron fuertemente la demanda local.
Como resultado, las ventas fueron récord en los últimos dos años y es probable que la tendencia continúe en 2018.
Pero el boom también fue posible gracias a las importaciones indiscriminadas cuyo precio por ahora está pagando el Estado argentino, al que estas empresas ya le deben cerca de U$S 1.000 millones.
A la par, de Renault, el grupo PSA, que fabrica las marcas Peugeot y Citroen, exportó al país a razón de 8,3 dólares por cada dólar que recibió en Brasil en términos de exportaciones argentinas.
Pero también se destaca el caso de Fiat Auto Argentina, cuya filial local importó U$S 8,2 por cada dólar que cruzó en intercambio con su par de Brasil, casi siete dólares por encima del límite acordado.
Con ese número, la empresa de origen italiano se inscribió tercera en la lista de las más comprometidas con la deuda con el Estado argentino. Ese hecho llamó la atención pocas horas después de que la firma presentó su último modelo, el Fiat Cronos, en un pomposo acto en la provincia de Córdoba, con participación del presidente Mauricio Macri y ministros de su gabinete.
En ese acto, el presidente de Fiat y hombre de la Unión Industrial (UIA), Cristiano Rattazzi, anunció que la producción del Cronos en el país demandará nada menos que un 55% de autopartes de fabricación nacional.
La promesa de Rattazzi hizo ruido en una industria que nunca pudo romper el techo del 25% de integración local. Pero además, fuentes del autopartismo consultadas por este medio aseguraron que una integración del nivel que prometió Fiat no se podrá realizar solamente con partes locales sino que será necesario utilizar piezas de la región, donde los costos de Brasil y México son comparativamente muy ventajosos en relación con los argentinos.