Sigrid Nunez, la autora nacida en Nueva York en 1951, conmovió en 20019 a una legión de lectores argentinos con El amigo, una novela referida a la relación entre especies, en este caso, un perro,  y de la profundidad a que esa relación puede llegar cuando se borran los prejuicios sobre lo que es un animal y, también, sobre lo que es un ser humano. Con ella ganó el  National Book Award y saltó a la fama internacional.

Más tarde volvió a conmover  con otra novela traducida al castellano, Cuál es tu tormento, la historia de una mujer que tiene cáncer y que ha decidido recurrir a la eutanasia antes de que el mal afecte su dignidad. Para realizar esa difícil misión acude a una amiga que será la encargada de asistirla cuando llegue el momento. Mientras tanto, la vida se cuela por todas partes en la relación entre ambas.

En Los vulnerables (Anagrama, como las dos novelas citadas anteriormente) Nunez recurre otra vez a una situación límite como fue la epidemia de Covid 19 que obligó al aislamiento. Para Nunez, se trata de una situación más que adecuada para desarrollar su pensamiento sobre la vida y sobre cómo la literatura procesa la vida y, también la modifica.

Los lugares cerrados que obligan a la convivencia y permiten la observación son recurrentes en Nunez, que a partir de este recurso del espacio acotado que podría decirse que es de orden teatral, monta  un verdadero laboratorio de observación y escritura.

No es casual, por lo tanto, que la película de Pedro Almodóvar basada en la novela de Nunez Cuál es tu tormento se llame La habitación de al lado, porque una pequeña habitación con dos personas dentro es un mundo en el que se desplieguen todas las emociones humanas.

Foto: AFP

Contrariamente a lo que podría hacer pensar la palabra laboratorio utilizada más arriba,  no se trata de una observación fría  y objetiva. Se trata, por el contrario, de una observación asombrada y conmovida por eso tan raro y extraordinario que significa el hecho de estar vivo que, sin embargo, suele tomarse como lo más natural del mundo.  Si algo se palpa en la escritura de Nunez es, precisamente, ese asombro permanente que le produce la vida.  

La novela Los vulnerables vuelve a demostrar  esta actitud de la autora que al poner las relaciones humanas bajo la lupa les devuelve la extrañeza perdida.

Nunez: Los vulnerables

En esta novela Nunez vuelve a introducir un animal. Esta vez no se trata de un perro, sino de un loro, Eureka, que la amiga de una amiga le ha pedido a la protagonista que cuide durante la pandemia. Pero a esa dupla se agrega inesperadamente un tercer integrante, Cardo, un joven de la generación Z , es decir, perteneciente a la generación nacida entre 1995 y 2010.

El mundo de Cardo, por supuesto, está muy alejado del mundo de la protagonista-narradora. Entenderse lo mínimo como para poder convivir en pandemia, le exigirá a la protagonista mucha voluntad y el esfuerzo de tratar de crear un puente entre ambos.

Pero la novela se escribe más allá de esta historia anecdótica: se escribe en las continuas digresiones  sobre literatura que le dan  un carácter ensayístico  o ficcional-ensayístico,  aunque los lectores nos veamos tentados de atribuirle a Nunez las ideas sobre literatura que recorren todo el texto.  

En Los vulnerables se citan una gran cantidad de escritores entre los que se cuentan Charles Dickens, Jorge Luis Borges, Joe Brainard, Georges  Perec…y siguen los nombres.

La protagonista, quizá del mismo modo que Nunez, se pregunta qué es un escritor, qué es un novelista y va tanteando distintas definiciones. Günter Grass dice que un escritor es un “recordador profesional”.

Faulkner  afirma que todo novelista es alguien que comenzó escribiendo poesía y fracasó, luego intentó escribir relatos cortos y fracasó, y finalmente se puso a escribir novelas.

Nunez habita dos mundos a la vez: el de lo que consensuamos en llamar realidad y el de la literatura que, según parece decir la autora, forma parte indisoluble de la realidad. Es su forma más hospitalaria, la que mejor cobija, la única que intenta alguna respuesta a ese misterio insondable que es la vida.