El deporte argentino tiene un nuevo clásico: Francia. Entre la final del Mundial de fútbol Qatar 2022 y el escándalo deportivo y político derivado a partir de la canción racista grabada por Enzo Fernández, el comienzo de los Juegos Olímpicos de París 2024 mostró una relación tensa en los cruces entre ambos países: el público francés silbó a los deportistas argentinos en las primeras competencias.

Aun sin incidentes, esa rivalidad volvió a quedar en claro este jueves durante la derrota 26-14 de Argentina en los cuartos de final ante los locales, un resultado que privó a Los Pumas 7 a la posibilidad de una medalla. El estadio reprobó a los rugbiers argentinos como ya había pasado el miércoles en los partidos ante Kenia y Samoa.

«Me encantan estos chiflidos de los franceses. Si hablan de Argentina es porque están dolidos», se había envalentonado el entrenador de Los Pumas 7, Santiago Gómez Cora, tras el debut. El bochornoso episodio del fútbol entre Argentina y Marruecos también disparó una queja encubierta contra los franceses. Incluso el técnico, Javier Mascherano, denunció que jugadores de la selección sufrieron robos de objetos personales.

La sobreactuación y el oportunismo política del gobierno, incluso a pesar de su interna entre Javier Milei y Victoria Villarruel, con acusaciones de «país colonialista», alimentó la mecha deportiva preexistente. Compañeros de Enzo Fernández en el Chelsea bramaron por la canción con letras xenófobas que un grupo de hinchas argentinos -que nunca volvieron a hablar ante los medios- estrenaron antes del Mundial y que el ex volante de River difundió involuntariamente por las redes sociales tras la Copa América.

La tensión de deportistas argentinos compitiendo en Francia ya había quedado en claro antes de la Copa América, cuando Emiliano Dibu Martínez fue el héroe en la definición por penales en la serie Lille-Aston Villa por la UEFA League, en abril pasado. «El enemigo público número 1«, habían definido medios franceses al arquero, que hizo gestos ante el público local tras el triunfo. «Es terrible volver a ver esta imagen«, relató la transmisión oficial francesa, en relación a los festejos del Dibu.

Si la selección de fútbol de Argentina tiene su gran clásico contra Brasil, y también una rivalidad regional contra Uruguay -en los últimos tiempos se sumó Chile-, el gran rival por fuera de América era -y sigue siendo- Inglaterra, en especial tras los Mundiales 1966 y 1986.

El currículum deportivo de Argentina-Inglaterra es el lado B de una relación cosida y rasgada por las Malvinas, el amor de Borges por Shakespeare y su odio por el fútbol, «esa cosa estúpida de los ingleses», el pacto Roca-Runciman, la Patagonia gringa, los frigoríficos argentinos, los ferrocarriles ingleses, Rivadavia y el empréstito con Baring Brothers -el primer endeudamiento de un gobierno argentino- y allá atrás, en el comienzo de esta historia, la resistencia a las invasiones de Beresford y Whitelocke.

Tras la derrota ante Francia, Los Pumas 7 se quedaron sin chances de ganar una medalla y seguirán jugando por el quinto puesto. París 2024 comenzarán formalmente este viernes. Durante los próximos 17 días, la duración de los Juegos Olímpicos, la nueva rivalidad está servida.