Un día después de la sentencia condenatoria contra los líderes del fallido proceso de secesión de 2017, Cataluña afronta hoy una nueva jornada de movilizaciones, que comenzó con cortes de rutas y vías, a la espera de que la plataforma ciudadana Tsunami Democrático anuncie su próxima acción de desobediencia civil no violenta.
Tras bloquear parcialmente ayer durante varias horas el aeropuerto internacional de El Prat de Barcelona -acción que hoy sigue provocando cancelaciones y demoras-, los activistas cortaron esta mañana algunas rutas regionales y vías de trenes, donde montaron barricadas con neumáticos, aunque en la mayoría de los casos la policía catalana terminó desalojándolos.
Las acciones son obra de los llamados Comités de Defensa de la República (CDR), grupos vecinales que mantienen la tensión en las calles y prometieron realizar protestas hasta que los nueve políticos y líderes independentista condenados a entre 9 y 13 años de prisión por sedición «estén libres», y Cataluña se convierta en una «República independiente».
Por su parte, estudiantes de secundario comenzaron a movilizarse desde el mediodía cortando calles en el centro de Barcelona. Además, los estudiantes universitarios protagonizan encierros en algunos centros de estudio.
El sindicato de estudiantes independentista informó que los alumnos se están movilizando en toda Cataluña cerca de sus colegios y que seguirán la convocatoria que organice Tsunami Democrático, la plataforma que en una acción sorpresa consiguió parcialmente bloquear el aeropuerto, una de las infraestructuras claves del Estado.
La plataformas Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural convocaron para la tarde «sentadas con velas» frente a las delegaciones del gobierno central español en Cataluña.
En tanto, el ministro del Interior español, Fernando Grande Marlaska, anunció que investigará quién está detrás de esta plataforma ciudadana Tsunami Democrático, que estuvo en la organización de la protesta en El Prat.
La organización, que se presentó a fines del año pasado y actúa con técnicas de clandestinidad, tiene como objetivo coordinar acciones de desobediencia civil no violenta en respuesta a la sentencia contra los líderes secesionistas.
«Tenemos unos servicios de Inteligencia eficaces y terminaremos sabiendo quién está detrás de estos movimientos del Tsunami Democrático», sostuvo Marlaska.
Las protestas en la terminal aérea dejaron heridos, entre ellos un joven de 22 años que perdió un ojo como consecuencia del impacto de una pelota de goma de la policía, proyectiles que están prohibidos en Cataluña. Otro hombre de 30 años fue operado por un traumatismo testicular.
El presidente catalán, el secesionista Quim Torra, volvió a animar hoy a la ciudadanía catalana a protestar contra la sentencia, y aseguró que «el compromiso» de su gobierno es «defender los derechos de los que se manifiestan y también la seguridad».
«Lo importante es que la policía actúe con proporcionalidad, y no provoque más daño», sostuvo Torra en conferencia de prensa con medios internacionales al ser preguntado sobre la contradicción entre incitar a las manifestaciones y después dejar que la policía las reprima.
«Un nuevo Hong Kong»
Algunos de los activistas se habían tomado vacaciones para manifestarse, como Carles Navarro, un consultor de 49 años.
«Hacemos esto para causar la máxima molestia posible, que afecte a todo el mundo, a ver si se dan cuenta y se implican» en el conflicto, explicó desde el aeropuerto.
Queriendo imitar a los manifestantes de Hong Kong, los independentistas acudieron en vehículo, transporte público o a pie para bloquear hasta bien entrada la noche los accesos a la terminal.
El eslógan ya circula por las redes sociales: «Hagamos de Cataluña un nuevo Hong Kong».
Más de cien vuelos fueron anulados, muchos viajeros no pudieron llegar y cientos se quedaron varados en la terminal toda la noche, según el gestor aeroportuario AENA.
Otra cuarentena de vuelos fueron anulados para el martes sobre el millar previstos.
La protesta fue duramente reprimida: 131 personas recibieron asistencia médica, 115 en el aeropuerto y el resto en otras protestas por la región.