La industria metalúrgica enfrenta un escenario complejo, marcado por la baja demanda en general y el retroceso de la obra pública, a lo que se le sumará próximamente un incremento de los precios de su materia prima, la chapa. La perspectiva es, entonces, la pérdida de competitividad de esta industria para enfrentar la creciente importación y la competencia en los mercados externos a los que exporta.

Según el último informe de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica Argentina (CAMIMA), la actividad de la industria metalúrgica argentina cerró los primeros once meses de 2024 con una contracción acumulada del 13,3%.

En el mes de noviembre, la caída fue del 7,3% interanual, mientras que comparado con octubre registró un descenso del 1,1%, en un contexto marcado por la baja demanda y el retroceso de la obra pública que, según la entidad, explican el retroceso productivo.

CAMIMA agregó que, aunque sectores como agroindustria y exportaciones mostraron leves mejoras, la utilización de capacidad instalada y el empleo continúan en baja. La cámara aseguró que el sector enfrenta niveles de utilización de capacidad instalada apenas por encima del 50% y una disminución del empleo del 1,7% interanual en noviembre, “lo que refleja el difícil panorama” que atraviesa.

Con todo, el retroceso no es parejo y hay sectores que han logrado escapar traccionados por la demanda de sectores primarios. Ese es el caso de la industria metalúrgica que abastece los pedidos del sector agropecuario con maquinaria como tractores y acoplados, además de instalaciones fijas. Ese segmento creció un 4,2% interanual en noviembre, mientras que sus exportaciones aumentaron un notable 25% en un cuadro en el que las importaciones cayeron un 8%.

Pero salvo esos casos puntuales, la caída de las exportaciones de productos con valor agregado, el aumento de costos y la pérdida de competitividad, especialmente frente a la devaluación del real en Brasil, afectan la viabilidad de las pequeñas y medianas empresas del sector, caracterizó CAMIMA. Según el informe, la apertura de importaciones podría agudizar las dificultades para estas empresas, que ya operan bajo presión en un mercado deprimido.

A este panorama se le agrega la amenaza de precios de la chapa -la materia prima de esta industria- por la autorización para exportar chatarra, que elevará su precios interno. La chatarra es base para la elaboración del acero y la chapa. «